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Kristhyan Benítez: Los dedos que hacen magia

  A pesar de ser venezolano, países como Estados Unidos, Francia, Bélgica, Alemania e Italia han sido su casa en diferentes momentos durante sus 32 años de edad. Este hombre, orgullo de Venezuela en el mundo, trae para el 2016 dos sorpresas importantes: un disco de música clásica en el que hace un recital de música para piano  y otro, un proyecto de música venezolana de todos los tiempos, desde Vicente Emilio Sojo, Simón Díaz y Ricardo Montaner, hasta rock nacional.

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Foto de Portada: Anabella Padula

 

Empezó a estudiar piano a los cuatro años, por el afán de su  mamá de que su hijo  tocara algún instrumento. A los tres meses de haber empezado, se ganó un premio para tocar en su primer concierto profesional en el Teatro Teresa Carreño. Fue un concierto homenaje al Maestro José Antonio Abreu. A partir de allí comenzó todo. Al principio sólo era un juego o un hobby; sin embargo, al poco tiempo, estaba compitiendo y dando conciertos por toda Venezuela.

Reconoce que su mentora, su guía y segunda madre fue la pianista Olga López, quien a juicio de Kristhyan Benítez: Los dedos que hacen magia tiene la mejor escuela de música del país. Ella se ocupó, además, de dejarle toda su sabiduría, de hacerle ver y entender la música como algo sagrado, algo que le estaba entregado al mundo (al público). La pianista le  enseñó que la dedicación, la disciplina y, sobre todo, el amor, era lo fundamental para poder sobrevivir en un mundo tan competitivo y difícil, pero también lleno de una retribución espiritual enorme.

Anabella Padula

Foto: Anabella Padula

Kristhyan, ¿usted a quién le da el crédito de lo que es hoy?

El crédito es de muchos, tengo tanto que agradecer. A pesar de que ser pianista es una carrera muy solitaria, siempre tuve apoyo de muchas personas e instituciones. Aunque me formé como pianista, en la escuela de música de Olga López en Caracas, el colegio Emil Friedman fue clave en mis años de formación. Tuve una educación de altura. Hoy en día todavía recuerdo muchas de las cosas que aprendí ahí, académicamente hablando. Además, entendían perfectamente mi desarrollo como músico y me apoyaban con los compromisos que tenia que cumplir tanto dentro como fuera de Venezuela, entendiendo que no solo estaba desarrollando una carrera profesional sino también estaba representando al país. Estaré infinitamente agradecido con todo el colegio por ese apoyo tremendo que tuve. Por supuesto, mi familia también tiene muchísimo crédito en lo que soy ahora, Olga López, mi mentora en Venezuela, Philippe Entremont y Nelson Delle Vigne, mis mentores en París, Michael Lewin, mi profesor y ahora colega en Boston, José Antonio Abreu, por creer en mi potencial desde aquel primer concierto a los cuatro años. Todos esos comonentes, más la pasión y el amor que sentí hace 28 años y que todavía sigue creciendo, creo que hicieron y hacen la fórmula perfecta.

Ser pianista lo hace un hombre nómada, ¿en qué países del mundo ha estudiado y trabajado?

Después de graduarme de bachiller y de la escuela de música, hice mi licenciatura en Ejecución Pianística en Oberlin Conservatory, en Ohio, Estados Unidos, y luego me trasladé a Nueva York a la Manhattan School of Music. Posteriormente hice mi maestría en la Ecole Normale d’Musique de Parés junto con la Fundación Bell Arte en Bruselas y la University of Florida. Era un programa especial en que solo aceptaban a dos estudiantes. Afortunadamente, fui uno de ellos, aunque eso no te aseguraba que al terminar el periodo de dos años te iban a dar el titulo. Estaba en constante evaluación en conciertos por Europa, clases magistrales con grandes maestros, y mis dos mentores principales fueron el afamado pianista y director francés Philippe Entremont y el pianista y pedagogo argentino Nelson Delle Vigne. En ese tiempo tenía que viajar mucho y viví en Hamburgo, París, Bruselas y Florencia. Fue un momento memorable e importantísimo en mi carrera. Luego de eso me mude nuevamente a los Estados Unidos, a Boston, en donde me gradué como Doctor en Artes Musicales en el Boston Conservatory. Luego, por invitación de ellos, me dieron el Artist Diploma en el que básicamente fui el embajador musical de la institución por dos años más. Ahora me considero ciudadano del mundo y quiero seguir explorando territorios y escenarios.  Actualmente vivo actualmente en Boston, una ciudad increíble que me ha dado muchísimo. Ahí tuve oportunidad de crecer tanto personal como profesionalmente. Estaré ahí temporalmente, pero con metas de vivir en otra ciudad. Nueva York, Ciudad de México o Barcelona están en el panorama. Ya veremos. 

