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Llegó la hora Vinotinto: En el nombre de los muchachos

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Son días santos y la selección se juega la posibilidad de reencontrar un camino de juego perdido hace ya bastante tiempo. Sin triunfos que avalen el trabajo de Noel Sanvicente y con las posibilidades de clasificación al Mundial de Rusia prácticamente consumidas bajo el fuego de los resultados, solo queda restablecer la ilusión de la gente con lo único que puede hacerse: ganando.

Llegamos a los días cruciales, que desde hace unos muy largos cuatro meses y tanto estábamos esperando. Avivados por la rutilancia con que las niñas de la Sub 17 apabullaron a sus rivales del concierto continental, ahora es el turno de la Vinotinto masculina, la de mayores, esa que alguna vez también nos puso a vibrar como lo hicieron Deyna y su combo y que ahora sobrevive bajo una égida de desesperanza.

“No es nada del otro mundo el poder sacar una victoria en Perú”, dijo el experimentado pero muy novel en lides de selección, Ángel Faría. Una declaración tan ligera no podía venir de cualquier otro seleccionado que haya enfrentado al combinado de la banda roja cruzada. Oswaldo Vizcarrondo sabe lo que es ir a una pelota dividida contra Paolo Guerrero y Roberto Rosales vivió en carne viva y propia las internadas desde la banda de Jefferson Farfán en un hervidero como lo es el Estadio Nacional de Lima, ciudad de la que Venezuela solo ha podido sacar un punto en siete partidos de eliminatorias mundialistas jugados en la tierra de Vargas Llosa y Túpac Amaru. Sí, es del otro mundo ir a ganar a Perú.

Ilusionarse con lograr un saldo positivo en esta doble fecha es más que utópico, considerando todos los elementos tangibles: cuatro derrotas en mismo número de presentaciones, sin poder efectuar partidos de preparación con el grupo completo para ensayar y calibrar mejoras en el juego y un sinfín de dudas en cuanto a la puesta en práctica de cualquiera que sea la idea futbolística que desee mostrar Sanvicente. Si se le suma las importantes ausencias contra Perú de Roberto Rosales, José Manuel Velásquez y Luis Manuel Seijas por sanción (tres de los más regulares en los choques que se han jugado en eliminatoria), la gravedad de la situación se agudiza.  Todo ello sin contar el enfrentamiento de misivas, dimes y diretes entre FVF, cuerpo técnico y jugadores, un aspecto que parece haber sido tímidamente superado, pero que dejó heridas que solo el camino de la victoria sanará.

Analizado desde ese único punto de vista, es ilógico refutar a quienes vaticinan que a Venezuela le espera una paila hirviendo tras estos dos compromisos y la desilusión se ciñe de todas esas circunstancias para pronosticar la repetición de un bochorno.

Sin embargo, siguen existiendo algunos puntos a partir de los cuales el análisis se puede aferrar para llevarle la contraria a la lógica.

Sanvicente es harto convencido de sus capacidades, y se necesita a alguien seguro de sí mismo, que puede echar a andar la máquina. La obstinación y obsesión por lograr los éxitos que siempre tuvo con sus clubes es un extra para trabajar el triple en darle un vuelco al fracaso. ¿Por qué no puede la selección repetir una presentación como la de Copa América ante Colombia?

Con la clasificación al Mundial de Rusia en un plano meramente heroico, el seleccionador conserva el espíritu y el orgullo de no abandonar el barco bajo derroteros. Cree e insiste en que puede mejorar el rendimiento colectivo y alcanzar un par de victorias, o al menos cuatro puntos, el salvoconducto que necesita para saberse con una oportunidad más para continuar. Sin haberse conocido algún ultimátum de parte de un ente federativo que se preocupa más por la supervivencia financiera que por la realidad deportiva del seleccionado, “Chita” debe tener el suficiente orgullo moral para asumir que otra debacle más significará la caducidad de su tiempo en la Vinotinto.

El listado de jugadores convocados es el enunciado de que confiará en la savia nueva para alcanzar ese tiempo que tanto necesita su proceso. “Traicionado” por algunos pesos pesados Vinotinto, confiará en los Otero, Peñaranda, Añor y compañía para darle vuelta a su angustiante situación de perdedor, tal como hiciera César Farías en el premundial pasado, cuando hizo ajustes en la formación inicial del equipo contra Paraguay como visitante y se la jugara con un debutante que a la postre fue decisivo aquella noche asunceña (Josef Martínez). Aquella decisión le salvó el pellejo al hoy DT de Cerro Porteño.

El “Plan Renove” tendrá solo unos días de práctica para saber si el riesgo dará su premio. Con Alain Baroja recuperado, la defensa quedará como el flanco más expuesto ante Perú. Solo Vizcarrondo es un fijo entre los cuatro de atrás y los pocos “rodados” Mikel Villanueva, Víctor García, Rubert Quijada y Faría tendrán la misión enorme de hacer el mejor partido de sus vidas para que “los cuatro fantásticos» (Farfán, Guerrero, Claudio Pizarro y Juan Vargas) no hagan ningún daño al casco del barco Vinotinto.

En la mitad, Arles Flores, de gran campaña en el campeonato local, se perfila como el compañero de Tomás Rincón. Sus títulos, sus participaciones en Copa Libertadores y su perfil de ser un agresivo perro de presa le dan los números para ser titular, más allá de poseer una casi nula experiencia vistiendo el combinado patrio.

La no convocatoria de Christian Santos y Ronald Vargas ha dejado ver que Noel se la jugará con los chamos, depositando en ellos todo el peso ofensivo del juego, dándoles la responsabilidad de servir de asistentes a Salomón Rondón. Salvo Alejandro Guerrera, hasta seis nombres de volantes ofensivos figuran en un abanico de efectivos para ocupar la zona de creación, con un reciente muy crudo en la selección. El país entero mantiene la ilusión de que ese grupo de imberbes, que andan tan bien en sus equipos, trasladen el hambre de gloria a la Vinotinto. Noel y el país depositan la confianza en chamos, una responsabilidad enorme.

El poco tiempo para trabajar la idea de juego con este nuevo grupo, hace pensar que en la alta y exigente competencia de una eliminatoria, la apuesta será descabellada, pero cerrará la duda de saber si ya es la hora de que los muchachos del nuevo cuño ensillen el caballo y comiencen a galopar.

Ya habrá tiempo de pensar en Chile. Ni el hecho de salir triunfante y vivo de Lima garantiza que se pueda mantener el tipo contra los australes. Contra los de Juan Antonio Pizzi regresarán Seijas, Rosales y “Sema”, pero Rincón, Vizcarrondo, Salomón y Wilker Ángel podrían perdérselo si ven otra amarilla contra los del “Tigre” Gareca. Sin alguno de ellos, el reto en Barinas será cuesta arriba. No se puede dudar.

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