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Temen un "aborto boom" en Venezuela

La escasez de condones y pildoras anticonceptivas alerta sobre las consecuencias poblacionales y de salud pública, en un país que lidera las estadísticas de embarazos adolescentes y donde la muerte por abortos clandestinos toca la puerta a diario de la Maternidad Concepción Palacios.

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«Quererse no tiene horario ni fecha en el calendario, cuando las ganas se juntan”, cantaba Simón Díaz. El problema viene cuando las ganas han de ser saciadas sin métodos o instrumentos que permitan hacerlo de manera segura.

La Federación Farmacéutica de Venezuela fija en 60% el desabastecimiento de insumos médicos en Caracas, y en 70% en el interior del país, según su presidente Freddy Ceballos. «De eso no escapan los productos anticonceptivos porque son fallas en todos los rubros».

La psicóloga Magdymar León, directora de la Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa, Avesa, dice que «desde mediados del año pasado se comenzó a notar la escasez de píldoras y este año ha sido la situación es más complicada por la escasez de condones». En Plafam, la ONG dedicada a la salud sexual y planificación familiar, registraron que en noviembre se agotó la existencia de preservativos y hasta de implantes anticopnceptivos subdérmicos, según su director ejecutivo, Edward Romero.

Por supuesto, con disponibilidad disminuida viene el aumento de los precios. Una caja de tres condones puede costar en el mercado hasta 300 bolívares; y la de 36 puede alcanzar los 5 mil, algo «inadmisible» para Jonathan Rodríguez, presidente de Stop VIH. «La dotación del Estado en materia de condones (de distribución gratuita) siempre ha tenido altos y bajos, pero es la primera vez que se ve este desabastecimiento en comercios», dice León.

Según Romero, la situación hará inevitable una subida en la tasa de natalidad. «Habrá un aumento de embarazos no deseados. Ya nos llegan casos de muchachos que confiesan que les ocurre simplemente porque no tenían pastillas o condones», cuenta el médico. Pero la preocupación por el descontrol poblacional no es tan grande, como la que se tiene sobre los aumentos de abortos, de mortalidad materna y de infecciones sexuales.

La última alternativa

Según Anitza Freitez, demógrafo y directora del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), en Venezuela no ocurrirá un «baby boom» como el registrado en Estados Unidos en períodos de posguerra cuando los soldados regresaron a casa. «Esos eran embarazos rezagados», dice.

Asegura que en Venezuela no hay registro de aumentos inusuales de nacimientos en ninguna época. «Lo que  que tenemos es antecedentes de los períodos de fecundidad. A comienzos de los años 60 era 6,8 o 7 hijos por mujer. Eso fue disminuyendo hasta la actualidad, cuando las mujeres venezolanas tienen 3 hijos en promedio».

La académica es firme al comentar que las pautas reproductivas han cambiado «para no volver atrás», aunque hace la salvedad de que la data corresponde a la última encuesta de fecundidad conocida, de 1998. «En 2010 hubo una encuesta demográfica, pero el INE no ha dado esas cifras para poder comparar», agrega. «No veo posible un baby boom porque ninguna mujer se va a poner a tener ahora seis o siete hijos, pero es posible que aumente el número de nacimientos no planeados. Lo más difícil de detectar serán los incrementos en el aborto, porque de eso no hay estadísticas», afirma León.

Magdymar León teme el mismo fenómeno. «Uno de los mecanismos para prevenir el aborto es el acceso a métodos anticonceptivos, porque no es cierto que la penalización disminuya su ocurrencia. Eso lo que hace es que las mujeres realicen las interrupciones del embarazo con mayor riesgo».

La psicóloga cita datos oficiales del Ministerio de Salud de 2009 para sostener que «es la tercera causa de mortalidad materna, pero es difícil contabilizar cuántos ocurren». El 16% de las muertes maternas en Venezuela son por abortos clandestinos, superior a la media mundial de 13%, según estableció el Centro de Estudios de la Mujer de la Universidad Centra de Venezuela ese mismo año. Anitza Freitez dice que el problema se profundiza en los sectores menos favorecidos.

