Estados Unidos exhortó el sábado a China a detener su «conducta provocativa y riesgosa» en el disputado mar de China Meridional, luego de que un barco de la guardia costera china cortó el paso a una patrullera filipina, provocando casi una colisión.
Dos días antes de que el presidente Joe Biden reciba en la Casa Blanca a su homólogo filipino, Ferdinand Marcos, el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, calificó en un comunicado las imágenes del incidente como un recordatorio del «acoso e intimidación» de China a los barcos filipinos en la disputada vía fluvial.
«Hacemos un llamado a Pekín para que desista de su conducta provocativa y riesgosa», dijo Miller, y agregó que cualquier ataque contra las fuerzas armadas filipinas desencadenaría una respuesta estadounidense.
El casi accidente de las islas Spratly el domingo fue el último de una larga serie de incidentes entre China y Filipinas en esta vía fluvial.
Pekín reclama la soberanía sobre casi todo el mar de China Meridional, ignorando un fallo internacional que señala que tal afirmación no tiene base legal.
AFP fue uno de los varios medios de comunicación que presenciaron el incidente tras una invitación a los periodistas a unirse a dos barcos de la Guardia Costera de Filipinas en un patrullaje de seis días por las aguas, visitando una docena de islas y arrecifes.
Los barcos filipinos se acercaron al arrecife Second Thomas Shoal, conocido en China como Ren’ai Jiao, en el archipiélago Spratly.
Cuando el BRP Malapascua, que transportaba a periodistas filipinos, se acercaba al banco de arena, un barco guardacostas chino de más del doble de su tamaño se cruzó en su camino.
Los periodistas de la AFP vieron el incidente desde el otro barco de la Guardia Costera filipina, que estaba a menos de un kilómetro de distancia.
El oficial al mando del Malapascua dijo que el barco chino se acercó a 45 metros de su embarcación y que solo sus rápidas acciones evitaron que las naves -con casco de acero- chocaran entre sí.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de China dijo el viernes que los barcos filipinos se habían «inmiscuido» sin el permiso de China y lo calificó como una «acción premeditada y provocativa».
Pero Manila contraatacó: «Las patrullas de rutina en nuestras propias aguas no pueden ser ni premeditadas ni provocativas». E insistió en que continuarán realizando las patrullas.
El incidente se produjo solo un día después de que el presidente Marcos recibiera al ministro de Relaciones Exteriores chino, Qin Gang, para mantener conversaciones en Manila con el objetivo de calmar las tensiones en la vía fluvial.
Marcos ha insistido en que no permitirá que China pisotee los derechos de Filipinas en el mar, y se ha inclinado hacia Estados Unidos en busca de fortalecer los lazos de defensa.