"Nyad": ¿qué es verdad y qué es falso en este suceso de Netflix?

No dejes que la realidad te arruine una buena historia. Esa parece ser la premisa de los directores de la película «Nyad», nuevo suceso de Netflix y que está cautivando a la audiencia que suele conmoverse por las producciones basadas en hechos reales y que apuntan a logros casi sobrehumanos. Sin embargo, a la cinta le faltan bastantes asteriscos, como a los récords de la protagonista, la nadadora Diana Nyad (Annete Bening).

Los realizadores de «Nyad» son Jimmy Chin y Elizabeth Chai Vasarhelyi. Si los nombres te suenan es porque este matrimonio ganó el Oscar por el fenomenal documental «Free Solo» (2018). Ambos han defendido la visión de la película, diciendo que no pretendían hacer un seguimiento del récord conseguido por Diana, sino transmitir algo más grande. «Nuestra película no trata sobre un registro. Se trata de cómo una mujer se despertó a los 60 años y se dio cuenta de que no había terminado, a pesar de que el mundo podría haber terminado con ella”, dijo Vasarhelyi a diferentes medios.

Pero, ¿qué es lo que «Nyad» omite? ¿Por qué los directores se han visto obligados a aclarar que su obra es ficcional y se ha tomado libertades? Pues todo tiene que ver, como más o menos se insinúa en la producción, en la forma de ser de Dianna, una nadadora que amplió su leyenda usando premisas falsas. Aquí una pequeña muestra:

• Nyad dijo que había terminado sexta en las pruebas olímpicas de 1968. Realmente nunca llegó a las pruebas olímpicas.
• En sus memorias «Find a Way», de 2015, que sirve de material para el largometraje, afirmó que fue «la primera mujer en nadar alrededor de Manhattan». En realidad fue la séptima.
• Diana aseveró: «Me convertí, en la década de 1970, en la mejor nadadora de océanos del mundo. Tenía todos los récords más importantes del planeta Tierra, en mar abierto». Realmente no completó ni uno solo de los principales nados en océanos del planeta y tampoco ha conseguido récords en ellos. No ha estado ni cerca de ser la mejor nadadora de océanos de ninguna década.

La mayoría de estas mentiras o exageraciones están detalladas en Nyadfactcheck.com, un sitio web del exnadador Daniel Slosberq. El problema para Diana, es que la comunidad de nadadores que cubren largas rutas como las que ella intentó, es muy pequeña y recela de marcas e historias que no son verdaderas. De hecho, la nadadora, dado el revuelo de la película, se ha visto obligada a aclarar que en efecto ha mentido, aunque asegura estar orgullosa de sus verdaderos logros.

Sin embargo, en cuanto a la película, hay algo que no se aclara y es una omisión grave: en 1978, Walter Poenisch se convirtió en la primera persona en nadar desde Cuba hasta Florida. A diferencia de Nyad, estableció un conjunto de reglas antes de nadar y las siguió durante todo el proceso. Esto quiere decir que fue un registro oficial. En la cinta se ve cuando la actriz Annete Bening le dice a Jodie Foster (Bonnie Stoll) que no la toquen, pues eso invalidaría la prueba. En la vida real sucedió que Dianna sí fue tocada varias veces y fue ayudada de mil formas, mientras que Poenisch no.

Es más, el propio recorrido que forma parte de la trama principal de la cinta ha generado miles de discusiones en la comunidad de nadadores de maratón, pues hay incongruencias en los tiempos y recorridos. El GPS registró una velocidad no acorde para un humano en varios trayectos. Al mismo tiempo y a diferencia de lo que se ve en la producción, Diana nadó con un equipo de 40 personas, entre ellas, varios encargados de redes sociales, pero no embarcó a alguien que objetivamente pudiera testificar su hazaña. Por eso y muchas cosas más, el Libro Guinness de récords eliminó de su archivo este logro.

En el artículo de Los Ángeles Times, «Película biográfica de Diana Nyad de Netflix: ¿Qué es realidad y qué es ficción?», se detallan otras irregularidades de Diana, quien ha sido tratada como «mentirosa» y «tramposa» por algunos de sus colegas. Con respecto a todas estas afirmaciones, ella dijo: “Puedo mirar atrás y desear haber evolucionado de tantas maneras. ¿Me da vergüenza haber inflado mi propio récord cuando mi récord es bastante bueno por sí solo? Sí, me da vergüenza”.