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7 respuestas a las grandes preguntas que rodean a la Vinotinto

Con el 0-2 ante Brasil, Venezuela cierra la primera vuelta del premundial que da 4.5 cupos para la fase del Mundial, Rusia 2018. Apenas dos empates y dos unidades, luego de 10 juegos, suma la selección nacional para ubicarse en el último lugar de la clasificación. Para hacer balance de la mitad del torneo, en El Estímulo respondemos las principales interrogantes del proceso que inició Noel Sanvicente y que heredó Rafael Dudamel.

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vinotinto
Foto AFP / Juan Barreto

Restan 10 juegos y matemáticamente aún la Vinotinto no está eliminada, pero pensar en la posibilidad, si quiera, de optar por el quinto puesto que da oportunidad al repechaje, es una quimera. Planteamos entonces al equipo de columnistas de @Elestimulo las siete preguntas esenciales para tratar de entender el presente y futuro de la selección venezolana.

¿Ve usted diferencias entre el proceso de Rafael Dudamel y el de Noel Sanvicente?

Alexis Correia: No. Si nos vamos a la composición de las alineaciones, los cambios han sido relativamente pocos. Dudamel ha dado confianza a Peñaranda como titular (acierto) y el nuevo hombre en el pórtico ha sido Dani Hernández (Sanvicente apostó casi todo el tiempo por Baroja). De resto, el dibujo táctico de partida incluso es más o menos el mismo. En teoría, por un asunto de edades (Sanvicente 51, Dudamel 43) y hasta de aspecto físico, habilidad para la mercadotecnia o manejo comunicacional, da la impresión de que Dudamel está llamado a «renovar», pero ambos técnicos han estado marcados por relativamente pocas opciones para emprender esa renovación. No sobra el talento en posiciones como la defensa central, el mediocampista que acompaña a Rincón, los laterales, etcétera. Voy a hablar como italiano o «mourinhiano»: la seguridad de la defensa y la capacidad para salir con balón suele determinar en gran medida el destino de un equipo. Se parte de atrás hacia adelante.

Ignacio Benedetti:  No. Futbolísticamente este sigue siendo un grupo bloqueado, al que parece no sentarle bien todo aquello que no sea defenderse cerca de su propio arco. Cada vez que el equipo ha intentado la construcción de una salida organizada se ha comprobado que no es del gusto general. Incluso hay rendimientos individuales que han caído, lo que prueba esa ausencia de herramientas colectivas que nacen y se desarrollan en los entrenamientos. Pero este ciclo apenas ha incorporado a un futbolista distinto a la renovación que inició Sanvicente en sus últimos partidos.

Carlos DominguesExisten, pero son pocas en lo deportivo. Puertas adentro las hay, el grupo notablemente ha superado los temas conflictivos y el manejo comunicacional ante el entorno ha mejorado. Sin embargo, los efectivos en cancha prácticamente son los mismos y la intención de establecer una figura táctica distinta retrocedió con respecto a lo que se hizo en Copa América Centenario. El equipo perdió seguridad defensiva ganada en Estados Unidos y siguen cometiéndose los mismos errores. Parece que Dudamel cree que este grupo es el único maduro para poder encarar la eliminatoria, lo que preocupa porque no hay confianza plena en darle ya oportunidad a otro.

Jován Pugarín: No. Podemos hablar de Dudamel «El Pacificador», por las condiciones que rodeaban a la selección nacional cuando releva a Noel Sanvicente. Para mí sigue siendo una incógnita cómo fue que se llegó a ese extremo, con un tipo probado en la dirección técnica, como «Chita». Pero en cuanto a llamados y puesta en escena, los errores se repiten. Los jugadores siguen muy lejos del nivel que mostrarían con el proceso de César Farías o con sus propios clubes. Hay minutos de buena acción ante rivales más complicados, en el caso de Rafael, estará por verse si eso es casualidad o causalidad.

¿Cuál fue el punto más bajo y más alto en los procesos de Sanvicente y Dudamel?

