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La segunda oportunidad del soldado Juan Alejandro Amaris

Perdió los brazos y se quemó más de la mitad del cuerpo en la guerra de Irak. Estuvo cerca de la muerte, pero luchó por su vida hasta el último segundo. Hoy es un emprendedor gastronómico

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Maria Elisa Ramirez Toro

Juan Alejandro Amaris, colombiano, nació en la ciudad de Cali en 1981. Migró a los Estados Unidos de Norteamérica a los 18 años para reencontrarse con su madre. Se unió al ejército de EEUU y se formó como artillero. Lo enviaron a Irak y en este conflicto fue herido en combate.

Juan Alejandro Amaris, colombiano, nació en la ciudad de Cali en 1981. Fotografía de Maria Elisa Ramirez Toro
Juan Alejandro tuvo que adaptarse para realizar actividades mas básicas como conducir un vehículo. Fotografía de Maria Eliza Ramirez Toro

El exsoldado repasa cómo ocurrió el accidente que le cambió la vida: «Estábamos en una base que era muy atacada con morteros. La estábamos desmantelando para movernos de ahí, era invivible porque nos atacaban mucho. La misión, en ese momento, era darle un tanque lleno de gasolina a los iraquíes. Realizando la misión miro que ellos están como robándose la gasolina, entonces yo me salgo del carro y voy donde ellos, y en ese momento el camión se prende en llamas y explota. No recuerdo muy bien, pero sólo sentí la explosión del lado derecho y es cuando volteo, meto mi cabeza entre las piernas. Desgraciadamente el uniforme que teníamos no era a prueba de fuego».

«No recuerdo muy bien, pero sólo sentí la explosión del lado derecho y es cuando volteo, meto mi cabeza entre las piernas. Desgraciadamente el uniforme que teníamos no era a prueba de fuego»

Las quemaduras que el exsoldado sufrió durante ese triste episodio marcaron su piel de manera evidente. Fotografía de Maria Eliza Ramirez Toro


Sigue con su relato: «Se prendieron las camisetas, la de arriba y la de abajo, se quemaron encima de mi cuerpo. Yo me tiré al piso a tratar de apagar el fuego, pero era pasto seco, entonces aún más, todo se incendió. Dije hasta aquí fue. Abrí los ojos y puede ver el cielo azul, me paré corriendo y seguí, cuando llegó una camioneta me subí en la parte de atrás y me llevó donde se encontraban los americanos. Al llegar allí, estaban muy sorprendidos de verme. Me acuerdo que yo les decía qué llamarán el helicóptero que yo me tenía que ir, qué estaba mal. Y me acuerdo que mientras la gente me decía todo va a estar bien, yo le decía que si no estaba bien ‘díganle a mi hijo y a mí suegra que yo los amo’. Ya ahí no recuerdo más nada. Despierto cuatro meses después, en octubre. Eso fue el 20 junio 2006″.

«… y me acuerdo que mientras la gente me decía todo va a estar bien, yo le decía que si no estaba bien ‘díganle a mi hijo y a mí suegra que yo los amo»

Juan Alejandro ha contado con el apoyo de su esposa, Teresa Ceballos. Fotografía de Maria Eliza Ramirez Toro
Matilda es la hija de Juan Alejandro. Nació en los EEUU y es parte del motor que motiva al ex soldado. Fotografía de Maria Eliza Ramirez Toro

Juan Alejandro vive hoy en día en la ciudad de Coral Spring, en el estado de Florida. Está casado con Teresa Ceballos. De esa unión nació una niña llamada Matilda. Juan Alejandro trabaja en un emprendimiento familiar de comida tradicional colombiana, actividad que combina con los quehaceres del hogar y el fútbol. Actualmente juega con un equipo de amigos. Ha logrado rehacer su vida, avanzando con fuerza y gran convicción para luchar y llevar una vida cotidiana a pesar del accidente.

Las prótesis que lleva en los brazos, sin duda, le dan una gran movilidad y capacidad de acción, como se puede comprobar en su cuenta en Instagram, @juanalejandroamaris. Sin embargo su fuerza va mucho más allá, proviene de su entereza y ganas de vivir cada día a plenitud con los brazos en alto, sonriéndole a la vida que le dio una nueva oportunidad.

Según los medios colombianos, en 2019abrió un negocio de comidaen la ciudad de San Antonio, en Texas, Estados Unidos. Con la ayuda de su esposa, se enfocó en vender empanadas. La pandemia conspiró para que el emprendimiento no tomara vuelo. Años después, en Miami con su familia, volvió a los fogones para sumar a su oferta un plato típico de Colombia: la lechona. Debido al éxito, se prepara para empezar a producir estas dos comidas a nivel industrial.

Por Maria Elisa Ramirez Toro, fotógrafa. @mertbogota

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