Que suban los precios para que baje la inflación

El Vicepresidente para el Área Económica anunció un nuevo sistema de precios, al cual atribuyó la capacidad de generar mayor producción y más abastecimiento. También reconoció que “teníamos unas expectativas de 900% en la inflación”, superior al 720% pronosticado de diciembre de 2015 a diciembre de 2016 por el FMI, pero que “la perspectiva en materia inflacionaria para el segundo semestre va mejorar”.

Con estas declaraciones, el Vicepresidente acepta un punto fundamental. El control de precios ha sido una de las causas del desabastecimiento, al desalentar la producción. No es posible invertir sustancialmente en actividades formales cuando el gobierno decide, según sus propios intereses, si reconoce o no los costos de producción. Menos cuando los controles propician la organización de proveedores, distribuidores y competidores informales.

Dado el retraso en los ajustes, debe quedar claro que los precios controlados tienen que subir como una condición para que pueda aumentar la producción. Sin embargo, ajustes arbitrarios en los precios no son de ayuda, cuando no se conocen su propósito y periodicidad.

Pero esto no basta. Elaborar presupuestos es indispensable para invertir. El BCV dejó de publicar información oficial, y las filtraciones esporádicas de cifras son de poca ayuda y mucho ruido.

Una inflación estimada en 900% de diciembre 2015 a diciembre 2016 supone un incremento intermensual promedio de 20%. ¿Ya ha ocurrido? ¿Cuál es el incremento estimado por tipo de bien? Porque el presupuesto de una empresa depende de la combinación de bienes y servicios que expliquen sus ingresos y sus costos. ¿Cuándo revisará la SUNDDE nuevamente los precios controlados en un contexto de inflación como el previsto por la Vicepresidencia?

Por otro lado, el Vicepresidente omitió referirse al presupuesto nacional. Este debe presentarse a la Asamblea Nacional en pocos meses. Con el Estado de Excepción, el Presidente de la República advierte que no pretende hacerlo sin reservarse la potestad de continuar haciendo gastos extrapresupuestarios. Y el modo como el gobierno hace sus gastos y los financia, recurriendo incluso a las reservas internacionales, ha sido una de las causas de la inflación y de la inestabilidad cambiaria de los últimos años.

Reconocer el papel de los precios en la producción es necesario, pero no suficiente. Proceder a la eliminación secuencial de todos los controles es lo deseable. Sin embargo, el incremento de precios controlados contribuirá a reducir la inflación futura sólo si la disciplina fiscal y la transparencia informativa son parte esencial de la política gubernamental.

Es necesario insistir en la importancia de la tecnología y la innovación para producir en el mundo de hoy. Sin nuevas inversiones poco podrán hacer las empresas venezolanas sobrevivientes. Y sin algo de estabilidad, certidumbre y predictibilidad, no bastarán los aumentos ocasionales de precios por voluntad vicepresidencial para generar mayor producción y más abastecimiento.