AC: El punto alto de Sanvicente fue la victoria a Colombia en Copa América 2015. El más bajo no fue un partido de fútbol, sino todo el manejo de la crisis en noviembre-diciembre de 2015 y la rueda de prensa que dio en ese último mes. La situación se le había ido por completo de las manos y se reflejaba en su lenguaje trastabillante. En el caso de Dudamel, fue la primera ronda de la Copa Centenario 2016 y el punto bajo, quizás el 3-0 ante Uruguay o en general la sensación de que en las eliminatorias, tras la Copa América, terminó la ficción del «Super Dudamel joven, guapo y motivador».

IB: En el caso Sanvicente, el punto más alto de rendimiento fue la Copa América, en la que incluso supo reponerse a la mala actuación de Amorebieta para hacerle partido a Brasil. Su punto más bajo fue la primera parte de las eliminatorias, cuando no se llevaron a cabo las modificaciones necesarias en cuanto a las convocatorias. En el caso Dudamel se repite el escenario del pico más alto (Copa América), mientras que ante Colombia se pudo observar su marca negativa.

CD: Es difícil encontrar puntos altos en ambos procesos que sean expresados únicamente en la cancha. El de Dudamel, no me queda duda, fue el de la Copa América Centenario, cuando el equipo alcanzó resultados partiendo de la solidez del juego, aunque cuando reaparecieron los errores puntuales (ante Argentina) los viejos fantasmas volvieron. Su punto más bajo es el actual, en el que se ha perdido ese sello mostrado en la Copa y que se plasma en un juego espeso y marcado por las pocas variantes. El caso de Sanvicente fue igual: la Copa América en Chile sirvió para mostrar pequeños detalles de mejoría y se encontraron nuevos nombres: Figuera, Ángel y Otero. Su punto más bajo fue no poder restituir  las relaciones en el grupo. Eso marcó definitivamente lo que sus dirigidos mostraban en el terreno.

JP: Como ya es regular en los técnicos venezolanos: la Copa América en ambos casos. Eso se explica desde el tiempo que tienen para la convivencia. Lo hemos advertido antes, no es lo mismo un torneo corto, como ese, que una eliminatoria. Ni interesa a todas las selecciones por igual. Muchas utilizan esta etapa para probar variantes de cara al premundial. El punto más bajo fue todo lo que sucedió con Sanvicente en el tema extradeportivo. En el caso de Dudamel, el partido contra Colombia.

¿De quién es la responsabilidad de la actual posición de Venezuela en las eliminatorias?

AC: ¡Uf, de todos los venezolanos! Hablando más en serio, para mí los males empiezan en la etapa de César Farías, que paradójicamente era de los que más hablaba de futuro o de divisiones menores, al menos de cara a su discurso de autopromoción en la prensa. Hay un problema de fondo y es que la liga venezolana no es competitiva, atractiva y un largo etcétera, debido a su falta de independencia con respecto a la Federación Venezolana de Fútbol. Hay un simil en las relaciones FVF/Liga y Gobierno/empresas expropiadas.

IB: De todos. De los cuerpos técnicos de Sanvicente y Dudamel, de los futbolistas y de los federativos. Cada uno ha sumado su granito de arena para que este escenario sea una realidad. Hay personajes «satélite», que han contribuido, pero sin la permisividad de los protagonistas que menciono, su accionar sería nulo.

CDDel cuerpo técnico. Venezuela, con jugadores más modestos en el mercado y en técnica, logró ser competitiva con la misma estructura limitada de la FVF. Saber explotar las virtudes de los jugadores debería ser el mérito que ninguno ha podido tener.

JP: De la Federación Venezolana de Fútbol. Específicamente de Rafael Esquivel y luego de sus sucesores. Después, en el campo, de los técnicos y los propios jugadores. El fútbol venezolano ha vivido en una burbuja y a los dos técnicos recientes les ha tocado las verdes. Con Esquivel se perdió dinero y tiempo para modernizar un fútbol que gritaba cambios antes de 2007, cuando se realizó la Copa América. Contrario a ello, se vendió la idea de una potencia futbolística que no era tal. Entonces en 30 años no se dejó nada más que un Centro de Alto Renidmiento que valió tres o cuatro veces más que el de sus pares suramericanos y se dejó a su suerte a una liga en la que sobran equipos y falta competitividad. Además, quedó una dirigencia que recuerda a Jurasicc Park, con los mismos vicios del expresidente.

