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El Centro Cultural Álvaro Talayero ya es una realidad en territorio pemón

Este viernes 6 de octubre en el Valle de Kamarata se cumple un sueño familiar que busca ayudar a mejorar las condiciones de vida del pueblo pemón de la zona y dar a conocer sus artes y oficios: el Centro Cultural Álvaro Talayero

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Siempre tratar de buscar algo positivo incluso en las peores situaciones. Esa convicción empuja a Carmen Inés Osío de Talayero y de ahí nace esto que será inaugurado el 6 de octubre: el Centro Cultural Álvaro Talayero en la remota comunidad de Santa Marta, en el valle de Kamarata -Parque Nacional Canaima- y que forma parte de un proyecto que aporta al pueblo pemón y al mismo tiempo constituye un homenaje y un reto familiar.

“Me voy con los pemones”, le escuchó ella decir a su esposo el 18 de enero de 2012 al despedirse. Ese día, Álvaro viajaba a esa región del país que tanto le apasionaba atendiendo a la invitación de un grupo de amigos. Pero un desperfecto en el helicóptero en pleno vuelo provocó un accidente en el que no hubo sobrevivientes.

“A Álvaro le fascinaba Canaima. Si en algún lugar hubiera podido haber muerto feliz, era ahí”, cuenta Carmen Inés: “Quiero que Álvaro se quede ahí, que con el paso del tiempo, cuando yo no esté mis hijos tengan la responsabilidad de atender algo de su papá que estará ahí, más que la tristeza de un cementerio, que sea algo activo, positivo, que les de también a ellos la motivación social de ayudar a su país. Vamos a recordarlo contento, que él genere algo bonito, que sepan que aunque no está vivo Álvaro puede aportar y seguir siendo recordado por todos. Álvaro era un hombre divertido, alegre y siempre fue muy generoso. Y yo sé que él quiere que eso esté ahí”.

Foto: Alejandro Cremades

Y, de hecho, ya está. En esa comunidad del Municipio Autónomo Gran Sabana, la estructura del Centro Cultural Álvaro Talayero solo espera por su inauguración formal.

“Después del accidente, siempre dije que la familia se quedaba con los pemones y que íbamos a hacer algo por los pemones”, relata: “Inicialmente, la familia Talayero Osío hicimos un concierto en la sala de lo que entonces era el BOD en honor a Álvaro y trajimos al coro pemón, que era un coro bastante nuevo. Yo lo que quería era resaltar en Caracas la capacidad musical de estos niños. Se hizo un coro con más de 80 integrantes, eso fue en 2013. Hoy existen coros bastante significativos en Canaima, y creo que de alguna manera ayudamos a que esto explotara un poco más y se resaltara la música y el talento pemón que hay en Canaima. Y eventualmente, dije: ahora quiero crear algo”.

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Los planes allí son múltiples: “Se me ocurrió la idea del Centro Cultural Álvaro Talayero para fomentar la cultura en ese territorio, para que eventualmente pueda yo iniciar otro coro de niños, para fomentar la cultura, para que se exponga la cultura de ellos… Y ellos mismos fueron quienes lo construyeron, ellos fueron los creadores. Ellos plantearon cómo iba a ser el centro cultural, los materiales que se iban a utilizar. Todo ha sido respetado en función a su cultura”.

Esto, por supuesto, no lo hizo sola. Aunque además de la idea aporta recursos propios, también contó con el apoyo del equipo de la operadora de turismo Eposak, del artista Milton Becerra y de la Fundación I Love Venezuela para hacer realidad su sueño y de la arquitecta Ana Vargas que estuvo involucrada en las obras de construcción. El centro va a estar dirigido en su día a día por gente de la comunidad, aunque Carmen Inés Osío asume que tanto ella como sus hijos Álvaro y Alexia Talayero son los responsables de su funcionamiento. Y hay ideas para que se sustente y aporte algo material a los pobladores kamarakotos.

“Se van a hacer exposiciones de cerámica, de cestería, de cómo construyen, de los materiales que utilizan… eventualmente va a ser también un centro de práctica cultural de la música, de sus cantos y bailes; y será un centro que será expuesto a los turistas. Eso de una u otra manera les generará a ellos ingresos para ir creciendo poco a poco en la comunidad. Espero que esto se vaya desarrollando con el tiempo en beneficio de la comunidad de Santa Marta de Tuaiwatöy”, explica.

Esta es una zona remota, alejada –por ejemplo- del sistema de posadas que hoy están activas en torno a la Laguna de Canaima, aunque en el Valle de Kamarata están Kavak, Uruyen, el Auyantepui y el Salto Ángel. El hospedaje más cercano está en Kavak y desde allí hay que hacer una caminata de unos 45 minutos hasta Santa Marta de Tuaiwatöy para conocer a los pemones kamarakotos.

“Ellos querían desarrollar esta área de Santa Marta y les propuse el centro cultural y aceptaron. Pero sí es verdad que la cultura pemón es cerrada, no puedes venir a imponerte, no puedes venir a alterarla. Tienes que respetar: puedes proponer y si ellos quieren, se hace. Y ellos quieren desarrollarse, quieren abrirse al mundo, quieren que la gente los conozca”.

Carmen Inés está consciente de que hay que plantear algo que atraiga a los visitantes: “Es un poblado que no es un centro turístico, pero sí va a ser un punto interesante para los turistas para ir y venir. La propuesta a ese turista es que venga a conocer esto porque Venezuela, pese a todas las situaciones, se merece que la vengan a conocer por el ejemplo que da esta pequeña cultura pemón, que está llena de principios, está llena de ganas de salir adelante. Venezuela tiene cosas maravillosas que la gente tiene que conocer y una de ellas, entre tantas, es venir a Canaima y conocer a estos niños, conocer su parte musical, las voces de esos niños, el canto pemón es espectacular, el concierto que se dio en Caracas fue del más allá. Y la cestería, lo que tienen, lo que hacemos, todas las maravillas de nosotros, son razones para venir”.

De momento, ella misma está trayendo a los primeros visitantes que llegan de diferentes partes del mundo para la inauguración del Centro Cultural Álvaro Talayero: “La idea es que tengan contacto con la cultura pemón, que la vivan. No es solo un acto de inauguración y ya, es un acto en el que los niños los van a recibir, la gente especializada en cestería va a mostrar su cestería, van a explicar la manera cómo se construyó el centro cultural… Es una experiencia bastante didáctica, los que vienen van a saber quiénes son los pemones”.

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