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Real Madrid-Atlético: todo arde si le aplicas la chispa adecuada

Fue un partido tan simple para el Real Madrid que sorprende. No solo fue cuestión de superioridad merengue, que fue evidente, sino de caducidad de un sistema que no da para más. El Atlético ha entregado sus armas en el Bernabéu y Cristiano no mostró el más mínimo síntoma de compasión.

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Fotografía: EFE

Este es el Madrid de los mediocampistas. A cuál más bueno. Isco-Asensio-Lucas Vázquez demolieron a un Atlético que firmó la rendición cuando Godín no pudo redirigir un fantástico pase de Griezmann. La jugada, de «laboratorio», como decían los locutores de antaño fue lo mejor en estrategia que pudo mostrar el equipo de Simeone. Quién sabe cuánto tuvo que ver el destino en el desarrollo de este capítulo. Si Bale no se hubiera lesionado contra el Barcelona, tal vez los chamitos de Zidane se hubieran quedado en la banca.
Se puede dar lujos el Real Madrid cuando tiene a un jugador tan contundente. De cabeza, de chilena, con espacio o sin él, Cristiano Ronaldo, cerca del área, es la madre de todas las bombas. Entonces, sin las ataduras del 4-3-3, Cristiano y Benzemá se turnaron para entrar y salir del área. La diferencia entre uno y otro son grandes, pero no la capacidad de sacrificio. Repasemos por ejemplo el segundo gol del portugués. Karim deja que su cuerpo actúe como conductor de electricidad del balón y a la vez como masa que derrumba a la marca. Más temprano había sido al revés. Fue el francés quien recibió del goleador para intentar una media chilena que se salió fuera del poste derecho por muy poco.
«Todo arde si le aplicas la chispa adecuada», cantaban Los Héroes del Silencio y la defensa del Atlético fue un bosque seco durante los 90 minutos. El dominio del mediocampo, con un Isco muy activo, encontraba en Marcelo y Carvajal (antes de lesionarse) un desahogo del que no podían salir los colchoneros. Lo sufrió muchísimo Lucas al principio y Filipe Luis al final. Los costados del Atlético no tenían filtro y así llegó el primer tanto blanco.
El gol vale la pena revisarlo. Cristiano estaba en fuera de lugar en el primer centro, pero no interviene, por lo cual la jugada «sigue viva», porque la pelota ni siquiera llega a donde está él. Detengámonos ahí. Trate de recordar algún fuera de lugar obvio, cuando el delantero, por ejemplo, está más arriba de la mediacancha y la defensa en propio campo rival. En estas jugadas, el juez de línea no levanta la bandera hasta que el involucrado no corre o toca la pelota. La regla del off side ha sido una de las más modificadas en los últimos tiempos. De hecho en 2016 se publicó una nueva corrección. Entonces, lo admirable de CR7 en esta acción es la concentración en la secuencia, que continúa con el centro-disparo de Casemiro.
Decíamos que este es el Madrid de los mediocampistas y no solo por los nuevos valores usados tras la ausencia de Bale o en los partidos B. La precisión de Kroos y el apoyo de Modric relajan mucho el trabajo de Varane y Sergio Ramos. Pero sobre todo es Casmeiro el que se afianza como un todoterreno. Dos veces estuvo a punto de asistir a los delanteros, como si fuera Isco. En el tercer gol de Cristiano el brasileño actúa como cortina para que la pelota de Lucas Vázquez llegue al protagonista de la noche.
Es mezquino, con Bale o sin él, no reconocerle a Zidane lo que ha logrado. Este Real Madrid juega y mucho con el balón, a veces se le pasa la mano y la insistencia del toque en corto suma riesgos cuando aparecen rivales como el Atlético, que se encomiendan a la equivocación del rival o, en los momentos más inspirados, en la presión alta. Así fue como sucedió la única oportunidad clara del equipo visitante en toda la noche, muy bien resuelta por Keylor Navas ante el regate de Gameiro.
Será interesante observar cómo terminará la temporada este Madrid, a la espera aún del parte médico, porque sin Carvajal, aún con el bueno de Nacho disponible, el equipo pierde iniciativa. Ese detalle debería darle más peso a los volantes, como sucedió en el tramo final, cuando Vázquez corrió como loco por el carril derecho y pudo haber contribuido a una diferencia mayor.
¿Y qué hay del otro lado si aún queda un partido pendiente?
En una entrevista le preguntaban al Cholo si había un «estilo Simeone». Esta fue su respuesta: «El estilo es ganar. A partir de los jugadores voy buscando potenciar una idea: ganar. No me interesa gustarme a mí mismo ni a los demás. Por ejemplo, en el debate entre la posesión o ser directos, no se trata de decirles a los demás lo que quieran escuchar, sino hablar con la verdad. Y si yo no tengo los jugadores para elaborar una posesión sostenida, no debo intentar lo que no puedo realizar. Todos los partidos no los podés jugar igual, no es lo mismo enfrentar a Sevilla, a Valencia o a Barcelona. No podés jugar de la misma manera ni con los mismos jugadores».
Si el «estilo es ganar», contra el Madrid, no hay discusión posible. Si todo se resume al resultado, entonces no hay alguna letra más que agregarle a este análisis.]]>

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