Espectáculos

Lo gótico y lo galáctico de Batman vs Superman

Lo soñamos desde niños: Ciudad Gótica y Metrópolis a ambas orillas del lago, como Maracaibo y Cabimas. Un intento de visión conciliadora entre el crítico de cine y el fanático que tripea con el combate más esperado de las Artes Marciales Mixtas: la gomina contra la barba de tres días

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Ha llegado el día: está en la cartelera una película en la que aparecen Batman y Superman. Semejante idea se venía manejando al menos desde 2001, con Christian Bale y Josh Hartnett como nombres tentativos para los roles principales, y se anticipaba como un aviso publicitario en el filme apocalíptico Soy Leyenda, de 2007. Bale, Nicolas Cage, Ben Affleck, Jude Law, Paul Walker, Brendan Fraser y hasta Will Smith fueron candidatos para interpretar al Hombre de Acero en proyectos con los que se especuló por aquellos años; Kevin Spacey, Jack Nicholson, Ralph Fiennes, Johnny Depp o Robert Downey sonaron como posibles Lex Luthors; terminamos con el fundador de Facebook.

Ha llegado el día. ¿Por qué no me siento demasiado emocionado? De la manera más honesta  e incontaminada posible (se lo juro por mi madre: no he leído ninguna crítica), intentaré desglosar lo que me gustó y no me gustó tanto del mamotreto del director Zack Snyder.

Podrido como Ciudad Gótica:

1-No es una película para críticos ni para el Oscar. O para los que juzgamos el cine con cánones convencionales. El guión tiene problemas, y serios. Sales del cine traumatizado. No hay mensura, contención, coherencia de estilo o elegancia. Vamos, Zack Snyder, estoy seguro de que puedes dar más que una cascada de perlas. Usted dirá: todas las megaproducciones de superhéroes (o de vacaciones) son así, pero hay excepciones. The Dark Knight (2008) tuvo ocho postulaciones al Oscar y por poco se coló en la categoría de Mejor Película. La primera Batman (1989) de Tim Burton es redonda al menos arquetipalmente. Del mismo Zack Snyder está Watchmen (2009).

2-Los villanos. El cine de superhéroes está saturado. Lo que no es sinónimo de decir que el género ha muerto o que no se puedan hacer más películas decentes dentro de él. Pero ya no es tanto la gallina de los huevos de oro. ¿Qué películas fueron las más taquilleras de 2015? Star Wars y Jurassic World. ¿Cuál ha triunfado en 2016? Deadpool, que de algún modo es el canto del cisne, una de las últimas vueltas de tuerca que se puede dar a través del cinismo. Ant-Man y Guardians of the Galaxy también iban más o menos por allí. Y eso se está notando en los malos de las películas. ¿Cuándo fue la última vez que vio un villano realmente memorable? Ya casi ni rostro tienen. En Batman vs Superman hay uno que no da risa y otro que parece un orco de bajo presupuesto.

3-Ya es hora de que Clark Kent y Lois Lane trabajen para El Estímulo. Ella podría ser una periodista de investigación de esas que se lanzan para Tumeremo. A él no le veo mucha vida ni como pasante de deportes. El asunto es: dolorosamente, los medios impresos están en crisis terminal y no solo en Venezuela. En las películas (entre ellas Batman vs Superman) se ven todavía más obsoletos, con una diagramación que ya casi no se usa en ningún periódico. Más allá de eso, la construcción de esa cosa llamada “opinión pública” ha sufrido una profunda revolución.

La era de las redes sociales nos da una cura de humildad diaria a los supuestos expertos que nos exponemos en medios de comunicación: la gente no es tonta ni traga los contenidos de manera pasiva. Muchos periodistas no se lo van a admitir, pero algunos sentimos verdadero terror cada vez que revisamos los comentarios luego de publicar una nota en Internet, y respiramos con alivio si no nos han destruido un texto o nos han detectado un dato impreciso, un chiste bobo, un lugar común o un cartucho que ya hemos gastado en el pasado.

4-Los universos no son compatibles. Esta es una opinión muy personal, pero creo que a un conflicto de arquetipos como el de Batman vs Superman le convenía un formato más intimista. Cuando entran en juego amenazas extraterrestres y catástrofes en escala monumental, Batman queda un poco como cucaracha en baile de gallina.