¿Debe Dudamel revolucionar su 11 y usar el resto de juegos de la eliminatoria como pruebas para la próxima eliminatoria, para probar otra hoja de ruta o para experimentar en algunos puestos?

AC: En teoría, por supuesto. Sin embargo, como dije antes, tampoco hay demasiado material para probar. Aquí se presenta un dilema: seguir jugando de manera abierta y alegre (y probablemente seguir cosechando derrotas) o cambiar el modelo táctico (por ejemplo) para fortalecer un poco la defensa y evitar seguir llevando golpes anímicos (que tampoco es una garantía, porque Bolivia a veces juega con cinco defensas e igual la golean). No tengo una respuesta clara. Ambas cosas son importantes: dar espacio a jugadores creativos como Añor/Peñaranda, pero al mismo tiempo evitar perder, porque cada derrota es como un retiro de la cuenta bancaria de una afición que en algún momento se acostumbró a ganar, o al menos a competir. La verdad es que a esta altura Dudamel nada tiene que perder. Puede poner a los 11 que le dé la gana o a la sub-17 en pleno, pero eso no arregla el problema de fondo: hay poco material en posiciones clave. Sema Velázquez no es demasiado superior a Vizcarrondo. Roberto Rosales no es lo que fue. Mikel Villanueva no hace olvidar demasiado a Gabriel Cichero. Pudiera ser interesante hacer pruebas con jugadores específicos, por ejemplo Rincón (en  teoría el mejor del equipo) en la banda derecha, un poco más adelantado, libre y de ida y vuelta, y no como el eje del mediocampo. O incluso Rincón como líbero, acompañado por dos centrales, una locura así. En todo caso hay que sacudirse la monotonía y la inercia.

IB: Definitivamente sí. La competencia es el mejor escenario para desarrollar respuestas, y este triste escenario, en el que Venezuela ya está eliminada, es perfecto para darle minutos competitivos a José Contreras o a Wuilker Fariñez; es el momento de probar a Rolf Feltscher como defensor central; se puede experimentar con una zona de volantes compuesta por Tomás Rincón, Rómulo Otero, Juan Pablo Añor, junto a un ataque conformado por Peñaranda, Jhon Murillo y Josef Martínez. Son ejemplos de lo mucho que puede experimentar Dudamel, tanto en el campo como en las concentraciones, lugar para evaluar la convivencia.

CDNo. Debe recuperar la competitividad y eso no lo asegura usando otros intérpretes. Los que están son capaces, no se les puede haber olvidado jugar. La revolución debe ser en ideas y en el juego.

JP: Sin lugar a dudas. Es hora de que Venezuela juegue a otra cosa. No tiene nada que perder. probar con un solo volante de contención o una línea de tres y dos carrileros. Qué se yo. Hay que menear la mata. Sacar a los jugadores de su zona de confort. Se debe evaluar quiénes realmente están dispuestos a cumplir con una idea y un deseo. Darles prioridad a los que no sienten estas convocatorias como una obligación y acabar con ciertos liderazgos que no facilitan la necesaria irreverencia de nuevos talentos.

¿Qué jugadores sorprenden por el bajo de rendimiento?

AC: Yo sigo pensando que los laterales son fundamentales en el fútbol, al menos en el fútbol de hoy, en su doble función. Para mí Rosales es un caso emblemático. Prometió mucho más de lo que es hoy. Tomás Rincón últimamente se ha dejado contagiar por la dinámica perdedora. Tengo que decir que Peñaranda, con todos los defectos y aspectos por pulir, ha sido de los mejores en la cancha de ambos equipos en los dos últimos juegos ante Uruguay y Brasil.