En 2008 la Maternidad Concepción Palacios reveló, según la entonces representante del Estado venezolano ante el Comité de Expertas en Violencia de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, Asia Villegas, que el 60% de las muertes maternas ocurridas allí eran a causa de abortos inducidos, lo cual constituía la segunda causa de fallecimientos en las embarazadas.

En el Centro UCAB tienen registros de que el condón es el método anticonceptivo más utilizado en jóvenes, dominando las alternativas en personas de 15 a 29 años. «Con mayores edades toma protagonismo la pastilla. Y después la esterilización en mujeres adultas», confirma Freitez aclarando de nuevo que son cifras de 1998.

Los más expuestos

El doctor Edward Romero, director ejecutivo de Plafam, retrata que la escasez de métodos anticonceptivos y el aumento de embarazos no deseados, especialmente en adolescentes, genera una cadena de problemas, cuando no ocurre la muerte de la madre: desinserción de procesos educativos, afectación del sistema productivo, incremento del machisno, reforzamiento del matriarcado y aumento de abortos inseguros.

En la UCAB registran que el 20% de los embarazos en Venezuela son de mujeres adolescentes. El programa de Telemedicina de la UCV fija la cifra en 25%. El país posee el récord de mayor cantidad de embarazos en menores en Sudamérica y ocupa el tercer lugar en Latinoamérica, solo por detrás de Honduras y Nicaragua. Además, el embarazo adolescente es cuatro veces más frecuente en jóvenes que viven en ambiente de bajos recursos, de acuerdo a un estudio de Bayer HealthCare realizado en 2011.

Además, la escasez de condones se suma a una realidad: solo 1 de cada 10 adolescentes que conocen los métodos anticonceptivos lo usan. «A esto ahora hay que añadirle la no disponibilidad y el encarecimiento que deja a los jóvenes sin opción», apuntan en Plafam. Al respecto, las farmacias han registrado un aumento en las compras de métodos de emergencias, o pastillas «del día después».

La traducción de la necesidad

En Plafam venden condones. Anualmente reciben donaciones a través de un proveedor de la India, gracias a la afiliación a la Federacion Internacional de la Planificacion de la Familia (IPFF, por sus siglas en inglés). En 2014 recibieron 200 mil unidades, «que tuvimos luego problemas para sacar de la aduana».

De esa dotación propia, que dedican a distribuir a poblaciones vulnerables y grupos de riesgo, en sus programas educativos y en sus consultas médicas, se ha ejecutado más del 80%. «Un pequeño porcentaje lo tenemos disponible para la venta aquí en las cajas». El precio por unidad es 7 bolívares, luego de los aumentos recientes. «El año pasado costaban 1 bolívar», recuerda Romero.

El director ejecutivo de Plafam asegura que «el que sabe que aquí vendemos, está viniendo». Sin embargo, dice que «la necesidad se ha traducido en un repunte en la venta del Dispositivo Intrauterino (DIU), que es un método que fue caballito de batalla por mucho tiempo. De hecho, hace 20 años era gratuito en hospitales y era el más usado, aunque luego fue cayendo frente a otras opciones».

En Plafam «hemos tenimo momentos en los que no hay condones o métodos orales ni tampoco implantes, y ofrecemos el DIU». Su uso, sin embargo, no previene las infecciones de trransmisión sexual, insiste el doctor. Según Stop VIH, en Venezuela la mortalidad por complicaciones asociadas al sida entre los años 1999 y 2011 se incrementó entre 70% y 90%, al subir de 1242 muertes al año (1999) a 2166 muertes al año (2011), de acuerdo a los anuarios de mortalidad publicados por el Ministerio de Salud.

En Venezuela el grueso del mercado de píldoras anticonceptivas y preservativos es de producción importada. Un portavoz del Ministerio de Salud aseguró a CNN a comienzos de febrero que actualmente se reparten preservativos de manera gratuita en instituciones públicas de salud y que la Fábrica Socialista de Condones -cuya creación fue anunciada en junio de 2014 por el presidente Nicolás Maduro- está funcionando. Pero en Plafam sostienen que los condones con el logo del Gobierno Bolivariano tienen tiempo que no se ven, ni siquiera los importados.

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