5-No hay escena escondida. No. No se quede hasta lo último de lo último, viendo una interminable lista de créditos, luego de una película que ya de por sí es interminable, mientras los empleados de Cinex y Cines Unidos, con los peroles de limpieza en las manos, le miran con cara de Alma Llanera. A lo mejor se enterará de que la banda sonora incluye música de Dmitri Shostakovich. Pero básicamente perderá su tiempo. Yo lo perdí.

Luminoso como Metrópolis:

1-Gal Gadot está aquí. Ha llegado el día que algunos esperamos durante más de 30 años: la Mujer Maravilla aparece en una película. Y no es la mami del salón de clases, sino la chama pana que no estaba mal, pero sufría algún desorden de crecimiento menos grave que el gigantismo, o la niña grande que salió del colegio de monjas y jamás se adaptó a la universidad o a tener senos grandes. José Luis Rodríguez decía: no te enamores nunca de una mujer gitana, y lo mismo se podría decir de una mujer judía (o de una maracucha, o de una bachaquera). Pero Gal Gadot es chévere.

Lo de menos es el desfile de vestiditos: es una figura protectora, en cierto modo un modelo femenino de la vieja guardia. Para este papel sonaron alguna vez Sandra Bullock, Angelina Jolie, Megan Fox, Beyoncé, Adrianne Palicki, Eliza Dushku o hasta una de esas misses indias que un momento dado fueron el Doomsday de Osmel Sousa (la Miss Mundo de 2000). En la publicación masculina UB, el papel lo interpretó Alexandra Rodríguez  (http://elestimulo.com/ub/alexandra-rodriguez-como-heroina/). Yo pienso que la uruguaya Natalia Oreiro en algún momento daba la talla. ¿Cuál era la favorita suya?

2-Las escenas de peleas. Es cierto que el cuarentón Batman hace trampa (en Artes Marciales Mixtas, el equivalente a meter los ojos en los dedos), pero habría que ser bien mentiroso para decir que no es emotivo el momento en que (¡finalmente!) se entrompan los dos superhéroes de enfoques opuestos: el neurótico alcohólico y el engominado zanahoria. Hay otra escena culminante de acción (la película se hace más larga que un juego en el que la Vinotinto va ganando), no precisamente pulcra, pero repito, el que no diga que es estremecedora, creo que está alardeando más que rapero del hampa. Y por esas escenas es que Batman o Superman va a tener una taquilla atómica, más allá de que rompa o no los récords de todos los tiempos.

3-Ben Affleck puede decir que no es lo peor de la película. Tengo un problema con Superman. Entiendo que la reinvención de Zack Snyder tiene resonancias místicas, y que representa la solidez de valores en una época de descreimiento, pero yo sí creo que es un superhéroe unidimensional que ha quedado desfasado para el siglo XXI. El casting pudo haber sido un poco más creativo tanto en lo que respecta a Henry Cavill como a Ben Affleck (las discusiones de castings de superhéroes son interminables: cantinero, traiga otra ronda de frías), pero tampoco es que Affleck pone la torta.

Las escenas oníricas son un giro estético salvable. Por cierto, sigo sin entender porqué en todas las películas de Batman, el actor que hace de Batman, cuando está metido en papel, tiene que hablar como si tuviera algo atorado en la garganta o ronco por culpa de la calima.

4-Jeremy Irons. Parece que ha pasado un siglo desde que fui con mi papá al cine a la primera película en la que vi actuando a Jeremy Irons: El misterio de Von Bulow, en 1990. Solo tenía 42 años, aunque parecía que tenía más. Ahora tiene 67 años, aunque parece que tuviera menos. Como el mayordomo Alfred, es el típico actor de prestigio encargado de dar altura a la superproducción atorrante. Quizás es el único personaje cuyos diálogos provoca escuchar.

Anécdota personal: hace meses le dije a una de mis mejores amigas que a veces tenía la sensación que me moriría “joven”. Y mi amiga (siempre nos tratamos de usted, por una joda mutua) me respondió con la misma frase de Alfred a Bruce: “Ya usted es viejo para morir joven”.

5-Sensaciones dispersas. Hay cosas que nos gustan de las películas aunque ni podamos racionalizarlas. A mí me gusta cómo suena el motor del Batimóvil. No me agradó Lex Luthor, pero lo único que no puedo olvidar de Lex Luthor son las piernas largas de su asistente asiática (Tao Okamoto, Mariko en The Wolverine, ¡marica!).Por cierto, ¿habrá espacio para Melissa Benoist en La Liga de la Justicia? Navidad de 2017, solo en cines. Wonder Woman en junio de 2017, gane o no las elecciones Hilary Clinton.

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