Espectáculos

Manuel Ángel Redondo, "En vivo" es un show distinto cada noche

El comediante y locutor vuelve a casa por unos días para una gira nacional que arranca el 29 de marzo en San Cristóbal y lo que promete es un encuentro con mucha interacción con el público y que varía noche a noche

Manuel Ángel Redondo
Fotos: Lord Comepiña, cortesía prensa Manuel Ángel Redondo
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Si sigue así va a tener que pedir muy pronto un pasaporte nuevo. Manuel Ángel Redondo anda en el que será su estatus durante casi todo el año: de gira. Haciendo espacio entre las borracheras de “Entregrados”, el comediante y locutor ha estado ejercitándose en tarima puliendo noche a noche un concepto de stand-up que se nutre de la interacción con el público.

Y con este show, al que ha llamado “En vivo”, viene a Venezuela para una serie de presentaciones que arrancan el 29 de marzo en San Cristóbal y continúan a lo largo de abril en Maracaibo, Valencia, Barquisimeto, Mérida, Maracay, Caracas, Margarita y Puerto Ordaz.

-Empecemos por aclarar algo, ¿emigraste o andas en una larga gira a ver qué pasa y te quedas en alguna parte?

-Empecé así y terminé emigrando. Me agarró la pandemia en Chile y solo llegué a hacer un show de una gira que tenía de tres meses. Me quedé atrapado en Chile un año, empecé a pensar cosas, en qué era lo mejor para mí y eventualmente cuando tuve la oportunidad de estar en Estados Unidos trabajando con un estatus legal, decidí que prefería utilizar Miami como base de operaciones fijas. Sin embargo, como tenía tanto trabajo pendiente, creo que apenas he estado un mes en Miami de forma continua. El resto ha sido viaje, viaje, viaje. Y ahora esta gira también. Seguiré así un rato, pero en teoría mi base de operaciones es Miami.

-¿Cómo hiciste para escapar de Chile mientras que Gabo Ruiz y Erikita, que estaban contigo, se quedaron allá atrapados?

-Yo tenía pendiente la gira de stand-up en Estados Unidos, entonces había un trámite ya andando que se atrasó por la pandemia en Chile, y cuando se empezaron a abrir las cosas a principios de 2021 se resolvió el papeleo y pude ir a Estados Unidos a trabajar.

-¿Llevas la cuenta de cuántos shows has hecho desde que saliste por Maiquetía?

-No los he contado, pero los tengo anotados. Tengo un orden de todos los shows que hice y qué material hice en cada uno. Son algodón… más que todo luego de la pandemia. Aunque en Chile pude hacer algunas cositas, el 2021 sí fue de más trabajo y más viajes. Déjame que los cuente y te paso el número porque lo tengo, así de gallo soy… (En efecto, tiene una lista muy organizada y van 86 shows)

Manuel Ángel Redondo
(Fotos: Lord Comepiña, cortesía prensa Manuel Ángel Redondo)

-¿Qué diferencia hay entre tu primer show de stand-up “Empezando de cero” y el de ahora, “En vivo”, apartando el hecho de que te rompiste el coco pensando en el nombre?

-Me di muy duro con el nombre… El tema con el “En vivo” es más que todo porque es un show que trato de que sea muy crudo y muy distinto cada noche. La gran diferencia es que “Empezando de cero” seguía una rutina muy específica y un orden, como una obra de stand-up ya preparada. Con “En vivo” lo que estoy tratando de hacer es meter muchas dinámicas de improvisación, muchos juegos y mucho de eso que he estado desarrollando en los últimos años tanto en tarimas como en el webshow. Eso me permite generar una dinámica distinta cada noche, un show distinto cada noche. Como este año tenía tantos sitios a los que debía ir, quise hacerlo con algo más directo o algo menos teatral, si se quiere. De eso va el show. Claramente tiene mis rutinas de stand-up, los chistes, pero también tiene todo eso a lo que se le llama crowdworking y nosotros en Venezuela le decimos hosteo en el cual hay mucha interacción con el público y de ahí salen dinámicas, juegos y demás cosas.

