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Joanna Nelson: "'Hambre' es esa visión de alguien que vuelve a un país que es suyo, pero que ya no lo entiende"

La directora Joanna Nelson estrena su ópera prima "Hambre" en el Festival de Cine Latino de Chicago. La producción tiene como contexto una de las épocas más duras para los venezolanos, cuando no se conseguían alimentos en el país

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Joanna Nelson debuta en el largometraje con «Hambre», una historia sobre Venezuela y uno de los periodos más complicados de las últimas décadas. La cinta revela la realidad que vivieron los ciudadanos entre 2015 y 2018, cuando escaseó la comida. La directora de 32 años cuenta la dificultad de una generación que lucha por mantenerse fiel a sus valores, aun cuando la vida los contrapone a diario.

Nelson tiene 14 años viviendo entre Venezuela y Europa. Estudió en Alemania, es políglota, con numerosos estudios en cine, escritura de guiones y producción audiovisual. Además obtuvo una licenciatura en Global Economics and Management de la Universidad Jacobs de Bremen, en Alemania. Esto le ha permitido trabajar en la industria audiovisual desde el 2012.

De su anterior cortometraje, «Harina» (2018), proyectado en más de 60 festivales a nivel internacional y distribuido por HBO, nació una especie de antología o seriado con un hilo conductor relacionado con la búsqueda de los alimentos. Luego de «Harina», la idea era continua con “Leche”, “Carne”, “Aceite” y “Arroz”, esto derivó en el largometraje «Hambre», narrado en el contexto de racionamiento y depresión socioeconómica venezolana. Aquí se presenta la contradicción de valores y al mismo tiempo relata lo que sucede cuando la realidad suprime a los sueños de muchas personas.

Joanna Nelson, de 32 años, es la directora de la película

Explica Nelson: «Cada alimento estaba como conectado con unos personajes y les ocurría algo que no tenía que ver con la comida, pero siempre había como una búsqueda del alimento en su contexto de vida, el contexto era esta crisis, el contexto es este país tan polarizado, tan lleno de distintas realidades en una misma ciudad, (…). Entonces coexistimos y vivimos todos aquí y cómo nos ayudamos, cómo interactuamos o cómo nos dejamos de ayudar también. Eso fue lo que empecé a escribir”.

De esta necesidad por plasmar el paradójico mundo interno y externo de los venezolanos que se quedan o emigran nació su película, que también explora el deseo por la autosuficiencia e independencia femenina, en medio de las colas para comprar comida, la problemática de la gasolina, las confrontaciones entre los ciudadanos, los jóvenes con PhD y suma cum laude yéndose del país para lograr oportunidades de progreso y padeciendo esa ambivalencia de tener que irse sin querer hacerlo.

«Hambre» es una coproducción entre Venezuela (40%), Italia (40%) y Chile (20%), en la que Joanna Nelson funge como guionista, directora y productora junto a la coproducción de los expertos Leonardo Barrile y Pablo Berthelon.

Según afirma la cineasta, debido a los estándares del reglamento iberoamericano la película es principalmente venezolana. Casi toda la producción se rodó en Venezuela con actores de este país, pero también hay chilenos e italianos. Sólo se rodó u 10% al norte de Italia, porque para la directora era indispensable que se mostrara un contraste real “(…) porque tenía que ser distinto a la cultura venezolana. Si grabábamos en el sur de Italia, ya entramos en un caos y es exacto, pero fue tan bonito que nos colaboró hasta un food truck de arepas que se llama la Reina Pepiada. Ellos son dos venezolanos, evidentemente hijos de migrantes y eso también es algo tan bonito que descubrí haciendo la película, que la migración son ciclos, porque nosotros aquí en Venezuela somos hijos y nietos de portugueses, españoles, italianos y es hermoso”.

«Hambre» está protagonizada por Gabriel Agüero y Claudia Rojas

«Hambre» está protagonizada por Gabriel Agüero (Roberto), conocido por su participación en las películas «Jezabel», «SusurrobajolaTierra» y»Yo y las Bestias»; Claudia Rojas (Selina) de «OppositeDirection», «Ivana»y series disponibles en Amazon Prime como»AlmasenPena»; los reconocidos actores Rolando Padilla, Claudia La Gatta, Luis Gerónimo Abreu, la actriz italiana Federica Fracassi, quien participó en la selección oficial de Cannes “Rapito” y en la serie de Netflix “Luna Nera”, así como Consuelo Holzapfel y otros diestros actores.

Buscamos adentrarnos en la visión de la directora y lo que realmente descubrió en esa ruta para comprender qué fue lo que la movió a escribir y presentar esta ficción tan reciente para los venezolanos.

-¿Qué rescatas de tu experiencia fuera de Venezuela que contribuya con tu función como guionista?

-(…) Viví muchos años en Alemania, hay muchas cosas de Alemania que rescato como el ser una mujer libre, independiente, que va hacia adelante, pero a la misma vez yo soy súper venezolana. Amo mi país, amo mi tierra, amo mi cultura, mi gente, esta calidez, este informalismo. Hay una gran parte de mí que es eso. Entonces, yo ahí entendí que no nada más quería retratar lo que estaba pasando en Venezuela, sino incorporar una historia de una venezolana que está fuera luchando con esa vida afuera y ese es el personaje de Selina.

