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“Miraflores es la casa más embrujada de Caracas”

Según la escritora especializada en misterios Mercedes Franco, el palacio presidencial encabeza la lista de los lugares de la capital venezolana en los que el pasado sale a protestar, o quizás el futuro nos envía un guiño. ¡Feliz Halloween!

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No son los espíritus de nuestros antepasados. Es Matthew McConaughey enviando mensajes desde el futuro:

Según una película de ciencia ficción del año pasado, Interstellar, lo que creemos fantasmas en las casas, en realidad, son viajeros estelares que, desde algún agujero negro, intentan comunicarnos claves para la salvación de la humanidad.

Aunque parezca un enorme lugar común (encontrará muchos en este texto), la lúgubre mansión donde se filmó el primer taquillazo de terror de la historia del cine venezolano, La casa del fin de los tiempos, podría ser uno de esos puentes del universo: se llama Castillete, queda en la avenida Páez de El Paraíso, frente al complejo deportivo Naciones Unidas, perteneció a Pedro Estrada, esbirro de Pérez Jiménez, es la sede hoy de un sindicato afecto al gobierno (Federación Nacional de Trabajadores del Sector Público) e, incluso según actores que participaron en la película, está embrujada. ¿Mensajes del espacio acerca de la viabilidad del socialismo del siglo XXI?

“Si me preguntas a mí, de que vuelan, vuelan. Una vez estábamos filmando una escena a las 11:30 de la noche y, detrás de nosotros, unos cuadritos que formaban parte de la decoración empezaron a oscilar solos. Le dije a Rosmel (Bustamante, el niño de la película): ¡mira eso!, y me peló los ojos del susto. No me lo contó nadie. Yo lo viví”, relata Gonzalo Cubero, esposo enloquecido de Ruddy Rodríguez en la ficción de La casa del fin de los tiempos.

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“Los empleados que se quedaban de noche para cuidar los equipos de la película nos contaban que no los dejaban dormir: ‘Sentimos pasos, nos gritan’. Uno de ellos aseguró que un día, cuando se despertó por los ruidos, sus piernas estaban levitando solas. Exigieron un aumento de sueldo por eso. En esa casa decidimos no estar nunca solos. Siempre mínimo tres personas juntas, hasta para ir al baño. Hay una habitación en la que literalmente no se puede entrar, debido a la energía tan fea que tiene. Cuando se hizo la posproducción, del audio hubo que borrar gritos, murmullos, cosas escalofriantes: sonidos que nadie había escuchado en el momento en que se filmaron las escenas”, da su palabra Cubero.

“Se ha ido tejiendo toda una trama con lo de Pedro Estrada, el piso que traquetea, la lámpara de araña en la sala y el geriátrico que queda al lado, en donde siempre hay muertos. Tú sabes cómo es la gente”, relativiza uno de los sindicalistas más veteranos que hace vida en la quinta Castillete, que, de paso, pertenece a una Brigada Popular Contra la Guerra Económica, y mantiene su nombre en reserva.

“Hay que entender que la alta burguesía de los gobiernos andinos residía en esta zona de El Paraíso. Castillete perteneció primero a los hermanos militares Tamayo Suárez. Se corren chismes de que Estrada torturaba a presos y de que hay cadenas en el sótano, pero vamos a estar claros: ¿es realista que alguien lleve trabajo a la casa? Lo que sí es cierto es que, luego de 1958, aquí vivió una familia italiana, o algo así, y hubo un asesinato que presenció una niña. Está llena de sellos masónicos. Aquí hay empleados que dicen: ‘yo no me quedo ni loco luego de las 7:00 de la noche’, pero son cuentos. Nosotros hemos hecho excavaciones, pero no para buscar muertos, sino armas o posesiones de valor. No se consiguió nada”. Según el brigadista de chemise roja, la propiedad le pertenece formalmente al Ministerio de Economía y Finanzas.

Empezando por Miraflores

I see dead people. El que desee escuchar, solo tiene que parar la oreja. Según una persona que trabajó allí, el antiguo Club Member’s (actual restaurante Favola), en La Castellana, es un espécimen canónico de casa embrujada en Caracas. “Ciertamente, hay muchos rumores”, se limita a contestar una de las actuales encargadas del local. Circulan cuentos de camino, incluso de varias generaciones, acerca de presuntos fenómenos paranormales en grabaciones de telenovelas de Venevisión en viejas mansiones del Country Club, caso de La viuda joven. “En la casa de mi madre en la urbanización El Conde, donde se fundó El Techo de la Ballena (célebre colectivo cultural de los años sesenta), salían fantasmas o algo parecido. Me consta porque ahí viví muchos años. Nunca los vi, pero los sentía en las madrugadas”, relata desde París el artista plástico Rolando Peña, alias “Príncipe Negro”.

Por sus características topográficas y urbanísticas, El Hatillo tiene todas las bolitas para acertar el bingo de los fenómenos paranormales. Fanny Fuguet, cuentacuentos y cantautora infantil, jura y perjura haber presenciado coros de duendes en Oripoto. La cronista actual del municipio, María Virginia Valera, se ha dedicado a recopilar leyendas de misterio que involucran incluso números específicos, como apariciones en la actual Galería 39 (calle Bolívar) y la casa 21 (calle La Paz), donde vivió su antecesor José Félix Peraza, o en las que interviene hasta (¡cielo santo!) la mismísima Santa Rosalía de Palermo, la patrona de la iglesia en la Plaza Bolívar. “Una de ellas es la del Día de la Quemazón. Al parecer hace muchos años hubo una fiesta escandalosa con petardos en la plaza y la santa, irritada por la celebración indecorosa, hizo que ardieran los árboles y los tarantines”, desliza la historiadora.