IBRoberto Rosales, Tomás Rincón, Wuilker Ángel, Oswaldo Vizcarrondo y Arquímedes Figuera. 

CD: Todos. Ninguno ha mantenido el nivel mostrado otrora, aunque el de Tomás Rincón influye directamente en el juego al ser el corazón del funcionamiento del grupo.

JP: Todos. Salvaría de la quema a Peñaranda y Añor, pero por el peso y la experiencia, es grave lo de Vizcarrondo, Rincón y Rosales.

¿Qué responsabilidad tiene Marco Mathias, mano derecha de César Farías y ahora de Dudamel en estos resultados?

AC: Mi nivel de seguimiento de la selección de Venezuela no me da para responder esta pregunta. Solo puedo decir que Dudamel, justa o injustamente, tiene la responsabilidad máxima de los resultados, que al fin y al cabo, son los que le juzgan.

IB: Mathías forma parte del cuerpo técnico. Particularmente no me creo la mentira de que su aporte es en la táctica fija, porque cuando se trabaja en un cuerpo técnico, la influencia no se aísla o se limita, es total o no existe. Esos reduccionismos lejos de acercarnos a una visión más global nos alejan del conocimiento. El fútbol es realimentación (Torrents dixit), querer dividir tareas y relaciones nada tiene que ver con esto.

CD: Alguna como parte del cuerpo técnico y siendo su especialidad el manejo defensivo. Los fallos en funcionamiento de la zaga son notables.

JP: La misma que la del entrenador. No me pareció acertada la decisión de Dudamel de contar con él y hoy sigue en evidencia su «aporte» al cuerpo técnico.

Al día de hoy, ¿cuál sería su 11 para enfrentar el resto de eliminatorias, suponiendo que todos estén sanos?

AC: ¡Perro! De los porteros ninguno me enamora, pero no hay que crucificar a Hernández por el error ante Brasil. Me gustaría clonar a Renny Vega más joven, porque me gusta ese tipo de portero. Sin embargo, volviendo a la pregunta, ¿Fariñez? o Hernández. Vizcarrondo, Rincón y Velázquez (tres centrales). Alexander González, Yangel Herrera (?), Otero, Feltscher, Añor, Peñaranda… Casi que estoy tentado a jugar sin delantero, tipo España. Me gustaría probar a Murillo. Lo de Rincón es porque se me hace fundamental un líder en la defensa, que salga con balón y con un concepto desde atrás, y entonces que los dos centrales técnicamente menos aptos se puedan dedicar a lo suyo. No obstante, sigue habiendo un boquete en el centro del campo, a menos que convirtamos a Otero en un volante más retrasado. En todo caso deben estar en el campo los más talentosos y ya veremos luego cómo los acomodamos.

IB: Respondo con otras interrogantes: ¿contra quién? ¿Dónde? ¿Cuándo? Debe comprenderse que no puede hablarse de once fijos porque no estaríamos teniendo en cuenta todas las variables que definen la actualidad del ser humano. Estos once fijos además se hacen apoyados en la ilusión de que algo funcione, ignorando lo que las relaciones y las sinergias nos enseñan. ¿Acaso Josef Martínez repetirá su rendimiento con el Torino en la selección? No, es imposible. Puede que juegue bien, mejor o peor, pero nunca será igual, entonces insisto en preguntar: ¿contra quién? ¿Cuándo? ¿Dónde? y ¿con quiénes? Entendamos al ser humano como un sistema dinámico, en el que es muy importante la influencia que sobre él tienen las relaciones en las que participa, entonces no podemos desechar el contexto.

CD: Dani; Rosales, Velázquez, Vizcarrondo y Amorebieta; Rincón; Añor, Guerra y Seijas; Martinez y Salomón Rondón. Convencer a Amorebieta no debe ser más difícil que recuperar el nivel de los que ya están.

JP: Fariñez o Contreras en el arco. Línea de 4: Rosales, Wilker, Velázquez y Feltscher; Rincón, Otero, Añor, Peñaranda y Josef en el mediocampo y Rondón adelante.

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