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La Superliga Femenina, una obra en construcción

El primer torneo profesional para las futbolistas criollas superó varias expectativas en la Federación Venezolana de Fútbol (FVF), pero esta prueba piloto también tuvo sus lunares. A priori, superó la prueba de fuego de su estreno y, si prevalece la autocrítica, podría crecer más rápido.

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Texto: Luis Vilchez (@lvilchez8) / Fotografías: Omar Rodríguez y Carlos Celis

En el epílogo del Mundial sub-17 femenino de Jordania de 2016 (Venezuela quedó en el cuarto lugar), en el seno de la Federación Venezolana de Fútbol se empezó a barajar la posibilidad de una liga profesional para las futbolistas criollas. Lo que a principio de año parecía inverosimil, un rumor de pasillos, empezó a tomar forma,  en diciembre pasado, posterior al Mundial sub-20 de Papúa Nueva Guinea. Llevaría por nombre Superliga y vería la luz a partir de mayo, de este año, con 14 equipos.

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«Cultivo o utilización de ciertas disciplinas, artes o deportes, como medio de lucro», es la definición que le otorga la Real Academia Española (RAE) al término «profesionalismo». Sin embargo, más allá del dinero, en el fútbol se tiene que evaluar otros factores para ratificar que es practicado por profesionales y no por aficionados. En el caso de la Superliga hubo clubes que no cumplieron con lo estipulado por la RAE y otros que dieron grandes pasos para dejar en el pasado la palabra «amateur».

Solo el Deportivo Anzoátegui y Caucheros de Mérida no cumplieron con el pago de los sueldos de las jugadoras desde la primera hasta la última jornada. Situación que les puede acarrear multas o incluso perdida de puntos al equipo de Primera División masculina. Ese sería el caso de los orientales.

No hubo quejas en las otras oncenas, incluso equipos que no contaban con un «hermano mayor», es decir, representantes de la rama masculina, como SecaSports y Café Flor de Patria, recibieron cumplidos. Hilary Vergara, mundialista y central de la próxima camada de la Vinotinto sub-20, aseguró que el conjunto de Naguanagua cumplió con todo en el contrato, mientras que Meibi Mesa, figura en la institución cafetalera, llegó a asomar que eran tratadas como «reinas».

La logística también aprobó con nota alta. Se pasó de 48 forfeits en la pasada Liga Nacional, a que solo un partido no se disputara: Táchira-SecaSports. Por los módulos de la selección y el clima tenso de la protestas a lo largo del territorio nacional, varios juegos se reprogramaron, pero todos se cumplieron. El único percance fue una «situación tensa» que sufrieron las aurinegras en Socopó, cuando viajan a Carabobo para enfrentar a SecaSport. Por lo apretado del calendario, con los semifinalistas definidos y un paro cívico nacional en el tapete, las de Naguanagua no pudieron partir a San Cristóbal y fue el único duelo de más de 90 disputados en este semestre.

Con viajes hasta dos días antes, concentraciones y las tres comidas aseguradas, el trato a la jugadora se hizo más profesional, entendiendo que antes se reunían el mismo día para jugar. Todo esto significa un gasto importante y más si contamos que la entrada a los estadios era gratuita. Solo en ocasiones puntuales Estudiantes de Guárico (campeón de la Superliga y representante de Venezuela en la próxima Libertadores) cobró entrada: Bs 2500, un precio simbólico que incluía el estacionamiento en el estadio Alfredo Simonpietri, de Calabozo. El escenario cuenta con una sola grada.

Instituciones como Fundación Lala afirmaron que ven este torneo como una «inversión a largo plazo», según su gerente, Carly Ortega. Emmanuel Joseph, que forma parte del cuerpo técnico de la selección venezolana, resaltó que las jugadoras se entrenaran los cinco días de la semana y contaron con la supervisión de fisioterapeutas.

El campeón del torneo fue Estudiantes de Guárico, el subcampeón Flor de Patria y los semifinalistas fueron Táchira y Deportivo La Guaira. A Libertadores asistirá el cuadro estudiantil.

SUPER

Pero, ¿qué calidad de producto se vio? «Se vio lo que se esperaba. Algunas brillaron aprovechando que no estaban las que se fueron y las solapaban», indicó José Catoya, DT de la Vinotinto absoluta. Para tener una idea, hasta 29 de las mejores jugadoras emigraron a Colombia y a Europa.

