Economía

Las neveras vacías de la atribulada Venezuela

Mayra hizo fila todo el día por dos paquetes de harina de maíz y de pasta. Acaba de sancochar plátano para agregarle al almuerzo. “Mi nevera está pela’ita”, muestra a la AFP, tras abrirle las puertas de su humilde casa en un barrio popular de Caracas.

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“Nosotros no comemos las tres veces al día, desayunamos tarde y almorzamos tarde y ya. La leche no se consigue. A los niños les damos fororo (cereal harinoso de bajo precio) para dormir”, dice Mayra de Ramos, de 64 años, quien vive en Catia con tres hijos y tres pequeños nietos.

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