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Homofobia en la Federación Venezolana de Fútbol: una historia de acoso laboral

Durante cuatro años Alejandra Blasco fue la psicóloga deportiva de la Vinotinto femenina y durante un tiempo le tocó vivir una experiencia de acoso y hostigamiento por su orientación sexual, que apenas hoy se atreve a hacer pública

Federación Venezolana de Fútbol
Cortesía Alejandra Blasco
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Alejandra Blasco fue la psicóloga deportiva de la selección femenina entre los años 2014 y 2018. Ella misma puso fin a su relación con la Federación Venezolana de Fútbol y se marchó a España. Puertas afuera, nada se sabía sobre problemas internos. Pero durante ese tiempo le tocó experimentar una situación muy dura que apenas ahora se anima a revelar. Recientemente publicó en Twitter una acusación de acoso laboral dirigida al reconocido ex entrenador de ese equipo, Kenneth Zseremeta.

Zseremeta fue entrenador de la selección Vinotinto de mujeres desde 2008 y hasta 2017. Sus logros brillaron más que sus derrotas y se consolidó aun más como profesional. Actualmente reside en Panamá y es el DT de la selección femenina de ese país, que es el de su nacimiento.

Blasco, de 29 años, sostiene que durante el tiempo en el que sostuvieron una relación laboral el entrenador se dedicó a difamarla, desprestigiar su trabajo y manipularla conscientemente en varias situaciones. Y todo por su orientación sexual.

Su acompañamiento psicológico incluyó la preparación para la Copa América 2014, el Sudamericano Sub 17 en 2016, el mundial de Papúa Nueva Guinea en 2016, la Copa Mundial Sub 17 de Jordania en 2016 y el Sudamericano Sub 20 del 2018.

Federación Venezolana de Fútbol

La psicóloga deportiva reside ahora en Madrid, donde trabaja en una agencia con Sonia, su novia. Desde allá asegura que por esta relación fue agredida mientras prestaba servicios para la Federación Venezolana de Fútbol.

Kenneth Zseremeta fue despedido de su cargo, pero dejó claro que su despido no tuvo ningún “tinte político”. El entrenador sostiene una buena relación con Pedro Infante, el ministro de deporte del régimen de Maduro y fue condecorado con la orden Francisco de Miranda en su categoría Generalísimo (la más alta) en el año 2014.

-¿Cómo ha sido tu trayectoria académica y profesional?

-Estudié en Venezuela el pre grado en psicología, mención clínica, en la Universidad Arturo Michelena de Valencia. Después hice un máster en psicología deportiva aplicada a la actividad física y al deporte en la Universidad Autónoma de Madrid, aquí en España, donde vivo.

-¿Cómo te iniciaste en la Federación Venezolana de Fútbol?

-Comencé a trabajar en la selección en el 2014, cuando llegaron del mundial de Costa Rica. Casualmente fui a una rueda de prensa cuando Kenneth era el entrenador y allí dijo que necesitaban un psicólogo. Me preparé para trabajar en el cuerpo técnico, que siempre había sido mi sueño. Así llegó la oportunidad.

Le hice un informe psicodeportivo a una jugadora, se lo entregué y busqué todas las maneras posibles para que me invitaran a un módulo para comenzar a trabajar y poco a poco me fui ganando la confianza.

-¿Un amigo te advirtió que no dijeras nada sobre tu sexualidad al entrar en la FVF?

-Bueno, ahora que lo entiendo, este amigo me lo advirtió porque él ya había estado antes en la selección y ya sabía de ese clima de homofobia que había alrededor de la sexualidad de las jugadoras y sabía por propia experiencia que eso me podía afectar directamente.

-Al ser honesta y abierta, ¿sentiste rechazo? ¿de qué forma?

-Realmente no sentí rechazo por parte de las jugadoras. Del cuerpo técnico sentí “mucho chisme y habladera”. Una persona muy manipuladora me hacía pensar que todos hablaban de eso y que él era quien abogaba por mí y me mantenía ahí cuando realmente era él quien más cosas inventaba sobre mí.

-Teniendo contacto con las jugadoras, ¿supiste de casos en los que se les discriminara por su sexualidad?

-Muchas de las jugadoras han abierto esa ventana de su sexualidad, cosa que en la selección en ese entonces no era público, pero definitivamente ellas vivían un constante asedio del cuerpo técnico sobre temas sexuales, sobre las “enfermedades” que podía traer el lesbianismo, sobre cómo eso les afectaba en su rendimiento… Cuando yo llegué me di cuenta de que estaban generando un nivel de estrés en las jugadoras altísimo, porque no las estaban educando, porque la educación sexual en Venezuela es nula. Y siendo ese un lugar donde muchas de ellas buscaban refugio para ser libres, en vez de educarlas y decirles qué era lo correcto y cuáles eran las conductas que debían tener alrededor de su vida privada, lo que hacían era tratarlas mal.

-¿Alguna persona en particular fue más allá de rechazarte? 

-Más allá de la discriminación no sufrí ningún otro tipo de abuso y la única persona que lo hizo directamente hacia mí fue Kenneth Zseremeta. Aunque algunos integrantes del cuerpo técnico se callaban la situación, muchos intentaban ayudarme.

La mayoría callaba por miedo. Casi todos estaban ahí para ganarse un puesto e intentando llevar el pan a su familia y no se iban a arriesgar por mí a llevarle la contraria al entrenador.

-Según cuentas, él llegó a decir que eras una «enferma»» y que mostrabas conductas inapropiadas con las jugadoras… ¿Lo denunciaste? ¿le advertiste a alguien?