Lo interesante que es escribir, yo llevaba, vamos a decir un año y medio, con una idea de que era una historia de venezolanos en Venezuela. En esos laboratorios, en esa búsqueda de por qué estoy escribiendo esto, cuál es la historia, cuál es la transformación de los personajes, rescato un personaje que empecé a darle forma en el 2013, que era una venezolana que vivió mucho tiempo fuera, o sea, ya estaba fuera y vuelve a su país y se encuentra con una realidad que ella no la entiende. Entonces, ese personaje que era de otro guion, la meto en “Hambre” y es esa visión de alguien que vuelve a un país que es suyo, pero que ya no lo entiende en un 100%; es esa guía para una audiencia extranjera, ella es los ojos para que una audiencia extranjera se adentre a esta realidad porque ni ella la entiende.

«Lo interesante que es escribir, yo llevaba, vamos a decir un año y medio, con una idea de que era una historia de venezolanos en Venezuela.En esos laboratorios, en esa búsqueda de por qué estoy escribiendo esto, cuál es la historia, cuál es la transformación de los personajes, rescato un personaje que empecé a darlr forma en el 2013, que era una venezolana que vivió mucho tiempo fuera, o sea, ya estaba fuera y vuelve a su país y se encuentra con una realidad que ella no la entiende»

-¿Es Selina, la protagonista, el hilo conductor que ofrece una mirada de esas dos realidades?

-Bueno, precisamente eso de traer un personaje que tampoco entiende. Ella no entiende el tema de cómo está funcionando aquí el agua, el día a día, la cotidianidad, por qué hay tantas diferencias dentro de los que viven aquí en el país, por qué hay gente que tiene, por qué hay gente que no tiene, por qué el robo, por qué la corrupción, pero también hago un personaje que es un poco chocante. Al principio hago un personaje contradictorio. Creo a una chama joven que tiene odio por su país y vive afuera porque a ella la conocemos viviendo en Italia y ella quiere esconder su nacionalidad. Ella no quiere estar con venezolanos afuera, quiere borrar eso porque es algo doloroso y así somos los humanos. Somos contradictorios.

La cinta muestra las contradicciones de una sociedad polarizada

Eso es lo que hace personajes interesantes. Entonces ella es eso, es una venezolana que está bloqueando y eso mismo la lleva a tener muchos problemas afuera. Lucha con los papeles, lucha con su estado migratorio y su estatus como migrante afuera. Vemos este contexto que ella vive. Sin embargo, yo lo estoy contraponiendo contra el personaje que está aquí en Venezuela porque son dos tramas principales. El del venezolano que no se quiere ir y una venezolana que está en el exterior que no quiere volver. Eso es algo que diferencia esta película de muchas otras, está en el contexto de Venezuela, pero yo no la llamaría una película de la crisis.

Entiendo que “Hambre” es una película de ficción influenciada quizás con elementos que tú misma pudiste vivir y qué busca hacer que la audiencia se haga preguntas. ¿Qué tipo de reflexión esperas que experimente tu audiencia?

-Eso está en el contexto y son preguntas que se tienen que hacer los personajes. Es decir, quién soy, con qué me identifico, cómo es mi vida, cuál es mi futuro, porque son preguntas que nos hacemos a esa edad entre los 20 y los 30, incluso hasta los 40, pues porque ahora los 40 son los nuevos 30. Pero sí, son preguntas con las cuales yo misma me veía confrontada y no solo yo, todos mis amigos: ¿Qué hacemos? ¿Me regreso a Venezuela, qué oportunidades tengo allí? ¿Me quedo fuera del país?, ¿Empiezo una vida de cero? ¿Por qué me tengo que ir? O sea, ¡qué rabia, qué arrechera, no me quiero ir! Todas esas preguntas y todos estos sentimientos y picos por los cuales hemos pasado muchos. Porque es que estando fuera de Venezuela muchas veces, viviendo fuera, me reunía con venezolanos y hablábamos toda la noche de Venezuela (…) Y eso para mí también fue nuevo porque cuando yo vivía en Alemania no existía la diáspora.

(…) Fue interesante porque yo realmente viví la experiencia de estar en un país extranjero, siendo venezolana, pero que me fui como en una aventura al principio. Luego, cuando me mudo a España y viví la diáspora, en todas las esquinas veía venezolanos: venezolanos en el taxi, hay un venezolano en el Ridery, un venezolano que me traía la comida delivery en Uber Eats. Eso me causó un shock y ahí empezó también el tema del personaje, ella hace delivery de comida, o sea, empecé a meter cosas que yo estaba viviendo en el personaje.

Una imagen de la película

-¿Qué motivó la creación de esta ficción y cuándo inició?

