Moda

La revolucionaria colaboración de Louis Vuitton y Yayoi Kusama, la princesa de los Lunares

La Maison Louis Vuitton siempre ha sentido una fascinación por la colaboración con grandes artistas tales como Sol Le Witt , Richard Prince, Takashi Murakami, Jeff Koons entre otros

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Comenzamos el 2023 con una fusión entre el mundo del arte y la moda entre una de las más grandes casas de lujo francesas como lo es Louis Vuitton y la sacerdotisa del arte nipón reconocida a nivel mundial, Yayoi Kusama, artista de vanguardia quien a través de varias décadas ha sido fiel a la repetición de sus icónicos motivos y su obsesión la lleva a llenar los espacios en su totalidad.

El comienzo de la trayectoria de Yayoi Kusuma se remonta a 1929 en la localidad de Matsumoto, Japón. Siguió su búsqueda y exploración artística durante las décadas de los 50 y 60 desde Tokyo hasta Nueva York donde ha emergido como la artista global preeminente del siglo XXI y es considerada como la artista femenina viva más exitosa en la actualidad.

¿Cómo surgió la colaboración con Louis Vuitton?

La Maison Louis Vuitton siempre ha sentido una fascinación por la colaboración con grandes artistas tales como Sol Le Witt , Richard Prince, Takashi Murakami, Jeff Koons entre otros.

En línea con las colaboraciones anteriores de LV este encuentro con Yayoi Kusama se basa en la iconoclasia, en la apreciación mutua de la artesanía y el “savoir faire” y la excelencia por encima de lo común. En Louis Vuitton cuando se trata de la magia de realizar objetos todo es posible.

Esta colaboración tiene como punto de partida un baúl que Kusama pintó a mano en 2012 con sus lunares emblemáticos que para ella representan el infinito y de allí surge todo el resto de la colección. Se trata de una réplica exacta de esos puntos, una verdadera representación de la inteligencia de la mano de Kusama que es una de las muchas cosas en el proyecto que ha desafiado y avanzado el saber hacer de la Maison.

Cada encarnación de dichos lunares ha sido revisada personalmente por la artista al igual que cada una de las piezas presentadas en el proyecto que se mueven con precisión al milímetro, las pinceladas se repiten con un detalle asombroso con su textura y peso intactos.

Es una búsqueda del infinito a través de la artesanía en la que Kusama y Vuitton se unen en una misma pasión, la creación de objetos mágicos que trascienden en el espacio y el tiempo y en los que ambos se reconocen mutuamente.

El motivo puntos pintados es donde el proyecto tiene sus raíces , una traducción directa de la mano de Kusama derivada de una compleja técnica de serigrafía e impresión al relieve sobre cuero o lona revestida icónica. Estos lunares han viajado con ella la mayor parte de su vida y comenzó a pintar estos motivos cuando era apenas una niña de diez años.

En esta parte de la colección podemos observar accesorios de marroquinería, prêt à Porter, accesorios e incluso fragancias fieles a la obra de arte original que estoy segura adquirirán gran valor a través de los años.

Podemos también encontrar botines de tacón, el clásico bolso Speedy LV, las maletas rígidas, la agenda LV, el porta pasaporte, los sneakers o zapatos de goma, la caja en acrílico transparente y mucho más.

Los puntos infinitos

El punto pintado aquí se transforma en los infinity dots típicos de Kusama, otro motivo que define a la artista y uno de los que está presente en la mayoría de las piezas de la colaboración y que abarca gran parte del proyecto tanto para mujeres como para hombres.

La fama de Yayoi Kusama creció en Estados Unidos en la década de 1960 y la apodaron “La Princesa de los lunares” aunque ella se define como una artista obsesiva. En este período su paleta de color gira entre el blanco y negro, el rojo y blanco, el amarillo y negro además del negro y rojo que se utilizó en la colección masculina donde los puntos infinitos se fusionan con una multiplicidad de iconos de la Maison LV, sobre todo en artículos de cuero y zapatos, aunque también estampados, sedas y pañuelos con apariencia de bordados, además de la icónica muñeca Vivienne, una versión de la propia Yayoi Kusama.

Para celebrar este lanzamiento en la tienda Louis Vuitton de Nueva York desde el fin de semana pasado colocó el robot hiperrealista de la artista de 93 años pintando y haciendo su arte en la vitrina lo que ha llamado la atención de todos los transeúntes. Las personas cuando pasan por algunos segundos piensan que se trata de la artista o de una persona para luego percatarse que se trata de un robot.

Es una verdadera hazaña de la tecnología y ha sido un éxito en las redes tanto en Tik Tok como en Instagram. Algunas personas han tildado al robot de macabro, pero otro lo han definido como un logro y resaltaron la complejidad de la máquina y las nuevas formas de implementar la tecnología que las marcas de lujo están usando para promocionar sus colecciones.

La verdad a mí personalmente me pareció impresionante y digno de un performance en cualquier museo del mundo. Fabuloso!

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