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Unasur: ¿Otro traspié en la integración latinoamericana?

Recientemente, los cancilleres de Argentina, Colombia, Chile, Brasil, Paraguay y Perú mandaron un comunicado al ministro de relaciones exteriores de Bolivia en el cual expresaban su decisión de “no participar en las distintas instancias” del bloque hasta que no se garantice su “funcionamiento adecuado”. Como es del conocimiento, desde que Ernesto Samper renunciara a su reelección como Secretario General de la UNASUR, este organismo se encuentra sin Secretario General, exactamente, desde el 31 de enero de 2017, es decir, desde hace mas de un año.

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Uruguay se retira de la Unasur

Queda claro, que el trasfondo del asunto es mucho más complicado que una vacante sin llenar, o una disfunción institucional (que por cierto la tiene), sino que está estrechamente relacionada con la situación política y económica de Venezuela, con todos los cambios políticos que se han dado en la región en los últimos años, pero sobre todo con la proliferación de iniciativas de integración que ha habido en la región, y la falta de sustancia de esta última.
Comencemos con lo último. Unasur nace de hecho en abril de 2007, en la isla de Margarita. En mayo de 2008, se firmó su Tratado Constitutivo, el cual entró en vigor en marzo de 2011. Unasur sustituyó a la breve Comunidad Suramericana de Naciones, que había nacido en el 2004 como respuesta, entre muchas otras “motivaciones” a los resultados que habían dejado las fallidas negociaciones del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Unos países habían decido firmar Acuerdos de Libre Comercio bilaterales con los Estados Unidos. Otros, buscar un espacio de encuentro político para contrabalancear el peso de la Organización de Estados Americanos (OEA) en la región.
Es importante recordar, pero fundamentalmente resaltar, que en toda la región la integración nunca ha encontrado un foco permanente. ALAC en 1960, ALADI en 1980. La Comunidad Andina (CAN) en 1966. El Mercosur en 1991. ALBA en 2004. La Celac (2010), Comunidad Suramericana de Naciones (2004), Unasur (2011) y Alianza del Pacifico (2011). Por supuesto, que no todas estas iniciativas entran propiamente dentro de lo que la literatura en la materia considera como un verdadero esquema de integración (solo lo harían la CAN y el Mercosur), por lo que referirse a que lo ocurrido al Unasur fue una puñalada a la integración, no es precisamente correcto.
Se debe recordar, por ejemplo, que muchos países europeos han logrado realizar la Unión Europea, con un solo foco, que comenzó a operar sostenidamente a principios de la década de los cincuenta del siglo XX, y que con todo y las dificultades y retos por los que atraviesa, es el esquema de integración mas elaborado del mundo.

Uno de los problemas de la integración en la región latinoamericana es que ha estado sujeta a los vaivenes ideológicos de los gobiernos de turno. Todas las iniciativas que se mencionaron previamente han nacido, se han debilitado, se han fortalecido, o han desaparecido, en relación directa al enfoque ideológico de los gobiernos, y a la consiguiente y coyuntural dinámica sistémica (política y económica) de éstos.
Por supuesto que esto aplica en su totalidad al Unasur. Nace en los momentos en que los vientos en Sudamérica soplaban a la izquierda, y entra en crisis cuando éstos comienzan a soplar hacia el centro y la centro derecha (aunque el tema de la izquierda y derecha suena cada vez más a una infantil simplificación de la complejidad de los procesos políticos).
Unasur, perdió muchos de sus años de existencia en ideas, planes y proyectos carentes de sustancia práctica. También pasó mucho tiempo tratando de dotarse de una institucionalidad, y de una burocracia que en muchos casos no era técnica, sino fundamentalmente política. No es que no sea importante soñar, proyectar, etc, pero la dinámica de los procesos de integración requiere también de avances palpables en las “calles, por los ciudadanos”, y no de una sede física bonita de $43, 5 millones, como la ubicada en Quito, Ecuador. Requiere de una alineación de visiones de los gobiernos que se están integrando, en cuanto al sistema político y económico que en los tiempos actuales de esta fase de desarrollo de interacción que se ha denominado Globalización, sea la mas adecuada.
¿Cómo conciliar visiones de libre mercado, con una de economía central y absolutamente planificada? ¿Cómo conciliar visiones de democracia representativa con la denominada como “socialismo del siglo XXI”, sin que se produzcan cortos circuitos, desvinculación de propósitos y realidad de objetivos?

La situación política y económica por la que atraviesa Venezuela ha tenido un impacto importante en la decisión de los gobiernos que se han alejado de la Unasur. Para estos países su distanciamiento, y la excusa usada, es un mensaje que en lenguaje diplomático dice mucho, sin aparentemente decir nada. El escritor francés Pierre-Adrien de Courcelle, lo dijo hace mas de 100 años: “la Diplomacia, es el camino más largo entre dos puntos”. O en este caso, ¿será el mas corto?]]>

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