El trio de rock conformado por Carlos Eduardo Reyes (Guitarra y voz), Miguel Delgado (Bajo) y Javier Weyler (Batería) sorprendió la escena musical con su álbum debut El Viaje de una Vida (1995). Influenciados por el dark y el grunge la banda ya había lanzado un EP homónimo que dejaban colar entre amigos, conocidos, curiosos y shows.
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A pesar de su solidez en vivo, el disco representa una clara espontaneidad de unos jóvenes con ganas de iniciar un viaje sonoro en sus propios términos, sin la conciencia que fueron creando a la hora de hacer canciones. Se percibe la crudeza, quizás inmediatez en su concepción.
Temas como “Mudo”, “La Flor”, “Galería hostil” o “Imágenes falsas” hablaban del contexto y forma de esta placa. Caso especial fue el ya clásico “Mantarraya” con un video clip que estuvo en alta rotación en MTV y que sirvió para hacer primeros contactos internacionales.
Claroscuro fue aprendiendo en el camino diversas técnicas de marketing independiente para la época, probablemente era una de esas bandas que empezó a tomarse enserio su forma de trabajo y contacto con medios. Su puesta en escena tenía la particularidad de mantener una sobriedad en la que a ratos su cantante decantaba cierta afinidad por el shoegaze.
Una vez disuelta la banda sus integrantes tomaron rumbos internacionales. Javier Weyler se sumó por un tiempo como baterista de la banda galés Stereophonics, lanzó un álbum en solitario bajo el nombre de Capitan Melao y continua en Londres haciendo música. Miguel Delgado está residenciado en México, manteniendo una revista digital de música. Carlos Eduardo luego de juntarse a proyectos como Chucknorris o Joystick decidió cambiar su residencia a Colombia dando vida a su carrera en solitaria bajo el nombre de REYES.
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Recientemente remasterizaron El Viaje de una vida con unos bonus track disponible en https://reyesmusic.bandcamp.com/album/el-viaje-de-una-vida-remastered
Desde Bogotá y el DF mexicano su cantante y bajista recuerdan aquellos días a mediados de los 90s cuando Claroscuro estaba dando sus primeros pasos y lanzaban esta joya musical.
¿Qué recuerdan del lanzamiento de este disco aquel 1995?
Carlos Reyes: – Si no estoy mal, lo hicimos en el Teatro Cadafe. Con bautizo, brindis y demás. La fecha exacta no la recuerdo. Tratamos de recrear el arte del disco en el montaje en vivo, con proyecciones y una serie de esqueletos de colchones, si se pueden llamar así, que colgaban por detrás de la batería. Para el momento en Caracas, nuestra propuesta era un poco rara. Teníamos muchas referencias étnicas, del Dark de los 80´s y el Grunge de los 90´s.
Miguel Delgado: – Estamos hablando de una época en que teníamos mucha hambre de hacer música, pero quizás no el mejor juicio en cuanto a cómo producirla o mercadearla. Siento que esa fue la mejor época de la banda, ya que existía una total despreocupación en cuanto a toda la serie de limitantes que te impone la industria discográfica. No nos importaba la duración de los temas, y mucho menos si estos tenían un coro pegajoso y repetitivo. Tampoco había presión de algún sello discográfico en cuanto a las horas de grabación, lo cual hizo que nos tomáramos las cosas con absoluta calma. Quizás lo más sorprendente fue que después de andar mendigando por espacios de difusión en las emisoras juveniles venezolanas, viniera la cadena MTV y colocara el video de «Mantarraya» en rotación regular, en una época gloriosa en la que dicho canal se dedicaba (como su nombre lo indica), a la difusión de la música.
¿Cómo ven el disco ahora en retrospectiva?
Carlos Reyes: – Una época con mucha pasión, energía e ingenuidad. No sabíamos lo que hacíamos pero no le teníamos miedo a nada. A probar experimentar. Creo que hubiéramos podido sacar 3 temas de cada canción, es bien gracioso. Teníamos mil ideas y arreglos. Fue un momento de búsqueda de nosotros, de nuestra identidad como banda, de nuestro sonido, nuestra personalidad.
Miguel Delgado: – Viendo atrás siento que todo ese desenfreno que teníamos como músicos opacaba en buena medida nuestro juicio como productores, trayendo como resultado que algunos temas quedaran «sobreproducidos». Afortunadamente hubo una pausa de varios meses entre la primera sesión y la segunda mientras conseguíamos financiamiento, y fue en esa segunda etapa que grabamos «Mudo», «Mantarraya» y «La Flor», que contaron con un mejor criterio de producción, y terminaron siendo los singles que le dieron cierta dosis de notoriedad al álbum.
¿Alguna anécdota de su grabación?
Carlos Reyes: – Cuando llegas a un estudio como Anides Sonido por primera vez a grabar en 2 pulgadas te puedes volver loco con todas las posibilidades. A pesar de que me llegué a exceder con los arreglos etc. fue un aprendizaje bárbaro junto a Luis Yánez y Javier Casas. Como experiencia de vida, inolvidable. Éramos una familia, vivíamos día y noche en el estudio, comiendo, durmiendo, haciendo relevos, bromeando entre todos. La pasamos del carajo.
No podíamos descuidarnos porque siempre a alguien le jugábamos una broma, desde sustituir un micro por un paraguas, hasta escondernos los zapatos o incluso dejarnos durmiendo encerrados en el estudio sin ningún tipo de comunicación. Grabamos hasta un Loro de Javito, que se yo, tantas cosas…
Miguel Delgado: – En el tema «Los Últimos Días», Javito se llevó una guacamaya que tenía en la casa para hacer sonidos ambientales. Si bien esta solía ser bastante ruidosa en casa, al momento de encender los micrófonos esta entró en un estado de «silencio sepulcral», lo cual nos robó unas cuantas horas de grabación… y en consecuencia, unos cuantos billetes del bolsillo.
En 1994 La Calle se convirtió en la primera banda en ganar un Festival Nuevas Bandas. Fue un momento en el que Grillos Mientras Tanto, Grubi Man, Sentencia, Sin Sospecha y La Nave, todos participantes de esa edición, estaban inyectándole un nuevo aire al rock venezolano.