-¿Apoyar buena parte de un show en la improvisación y la interacción con el público no es un poco como andar por la cuerda floja?

-Es riesgoso, pero también es súper sabroso. Y es algo que he tratado de ejercitar durante los últimos años como para sentirme con la seguridad de decir “puedo hacerlo y sé que me va a salir bien”. Es parte también de estar tarima, tras tarima, tras tarima tratando de ejercitar ese músculo hasta que te sientas preparado para levantar la pesa, para ir a la competición.

-¿Qué sientes que espera el público venezolano de un show de comedia: que les hablen mal del gobierno, que les agiten la nostalgia o que les hagan sentir que forman parte de algo que anda desperdigado por el mundo?

-Creo que va más por lo último. El tema de la nostalgia se nos está venciendo. La gente que emigró ya tienen sus vidas muy estructuradas y si bien siguen siendo venezolanos y sus familias están en Venezuela, creo que llegar a cantarles “llevo tu luz y tu aroma” no es algo que agradezcan. Y tampoco lo político. Estamos muy saturados del tema político. Creo que los chistes, no sé, de Maduro, no son algo que la gente quiera ni agradece. Cuando nos van a ver a los comediantes creo que la gente espera eso, sentirse parte de una comunidad, sentir que les están hablando en su idioma, que después de meses y meses rodeado de una cultura ajena llega alguien y te habla en tu idioma, con palabras que te son familiares y con una visión parecida a la tuya. Creo que buscan la empatía y formar parte de ese colectivo, sentirse parte de algo.

-¿Cómo se gana al público que no es venezolano y que está ahí gracias a quienes llevan a sus novias y novios locales a los shows y a comer arepas?

-Se logra. Por eso que acabas de decir, ya tienen el primer nexo con Venezuela que es la persona que los llevó: el amigo, el compañero de trabajo, o su pareja. A través de allí ya hay un poco de conexión, ya tienen idea de tus palabras y hay muchos chistes con los que puedes hacer conexión. Como te dije, en los últimos años he estado haciendo mucho hosteo y siempre se puede conversar, se va hablando y de ahí hay mucho humor que puede salir acerca de las diferencias de palabras, a través de cómo esta persona de otra nacionalidad llegó a este grupo de venezolanos o llegó a casarse o a ennoviarse con este venezolano, eso siempre ofrece posibilidades muy sabrosas.

-Con tanto comediante venezolano regado por el mundo, ¿qué están esperando para hacer un buen documental o para crear una asociación de comediantes venezolanos en el exilio?

-Podría ser… Pero como estamos todos cada quien tan en su peo, veo difícil una aglomeración para eso, para hacer una fundación o un docu. Creo que eso tiene que ser la iniciativa de alguien con esa visión. Y por lo visto la tienes tú. Tú eres el de la idea, échale bolas…

-Listo, ese documental es mío

-Claro. Imagínate tú, viajar por el mundo, empezando a grabar chistecitos de comediantes… Pero bueno, lo digo más que todo por eso: cada uno está en su rollo. Mi generación de comediantes cuando empezamos a viajar hacíamos las giras de forma más planificada: fulanito iba en enero y el otro esperaba hasta julio… Pero como pasó lo de la pandemia, todas las fechas se revolvieron y estamos todos ahorita como pisándonos los talones, cada quien haciendo giras los mismos meses en las mismas ciudades. Creo que falta un poquito más de estabilidad y que pase el tiempo para poder hacer una cosa como la que propones…

-¿Qué ajustes tiene la versión de “En vivo” que harás en Venezuela que la diferencien de los shows hechos fuera del país?

-Trato de organizar mi setlist de cada noche con lo que crea que es lo mejor que puedo hacer. En ese sentido, estoy probando cosas nuevas todas las noches, estoy cambiando el orden de las dinámicas. Así que se podría decir que en realidad los shows en Venezuela serán distintos entre sí, igual que lo serán los de Europa también. Como te digo, hay chistes fijos, hay una rutina de stand-up comedy convencional y también hay mucho de esto de generar dinámicas e improvisación. Eso permite que el show sea distinto siempre.