En cuanto al trato, Catoya aclaró que en Colombia, país en el que se realizó la otra prueba piloto supervisado por Conmebol, hubo planteles que no cobraron y otros que viajaban mal. «Estuvo parejito en el trato de los clubes de aquí y de allá (…) hubo excepciones como América de Cali y Santa Fe que viajan en vuelos charters», aseveró el estratega.

A la venta

La Superliga pasó de la Comisión de Fútbol Femenino a la de Torneos y Competencia, bajo el mando de Gerardo Rivero. Con esa normativa se cumplieron a cabal los horarios y la presencia de todos los árbitros en los encuentros. Esto, complementado por el trabajo de prensa de cada club, atrajo el público a las gradas.

Táchira contó con el mejor promedio de asistencia: 1883 personas por partido, superando los registros de equipos de la Primera masculina, como Aragua, Atlético Venezuela y Metropolitanos, en el pasado Apertura. «El balance para la FVF fue superpositivo, superó todas las expectativas. La etiqueta #SuperligaFem fue tendencia nacional en Twitter todas las jornadas», explicó Carlos Celis, jefe de prensa de la selección nacional y de la Superliga. La apuesta fue a los medios 2.0, entendiendo la situación país y las escasez de papel en los periódicos.

La gran deuda del torneo fue la transmisión por televisión de los partidos. Celis aseguró que se reunieron con el canal TLT en varias ocasiones, pero no se llegó a un acuerdo en el tema económico ni en las fechas de los partidos. «Se lucieron en el mercadeo, en especial, por el seguimiento de la televisión», dijo Catoya sobre el torneo colombiano, la gran diferencia entre ambas competencias. Mientras en México, donde también se realizará una prueba piloto, Fox Sports televisará seis encuentros, tras un mes de campeonato en la Liga MX.

Por ende, a falta de un patrocinante para el torneo, aún el cartelito de «A la venta» está puesto. Se espera que para el Clausura, o en 2018 -cuando todo equipo profesional debe tener una divisa femenina según la FIFA-, se televisen los encuentros y se tenga un respaldo financiero.

Por mejorar

La queja generalizada de la mayoría de los equipos refiere a los árbitros. Tanto entrenadores como jugadores solicitaron más capacitación para los jueces. Otro tema que despertó suspicacia era que todos los colegiados eran de la región donde se jugaba el patiod, por motivos económicos y para evitar ausencias. Eso traía como consecuencia que si se juegaba un Carabobo-Táchira, el encargado de llevar la justicia era carabobeño y así en todos los partidos.

Y si bien el tema comunicacional fue lo más destacado, un desliz hizo mucho ruido. En una entrevista radial, Juan García, representante de la Asociación de Clubes, habló del caso de Rayveliz Hernández, jugadora de Flor de Patria que salió embarazada y que supuestamente había sido expulsada del equipo. Los cafetaleros respondieron con un comunicado de prensa, mostrando su molestia y alegando incumplimiento de contrato. «Se empezó diciendo su apellido mal (se usó Socorro como estaba en Facebook, que era su segundo apellido), ya por ahí vas perdiendo 3-0. No es lo mismo expulsarla que no apoyarla en su embarazo, que fue lo que pasó», indicó Celis. El periodista confesó que el tema fue muy mal llevado en lo comunicacional y que por parte de la Asociación se tomo «a la ligera».

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El otro lunar fue el cambio de chip en las jugadoras. A muchas les costó al principio entender que ya no jugaban en una liga municipal, sino en una profesional. Esto significaba cuidar la dieta, asistir a los entrenamientos y respetar la concentraciones; además de cuidar los contenidos que se suben a la redes sociales. En este aspecto se avanzó, pero «de la noche a la mañana» hacer ese cambio, como aclaró Catoya, era imposible.

Por lo momentos se espera que el Clausura de la Superliga empiece en pocas semanas (a lo sumo dos), de la final por el cupo a Libertadores (domingo 27 de agosto). Lo que será una «prolongación» de la prueba piloto para Celis, en la cual ya se detectaron los errores aunque se necesita tiempo para corregirlos.

La obra ya tiene la base fuerte para consolidarse en un torneo sólido. «Va a ser una liga importante que va a seguir creciendo», atizó Felipe Taborda, ex DT de la selección de Colombia, que tuvo la oportunidad de ver un par de partidos del torneo criollo. Para que eso suceda, será clave mejorar los detalles, sobre todo en un país que vive una realidad económica muy delicada. El compromiso de todos es vital para que lo logrado no se venga abajo como un castillo naipes.

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