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Nobel para Dylan; ¿Grammy para Murakami?

Todos los años, previamente al anuncio del ganador, la misma expectativa. Los premios Nobel de la Paz y de Literatura son los que más aumentan las apuestas y generan más polémica una vez otorgados. Sobre los premios de Física, Economía, Química y Medicina, opinan solo los expertos. Muchos no conocen los nombres de los ganadores, mucho menos de los posibles candidatos.

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FOTOGRAFÍA: FREDERIC J. BROWN | AFP

Con el Nobel de Literatura siempre suenan los nombres de quienes deberían ganar el premio por su trayectoria, pero nunca lo ganan. Al eterno candidato Haruki Murakami, todos los años lo acompañan otros nombres: Joyce Carol Oates, Philip Roth, Ismail Kadaré, Margaret Atwood, el extraordinario Javier Marías y muchos más.

Inclusive las redes jocosamente extendieron el rumor que el premio había asignado al líder en ventas masivas, Paulo Coelho.

El Premio Nobel de Literatura es uno de los cinco señalados en el testamento del creador del premio Alfred Nobel. En esta categoría, el premio deberá ser otorgado «a quien hubiera producido en el campo de la literatura la obra más destacada, en la dirección ideal».

La evaluación para el otorgamiento de este premio no es sencilla. Un jurado de 18 miembros, formula invitaciones para recibir nominaciones de candidatos. Posteriormente escoge de 15 a 20 candidatos preliminares. Un mes después, en mayo de cada año, selecciona 5 candidatos. Entre junio y agosto, el jurado deberá haber leído toda la obra de los cinco candidatos, preferiblemente en su idioma original, si fuera posible. Durante el mes de septiembre el jurado delibera. En octubre se anuncia el ganador, en diciembre se confiere el premio.

Los candidatos nominados no son conocidos públicamente sino hasta cincuenta años después de conferido el premio. Es decir, en este momento solo es del conocimiento público el nombre de los candidatos que fueron nominados para el premio de 1965.

No hay un concepto sobre literatura que sea 100% objeto de un acuerdo. El sentido amplio comprende lo escrito, y hasta lo cantado. El restringido se concentra más en la escritura que posee merito literario que realiza “juegos” no ordinarios del lenguaje con construcciones complejas, no por complicadas o enrevesadas, sino por expresivas.

Este año el premio fue otorgado a un cantante, Bob Dylan. Confieso que me sorprendió, no muy gratamente. El basamento fue el siguiente: “Por haber creado nuevas expresiones poéticas dentro de la gran tradición americana de la canción.” No lo dudo.

Me gusta mucho Bob Dylan. Es un extraordinario músico. Sin duda uno de los mejores baluartes de la música popular del siglo XX, y uno de los que más ha inspirado a las generaciones siguientes de músicos populares. Bob Dylan tiene 43 nominaciones al Grammy y 12 premios otorgados. Varias veces inducido al Salón de la Fama del Rock and Roll y otro salones. En adición a un Golden Globe, 1 Oscar, varios Doctorados Honoris, Premio Príncipe de Asturias de las Artes, Pulitzer, Medalla Presidencial de la Libertad e incontables premios más.

Bob Dylan escribió también un par de libros, en adición a su prolija producción de letras de canciones. En 1966 escribió “Tarántula” relacionado con su vida y sus canciones y en 2004 la primera parte de su biografía “Crónicas Volumen I”

Mi problema con Dylan es que reconocimientos le sobran. Ya sabemos que es uno de los mejores compositores de música popular del siglo XX. Pero en la lista de los premios Nobel de Literatura se han quedado muchos sin ese reconocimiento. Proust, Nabokov, Kafka, Cortázar y sobre todo el gran Jorge Luis Borges, entre muchos otros.

Por eso no sería loco pensar que el próximo Grammy deberían dárselo a Murakami, por su dilatada obra literaria, que a lo mejor ha inspirado a algunos compositores musicales. (Algunos de sus libros como Tokio Blues-Norwegian Wood- basado en la canción de los Beatles o Baila Baila, Baila) ) pueden ser un buen comienzo.

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