-No lo dije antes no porque no me sintiera preparada, sino porque sabía que iba a ser muy complicado que alguien me creyera más a mí que a él por el tema de los logros deportivos que había tenido, además con el nivel de homofobia en el país. De hecho, nuestra relación se fue desgastando muchísimo cuando me di cuenta de que él me mentía y hablaba mal de mí, pero todo se terminó de hundir cuando el nivel de difamación conmigo llegó hasta la parte federativa de la selección.

Un día me quería ahí, al día siguiente no. Él fue a los juegos bolivarianos y fracasó. Utilizó la desgracia que estaba viviendo nuestro país con la desnutrición para decirle al mundo que las jugadoras estaban desnutridas cuando jamás estuvieron desnutridas. La parte médica de la selección hizo un comunicado respecto a esto, mostrando los exámenes y nadie hizo caso. Le creyeron a él. ¿Cómo podía pensar que me iban a creer a mí?

-Lo describes en tu hilo en Twitter como acoso laboral, ¿era directo o tenía otras maneras?

-Su acoso laboral hacia mí consistía en difamarme, mentirme, hacerme quedar y ver mal ante todo el mundo con el que trabajaba. Hablaba muy mal de mí.

Él me tenía ahí, pero les decía a todas las jugadoras que la psicología no servía, que no hablaran conmigo y cuando yo estaba presente decía que se apoyaran en mí.

Yo siento que él me “aguantó” ahí porque siempre he tenido una buena relación con la jugadora Deyna Castellanos. Ella ya ha aclarado por qué no quiere tener una relación con Kenneth (en un podcast de Erika de la Vega). Yo sentía que él me quería tener ahí simplemente para mantener la comunicación con Deyna.

-La pregunta que muchos se hacen con malas intenciones: ¿por qué decides hablar ahora?

-Porque hace un par de años intenté hablar sobre esto, sobre la discriminación. De hecho, mi mamá hizo un tuit que se hizo viral con respecto a la relación con mi novia. Hablé de lo difícil que es vivir en una sociedad que discrimina, que me discriminó única y exclusivamente por mi orientación sexual. Era difícil.

En ese momento me llamó quien era su abogado y me dijo que si lo difamaba, me iba a demandar. No tenía tiempo para meterme en esas situaciones. Este año me pareció que era el momento de mostrar un poco más. Cada vez que la gente va por ahí defendiéndolo, es porque no saben quién es ni todo el daño que le hizo a la selección, a las jugadoras, a mí. Esa situación necesitaba expresarla.

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-¿Sientes que la discriminación sexual puede afectar el rendimiento de equipos tanto femeninos como masculinos?

-Claramente puede afectar el rendimiento deportivo porque simplemente cuando tú no eres feliz, no te sientes cómodo, libre. El nivel de estrés y ansiedad que puede generar eso va a afectar directamente tu rendimiento a nivel personal, no solo en el deporte sino en la vida. Por eso es tan importante el mes del orgullo y el día del orgullo y tenemos que luchar por esto todos los días. Nosotros merecemos tener la misma calidad de vida que cualquier otra persona.

En los equipos masculinos no hay tanta diversidad sexual a nivel de orientación, pero seguramente habrá muchísimos jugadores “en el clóset” que no se atreven a ser felices por este tipo de situaciones.

-¿Has experimentado algo similar trabajando y/o estudiando en otro lugar?

-Trabajé en otros lugares donde mis compañeros fueron excelentes conmigo, mi novia era bienvenida y mantenía mi vida muy tranquila. En la agencia The Marketing Jersey, donde estoy ahorita, hasta trabajo con ella. Mi jefe y todas las personas con las que trabajo son sumamente inteligentes, abiertas, preparadas, cultas, y nunca han tenido problemas con eso.

-¿Estamos atrasados a nivel deportivo?

-Yo no te podría decir si estamos atrasados a nivel deportivo o no, sí te podría decir que estamos atrasados a nivel de estructura. Definitivamente, si comparamos nuestra estructura deportiva con la de otros países estamos a años luz y sí estamos atrasados en la preparación más allá del área deportiva, porque tú a los jugadores no tienes que enseñarles solo a patear una pelota, tienes que enseñarles a “ser gente”, a vivir, a tener sentido común y ser personas útiles para la sociedad. Y eso falla muchísimo en países como Venezuela.

-¿Por qué los psicólogos son importantes para los equipos?

-Porque al final uno no juega solamente con el cuerpo, la mente lo maneja todo y tú puedes estar preparado para hacer un buen partido, pero si no estás preparado para manejar la presión como jugador, o si el equipo no es feliz, unido, que sepa manejar y tener una personalidad resistente para alto rendimiento, no vas a obtener los mejores resultados.

Un psicólogo te da más que eso, pero ese sería el comienzo.

-¿Cómo es tu relación con Deyna Castellanos?

-Mi relación con “Dey” se dio a partir de la selección, donde nos conocimos e hicimos buena amistad y comenzamos a trabajar por fuera, apoyándola en la parte de psicología deportiva. De hecho, hasta fui a hacer pasantías a su universidad, en el 2017. Después ella me contactó con el que es su agente cuando fue nominada a The Best (premio futbolístico mundial), hicimos un equipo de trabajo y los últimos tres años hemos conformado lo que llamamos el “Team Deyna”. Nos sentimos familia y hemos trabajado alrededor de eso.

-¿Qué crees que le hace falta a la Federación Venezolana de Fútbol?

-Le podría faltar gente joven, creo que la directiva está conformada por gente que ha estado muchos años ahí y creo que acercar gente joven con nuevas ideas y darle algo más fresco a la Federación sería ideal. Eso fue lo que pasó en el femenino, los tres nuevos entrenadores son jóvenes y nuevos y todo ha salido muy bien.

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