-Yo llevo 14 años dentro y fuera del país. Viví muchos años en Europa y cada vez que volvía era grande el shock porque cuando uno vive en Venezuela el día a día tú te acoplas. No te das cuenta de que de repente esa normalidad no es tan normal para una persona que no la vive. Entonces, mi familia está acá, yo me iba, regresaba y siempre era como, pero ¿qué está pasando? O sea, yo nunca había visto gente pasando tanta hambre hasta el 2017.

(…) Yo crecí en Estados Unidos y estudiábamos los países donde la gente sobrevive con un dólar al día, y yo decía: ‘¿Cómo es eso?’. O sea, era muy abstracto para mí. Cuando yo empecé a ver a gente hurgar la basura en Chuao, en urbanizaciones de clase media, yo decía: ‘Yo nunca había visto eso en Caracas, en Venezuela nunca lo había visto’. Eso a mí me disparó como un sentimiento y una necesidad de retratar eso, y ahí es cuando yo escribo “Harina”, yo ese cortometraje lo escribí rápido y relata un poco el tema de la escasez de los alimentos, la lucha entre nosotros mismos, los venezolanos para obtenerlo. Esas colas en los supermercados, esa tensión que había (…). Entonces eso fue lo que en realidad me mueve las fibras para escribir sobre este tema, porque yo no estaba escribiendo sobre Venezuela (…), sino del tema del país, las personas que lo habitan y las nuevas dificultades que enfrentan en el día a día.

«Cuando yo empecé a ver a gente hurgar la basura en Chuao, en urbanizaciones de clase media, yo decía: ‘Yo nunca había visto eso en Caracas»

-¿Este empoderamiento de la mujer, esa figura independiente hacia dónde va en esta película?

-Primero, siendo yo la autora naturalmente es que quiero contar temas que a mí me mueven. Yo como mujer, por más que escribo por igual un personaje hombre y un personaje mujer en esta película, sí me mueve mucho el tema de hablar como mujer en esa generación, temas que a mí me interesan y que quiero poner en pantalla porque si vemos lo que el cine es, es contar historias y realidades y si nos metemos en la historia del cine ¿quiénes han sido los autores? Vemos que fue por mucho tiempo dominado por realidades del hombre. O sea, eso es totalmente cierto. Vengo de escuchar varias mesas redondas de autoras, mujeres, cineastas en varios festivales, yo tampoco me meto en esta polarización de extremos y feminismo extremo, la verdad es que no, pero no voy a ignorar que fue dominado por mucho tiempo el tema de quién era el que escribía. Nuestra historia fue dominada por hombres. Eso está muy claro.

En esta película no es el tema central, pero mi personaje Selina, es así como se conecta con este tipo de valores. Es una mujer de una generación distinta. Es una mujer que no vive por los roles que se le han impuesto.

Durante ese periodo muchos venezolanos dejaron de comer

Tengo entendido que el frontline de la producción también está liderado por mujeres, ¿a qué se debe?

-Aparte de que me encanta escribir sobre la mujer y distintos temas, un poco más en mis proyectos nuevos, en “Hambre” tenemos una cantidad de líderes mujeres en las cabezas de departamento fascinantes, empezando por la directora de fotografía Natalia Medina, que es una mujer chilena e hija de una de las primeras mujeres directoras de fotografía en Chile, su mamá fue pionera en su país, una de las primeras mujeres en agarrar y operar Cámara, y ella le siguió los pasos porque lo tiene en sus vísceras.

Natise vino a Venezuela a grabar conmigo. Mi editora, Manuela Lupini, también es mujer, es italo-venezolana, expatriada en Londres, excelente editora, o sea, trabaja en grandes producciones allá, graduadas de la Escuela de Cine y Televisión de Londres, que es una excelente escuela. Entonces son mujeres que se han educado, son mujeres que han luchado para tener oportunidades, que se han ido, que han buscado becas, que han buscado formarse y ser profesionales dentro de esta industria, luchando con los estereotipos. Yo aquí hice la figura de directora y de productora principal, es decir, yo levanto el proyecto completo e invito a dos coproductores que son mis socios, Leonardo Barrile y Pablo Berthelon. Que, bueno, gracias a ellos hago la película también porque es una coproducción. Juntos la logramos, separados, no.

Joanna Nelson se encuentra trabajando actualmente en un documental sobre la violencia de género y un segundo largometraje titulado «Selina», en el cual indaga sobre las libertades de la mujer.

La directora y su equipo de trabajo

La opera prima de Nelson tendrá su estreno en el Festival de Cine Latino de Chicago en el Landmark Century Center (del 11 a 22 de abril)y en Venezuela en el marco del Festival de Cine Venezolano, que cumple 20 años y se celebrará en Margarita para mediados de este año. El festival norteamericano es uno de los más importantes de ese país, pues ya suma 40 años de existencia.

Voy a presentar la película el 13 de abril, en su primera presentación a nivel mundial, y el 15 de abril tenemos una segunda presentación en el marco del festival. Haré Questions and Answers (preguntas y respuestas) con los otros directores en las instancias que organiza el certamen», comenta Nelson. Se trata de un festival no competitivo, en el que solo hay una premiación: el Audience Choice Awards.

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