-¿Hay temas que son intocables, de los que no quieres hablar o tocar en tus shows?

-No, pero sí entiendo el tema de las plataformas. Puedo, por ejemplo, hacer un chiste sobre el cáncer en mi show o frente a una gente que pagó por verme y entiende qué estamos haciendo, entiende que estamos tratando de hablar de cosas difíciles a través del humor. Pero no es lo mismo a que yo ponga ese chiste en mi cuenta de Twitter o de YouTube y que tenga acceso todo el mundo. Creo que va por ahí. No le tengo miedo a decir nada, pero sí entiendo las distintas plataformas que existen para decir lo que quieres decir.

Hay que ser responsable y saber de entender el peso de las palabras. Y entender mucho el peso de las distintas plataformas. Una vez que las entiendes sabes qué tipo de libertades tomarte y sabes cuáles espacios son para ti más seguros como comediante.

-También hay maneras. Lo ves en gente como Dave Chappelle, que habla de cosas delicadas, hace chistes pero al mismo tiempo te está haciendo pensar y reflexionar y no deberías ponerte a pelear con alguien que te está haciendo pensar…

-Sí. Y por eso Chappelle es de los más grandes, pero si te pones a ver también ha estado en sus polémicas.

-Sí, siempre hay extremos. Pero lo importante es que él no se queda en el chiste, te va empujando a reflexionar… Hablando de eso, toda esta experiencia ganada fuera de Venezuela, ¿en qué te ha hecho cambiar, o mejorar, o empeorar?

-He aprendido mucho acerca de las distintas discusiones sociales que se están dando en el mundo y que quizás no han llegado tan de frente a Venezuela. Si bien mi comedia es bastante grosera y bastante directa, también trato de cuidar mucho las palabras y las cosas que digo. Y no por un tema de autocensura sino por hacerlo mejor. Por ejemplo, creo que por estar mucho tiempo en Chile o en Argentina, países donde estas discusiones son bien importantes, ya sé la diferencia entre decir un chiste acerca de “las novias” y acerca de “mi novia”. Y más allá de eso, saber si ese chiste es porque mi novia es mujer o porque mi novia es mi novia, si estamos hablando acerca de las relaciones o acerca de los géneros. Hay mucho de ese tipo de cosas que te hacen ver directamente hacia dónde va el chiste y creo que te hacen ser mejor comediante. Eso es lo que he estado aprendiendo: cómo hacer comedia en medio de lo que está sucediendo con respecto a todas estas discusiones sociales. Y sobre cómo hacerlo bien y sin miedo.

Manuel Ángel Redondo

-¿Qué tanto escribes tus rutinas? ¿Eres de los que andan con su cuadernito anotando cosas?

-Un poco más digital. Lo hago en google docs. Aunque sí tengo una libretica, lo que anoto son los setlists para no olvidarlos o alguna idea rápida o cosas que necesito escribir. Pero sí soy súper ordenado y súper gallo, trato de escribir los chistes desde la primera hasta la última palabra o al menos hago una maqueta con la estructura, porque hay muchos chistes que salen más bien de un acting o de una improvisación. Soy el que anda con su teléfono y ahí hago notas de voz para no olvidar ideas o anoto en google docs, etcétera.

-Además de sacar a Yosue Ochoa de tu casa, ¿qué es lo que más quieres hacer apenas al llegar a Caracas?

-No solo sacarlo de mi casa, sino de mi cama. En mi anexo hay dos cuartos y él tiene uno ahí con un colchón en el piso donde dormía, pero como yo no estoy se va entonces para mi cama. Y eso es lo que me da arrechera. De verdad quiero sacarlo de mi cama. Seguramente la expectativa que hay de mi es que voy a llegar a emborracharme todos los días con los panas, lo que quiero es estar unos días con mis papás en casa: comidita de mi mamá, abracitos con el perro. Esas cosas que lo recargan a uno.

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