La soltería eterna, estar empatado con uno mismo
Tengo 28 años soltero, o mejor dicho, 28 años empatado conmigo mismo. No ha sido una relación fácil. Compartir todos los días con un egocéntrico que solo escribe de su vida, que es un híbrido entre un malandro y un sifrino, que es tan inseguro como ansioso, que es tan despistado que siempre contesta tarde los mensajes y que para colmo se llama igual que yo, es un trabajo más difícil que aprender a bailar salsa. Pero le he agarrado el ritmo, aunque a veces nos seguimos pisando.