Me imagino que el 2016 nos va a sorprender con varios proyectos. ¿Hay algunos que le quiera contar a El Estímulo?

 El 2016 está lleno de muchos logros profesionales y varias sorpresas. Voy a publicar dos discos. Uno de música clásica en el que hago un recital de música para piano solo, y el otro es un nuevo proyecto de música venezolana de todos los tiempos, desde Vicente Emilio Sojo, Simón Díaz y Ricardo Montaner, hasta algo de rock nacional. Voy a estar trabajando con mi amigo Álvaro Paiva, fundador de la Movida Acústica Urbana, quien será el productor y arreglaste del disco. La idea es atraer a un público nuevo que conozca y se sienta más identificado con los dos géneros: clásico y nacionalista. Voy a tener la oportunidad de hacer mi debut en Taipei, mi primera vez en Asia, en donde además de tocar solo, y con orquesta, estoy invitado a una competencia como jurado e impartiré clases magistrales a un grupo de pianista de la ciudad. En el mes de mayo haré el estreno del concierto argentino de Alberto Ginastera en Boston junto a Unitas Emsemble, una orquesta que se dedica a promover la música latinoamericana en el mundo, fundado por la joven directora colombiana Lina Marcela González. Esta pieza se dio a conocer muchos años después de la muerte del compositor argentino, y voy a ser el primer latinoamericano en tocarla.

Anastasia Camargo

Foto: Anastasia Camargo

 ¿Cuál considera usted que es el secreto para ser tan disciplinado?

El secreto, definitivamente, fue el apoyo incondicional de mi familia. La dedicación de mi mamá desde que era un niño, que se ponía conmigo a estudiar, porque lógicamente, con cuatro años, yo quería jugar con carritos…  Y definitivamente, el otro componente, es el amor de hacer lo que me apasiona.    

 ¿Qué es lo más complicado de ser pianista?

La incertidumbre de haber estudiado muchísimo y haberte preparado para un concierto y nunca tener la garantía al 100% de que va a ser completamente óptimo para uno como artista o que el público no lo perciba así. Al final es arte, la subjetividad está activa en todo momento.

 ¿Qué es lo más gratificante de su carrera?

Tocar el alma del público, moverlos, hacerlos reír, llorar, saltar, que hablen contigo después de un concierto y te expresen lo que sintieron o lo que no sintieron, la honestidad ante todo. Por supuesto, el aplauso que recibo en mis conciertos, son poderosos y me hacen trabajar más para mejorar cada día. Esto es una carrera que nunca termina… ¡Siempre hay que estudiar!

 ¿A qué se dedicaron sus padres? , ¿hay algún músico en su familia? 

 Soy el único música en mi familia. Mi mamá es economista y mi papá, administrador e ingeniero.

 

 Con esa vida nómada, llena de viajes… ¿le ha costado tener pareja?

 Es muy difícil poder mantener una relación estable, y hablo de los artistas en general. No somos fáciles, jaja… y nuestro estilo de vida es muy particular. Es un poco más trabajoso conseguir a alguien que, además de tener todas las cualidades que uno busca en una persona, entienda, valore y tenga la paciencia de estar con un músico.  Aún así, ¡Siempre hay alguien destinado para uno en el mundo!

 ¿Sueña con volver a Venezuela por un buen tiempo?

 ¡Sí! siempre he soñado con poder tener mi familia en Venezuela y que mis hijos tengan las mismas vivencias, educación y familiaridad que yo tuve cuando era chamo.

 

 ¿Qué opina del Sistema de Orquestas? 

 El sistema de orquestas es un sueño hecho realidad. Cuarenta años de trabajo sin parar del Maestro José Antonio Abreu, y cada día da más frutos. El modelo de educar a niños y jóvenes, y convertir al país en una potencia mundial y un ejemplo, a través de la música, es increíble. Hay que recordar que son cuarenta años, no dieciséis.

 ¿En qué lugar del mundo soñaría presentarse?

 En Asia, completa. El Opera House de Sydney, Australia. La Gran sala del Conservatorio Tchikovsky en Moscú.  Uno de mis sueños es poder hacer una gira por África en lugares en donde realmente no llegue la música venezolana y regalarle esos momentos y poder contribuir con una buena causa en ese continente.

En pocas palabras…

 ¿Cómo se define?

Apasionado, estricto, disciplinado y enamorado del amor.

Principal virtud

 La transparencia.

Principal defecto

 Los limites que me pongo a la hora de soñar.

 Fobia más latente

 Los ratones.

 ¿Qué no haría nunca?

 No daría un concierto a un dictador, jamás.

 IG: Kristhyan

Twitter: Kristhyan

Facebook: kbpiano

Soundcloud: kbpiano

YouTube: kbenitez

Website: www.kbenitez.com

Audio de la última pieza que sacó Kristhyan en agosto, llamada: Mañanita Remix

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