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Elon Musk declara la guerra a Disney y esta es la razón

La batalla de Elon Musk contra Disney también da continuidad al apoyo del multimillonario a la actriz Gina Carano, tras su exclusión de la serie Mandalorian en 2021

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El magnate Elon Musk, propietario de X, Tesla y SpaceX, ha declarado la guerra a Walt Disney Co a golpe de mensajes difundidos desde su plataforma online de comunicación. En las últimas horas, el empresario ha anunciado su voluntad de financiar las querellas de empleados del grupo de medios que se sientan perjudicados por los criterios de contratación de la compañía de contenidos audiovisuales.

«Si fuiste discriminado por Disney y sus subsidiarias, simplemente responde a esta publicación para recibir apoyo legal», ofrece Musk.

En su andanada contra Disney, Musk también comparte un documento que, según describe el empresario, «acaba de recibir de una fuente anónima desde Disney. ¡es racismo y sexismo obligatorio e institucionalizado».

El desafío Musk a los propietarios de Marvel ya se verbalizó a finales del año pasado, cuando el segundo hombre más rico del mundo decidió eliminar la aplicación de Disney de todos los Tesla.

¿Qué dice el mensaje de Disney compartido por Elon Musk?

De los dos mensajes compartidos por el recientemente elegido por sus homólgos como el peor CEO del año, se desprende que el grupo Walt Disney favorece en sus criterios de contratación y de actividad a colectivos subrepresentados, pero en detrimento del resto de los empleados.

En el punto de mira se encuentran sociedades como Walt Disney Studios, ABC Studios, ESPN, Marvel Universe Live!, Marvel Studios Disney Channel, BlueSky, 20 Century Fox, National Geographic, Disney junior, Disney Xd, Fox Pictures, Aladdin, Lucas Film, Pixar, Freeform y The Lion King, entre otras.

En el referido documento, Disney exige a sus empleados el cumplimiento de, al menos tres, de las siguientes cinco áreas en materia de estándares de pantalla. Así la mitad o más de los personajes recurrentes deben proceder de grupos subrepresentados, porcentaje que también afecta a personajes secundarios, los actores o la temática o narrativa representada, tanto de forma puntual como episódica.

Respecto a otros parámetros, Disney requiere que el 50% o más del productor o coproductores, así como de los equipos de guionistas, también se encasillen en estos colectivos de baja representación. Además, se invita a que el director de casting sea de un grupo subrepresentado y no haya trabajado anteriormente en algún programa de Disney en ese cometido.

Apoyo a Gina Carano

La batalla de Elon Musk contra Disney también da continuidad al apoyo del multimillonario a la actriz Gina Carano, tras su exclusión de la serie Mandalorian en 2021, presuntamente tras la publicación de tuits en apoyo del partido republicano de los Estados Unidos. Entre otras compensaciones, la estrella de la pantalla reclama 75.000 dólares por daños y perjuicios, así como la reincorporación a la serie por orden judicial.

En este sentido, uno de los empleados de Musk, Joe Benarroch, responsable del área comercial de la red social, mostró la disposición de X de proporcionar «apoyo financiero a la demanda de Gina Carano, permitiéndole reivindicar sus derechos de libertad de expresión en X y la capacidad de trabajar sin intimidación, acoso o discriminación».

El pasado martes, Carano expresó su «más profunda gratitud a @ElonMusk y @X por darme la oportunidad de sacar a la luz mi caso». Según expuso la actriz, «después de 20 años de construir una carrera desde cero, y durante el régimen del ex CEO de Disney, Bob Chapek, Lucasfilm hizo esta declaración en Twitter, despidiéndome de The Mandalorian: «Gina Carano no está empleada actualmente por Lucasfilm y no hay planes para que lo esté en el futuro. Sin embargo, sus publicaciones en las redes sociales que denigran a las personas en función de sus identidades culturales y religiosas son abominables e inaceptables».

Ante la anterior declaración, Carano señala que «nada podría estar más lejos de la verdad. La verdad es que estaba siendo perseguido por todo lo que publiqué en cada publicación que me gustó porque no estaba en línea con la narrativa aceptable de la época. Mis palabras fueron constantemente retorcidas para satanizarme y deshumanizarme como un extremista de derecha alternativa. Fue una campaña de difamación de acoso destinada a silenciar, destruir y convertirme en un ejemplo».

Artículo publicado por El Economista

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