¿Podemos estar peor?
El azar no construye países. Las frases contrahechas sobre el futuro, los milagros, intervenciones divinas, no son suficientes.
El azar no construye países. Las frases contrahechas sobre el futuro, los milagros, intervenciones divinas, no son suficientes.
Basados en la segunda Ley de la Termodinámica y de su aplicación al universo, uno encuentra, por una licencia que me permito, no ajena a la realidad, que la entropía de los sistemas, es decir, su tendencia natural a la pérdida del orden, es aplicable también a las sociedades. En tal sentido, de acuerdo a esta ley en esencia, la cantidad total de desorden en el universo debe siempre aumentar, o al menos no decrecer. Así ocurre en los países, si se dejan las tareas al azar, o si no se acometen las acciones adecuadas para enderezar el rumbo.
Según la última edición del Índice de Estados Frágiles, Somalia es el estado más frágil del mundo. Durante años ha ocupado las posiciones más desventajosas de este estudio.
Somalia está ubicada en África, al sur del Sahara, cerca de una de las regiones más antiguas del mundo. Durante los siglos XIX y XX, su territorio estuvo repartido entre británicos, franceses e italianos, hasta que a partir del 1 de julio de 1960, comenzarían los territorios dominados por éstos países, a obtener su independencia por separado.
Asesinatos de presidentes y numerosos golpes de estado, alineaciones un tiempo con la desaparecida URSS y después con occidente, guerras con su rival Etiopía (País éste que ocupa también las primeras posiciones en el Índice de Fragilidad de Estados), guerras civiles (étnicas y religiosas), fragmentación del estado en nuevos estados como Somalilandia, Jubalandia y Puntlandia, parlamentos ubicados en el exterior, elecciones que nunca llegan e intervenciones externas en el medio de una desastrosa situación económica, marcan un buen trecho de su historia contemporánea.
El Producto Interno Bruto de Somalia en 2015 fue de $. 5.9 billones, para una población de 10.787.104 (2015). La esperanza de vida es de 55 años de edad (tasa de mortalidad de 96 niños por cada 1000 nacimientos). En Venezuela, aun con todos los problemas sanitarios y hospitalarios se mantiene en 74,2 años (En muchos países europeos supera los 83 años). Somalia es uno de los países con la mayor tasa de emigración en el mundo.
La tasa de inflación en Somalia es negativa -4%,provocada por una caída drástica y prolongada de la demanda interna agregada de bienes y servicios, sumada a una política monetaria equivocada. La mayor tasa de inflación alcanzada por este país fue 236%. La de Venezuela es mucho más alta. Bajos salarios y escasez son problemas compartidos por ambos países.
Podría seguir enumerando más problemas, pero lo que quiero enfatizar es que la historia de la humanidad está llena de ejemplos de países que mejoran, que empeoran, que se fortalecen o hacen más frágiles, que se hacen más viables o inviables, inclusive algunos nacen, otros desaparecen.
No hay duda que quienes hacen la diferencia son sus habitantes y en especial el grado de conciencia que tengan de sus problemas, de los retos para el corto, mediano y largo plazo y sobre todo de la voluntad que ejerzan para implementar las soluciones adecuadas.
La competitividad del país sigue cayendo. Según los resultados de la última edición del Indice Global de Competitividad (IGC) del Foro Económico Mundial bajamos a la posición 130 de 138 países, muy cerca de todos los países que son considerados como los más frágiles del mundo, de acuerdo al estudio indicado al principio. En el 2006, por ejemplo, ocupábamos en el (IGC) la posición 88 de 125 países.
El azar no construye países. Las frases contrahechas sobre el futuro, los milagros, intervenciones divinas, no son suficientes. El consenso, la confianza, el respeto a las leyes, el pleno ejercicio de las libertades y el fortalecimiento institucional, entre muchas tareas más, si son una buena base para comenzar.
¿Se puede empeorar? Si. ¿Se puede mejorar? También.