Mercedes Franco, una escritora monaguense que se gana el pan con el más allá (uno de sus últimos libros se titula La Sayona y otros cuentos de espantos), saca la ametralladora de sustos cuando se le consulta sobre el tema y casi no deja en pie coordenada alguna en los Google Maps de la capital venezolana:

  • Miraflores: “Es la principal casa embrujada de Caracas”, dispara Franco. “El arquitecto italiano (Giuseppe Orsi) que se la construyó a Joaquín Crespo se suicidó allí mismo y su fantasma sale en el palacio. Por eso Carlos Andrés Pérez y muchos otros presidentes han preferido no dormir allí. Chávez se instaló y ya viste lo que le pasó. Investiga para que veas”.
  • El Rosal: “No sé la ubicación exacta, pero hay una vieja quinta encantada que perteneció a las tías de una nieta de López Contreras. Una mujer clama que desentierren su cuerpo y le den cristiana sepultura”.
  • Villa Zoila: museo de la Guardia Nacional en La Planta (El Paraíso). “Está súper embrujadísima. Fue la quinta de Cipriano Castro. De noche se oye música de baile y la gente que vive cerca no puede dormir, como si hubiera un fiestón formado. Pero no hay nadie”.
  • Los Rosales: la casa de la fallecida poetisa Elizabeth Schön. “Parece que una joven quesera o lechera cayó a un pozo o aljibe y murió. La aparición de la mujer es tan real que la gente la confunde con un ser corpóreo”.
  • Puente Carlos III: el más antiguo de La Pastora, sobre la quebrada Catuche. “Cerca quedaba la casa de Caracas donde vivió Boves, y allí cometió sus tropelías. Por allí funciona una dependencia del Ministerio de Salud y ningún vigilante desea quedarse de noche. Hay aullidos de perros, gritos, una cosa terrible”.
  • Buena Vista: la hacienda en Galipán donde preparó sus momias el médico alemán Gottfried Knoche, todo un clásico. “Los guardaparques me han comentado que no les gusta esa zona del Ávila, escuchan gruñidos y rugidos”, suelta Franco, que dará una charla de Halloween este sábado (3:30 pm) en la Fundación Cine Jardín (Montalbán).

No tiene mucho que ver con el tema, pero en las sesiones de Metafísica que imparten en Caracas los sucesores de Conny Méndez, se sostiene que en el Waraira Repano está el mismísimo Palacio del Propósito del Hombre, catedral del mítico Maestro de Saint Germain, y por tanto, una especie de capital mundial de la Era de Acuario. Sí, aquí, donde usted hace cola.

La Atlántida sumergida en un barrio

¿Tiene cinco minutos más para seguir recorriendo nuestro mundo sor-pren-den-te, como dice el locutor Porfirio Torres con la misma voz del Gobierno Bolivariano? ¿Sabía usted que en una de las zonas más deprimidas de la parroquia San José en Caracas, justo detrás de la sede de la escuela de medicina José María Vargas, cerca del barrio de Cotiza, hay un lugar señalizado como un castillo medieval, como si estuviéramos en plena Escocia?

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Está identificado en su fachada con la siguiente inscripción: Gran Logia Madre Creadora Obrera Atlantes. Apolítica, Militante, Científica, con axioma en ritmo de rutina”. ¿Antecesores del bestseller El Secreto?

El Castillo de San José probablemente no califica como mansión de fantasmas, pero sí de misterio. Fue mandado a construir a principios del siglo pasado por un lugareño místico de larga barba blanca, Jesús Guedexz del Castillo, según los planos de su compadre Miguel Nemesio Rodríguez, un ingeniero que ocupó cargos destacados en el desaparecido Ministerio de Obras Públicas (cuyas siglas MOP se han convertido casi en ícono de nostalgia pop).

Pintada hoy de un amarillo chillón que no lucía originalmente, la edificación tiene hasta 13 niveles, muchos de ellos subterráneos, aunque nunca fue concluida.

Fundador de la citada logia masónica (tiene una web descontinuada: http://granlogiaatlantes.wix.com/atlantes), Guédexz dejó numerosos manuscritos que aún esperan por publicación y 16 hijos, con nombres inspirados en toponímicos autóctonos y presuntos nombres de dioses de la sumergida Atlántida: Jesús Turmero (el mayor, ya fallecido), Yaari  (un periodista que trabaja en Estados Unidos), Solaxtroix, Igtagmalk (teórico sucesor de la logia), Cuigmac, Erosaira y Nirgua, entre otros. Luego de la muerte del padre, como ocurre con frecuencia, no todo ha sido un castillo de Disneylandia en la familia.

“Se ha deteriorado muchísimo, es muy difícil darle mantenimiento. Pero tampoco me gustaría que este gobierno le pusiera la mano encima”, relata una de las integrantes de la amplia saga Guedexz, que ya no vive en la casona esotérica y se deslastra de las decisiones que han tomado algunos de sus moradores actuales. Y agrega: “Algunos vecinos dicen que hay fantasmas, tiene esa fama, pero es mentira. Lo que sí puedo asegurar es que fue un sitio donde hay una enorme fuerza espiritual. O la hubo, en tiempo pasado, cuando estaba vivo mi padre (Jesús Guedexz). El castillo ya no es lo que era, como todo en la vida”.

Quizás Halloween nos sirve de excusa para imaginar que el pasado regresa o que el futuro no nos va a dejar desamparados. Como decía Mulder, el de los Expedientes X: Quiero creer. Necesitamos creer.

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