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Escándalo del "Fifagate" salpica gestión de expresidenta Cristina Fernández

El juicio por corrupción en la FIFA evidencia el poder del fútbol en América Latina, con tentáculos que van más allá de los campos de juego y llegan hasta la política.

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Foto: AP/Natacha Pisarenko/Archivo

Durante su testimonio esta semana, un exejecutivo de una compañía sudamericana de producción de eventos deportivos reveló una red de sobornos conectados con la administración de la expresidenta argentina Cristina Fernández (2007-2015) y la transmisión estatal de los partidos de fútbol profesional.
En 2009, la presidenta Fernández estatizó las transmisiones de la liga argentina tras permanecer durante casi dos décadas en manos de la empresa dueña de los derechos de televisión de los partidos.
El programa denominado Fútbol para Todos (FPT) garantizaba su transmisión gratuita a todo el país por canales de televisión abierta y le permitió a Fernández antes, durante y después de los partidos, promover los logros de su gobierno y contrarrestar las críticas de sus opositores.
A mediados de 2017, el programa fue cancelado a ocho años después de su inicio en medio de acusaciones de malversación de fondos y considerado un despilfarro de dinero, además de ser vinculado con el escándalo de corrupción de la FIFA.
Varios exfuncionarios del gobierno de Fernández están desde hace tres años bajo la lupa de la justicia por el manejo del millonario presupuesto del Fútbol Para Todos.
El caso volvió a agitarse esta semana con el testimonio en Nueva York de Alejandro Burzaco, exdirector general de Torneos y Competencias, quien afirmó que entre 2011 y 2014 pagó cuatro millones de dólares en sobornos a exfuncionarios de Fernández a cambio de los derechos de producción televisada de los partidos de la segunda división argentina.
Torneos y Competencias fue dueña de los derechos televisivos de la liga argentina desde 1992 hasta 2009 y es la pieza fundamental del entramado de corrupción que salpica a exdirigentes de la FIFA y la Conmebol. Bajo su control, los partidos se emitían en señales de cable por el sistema pague por ver.
Burzaco dijo el martes que el dinero en sobornos para los exfuncionarios Pablo Paladino y Jorge Delhon se registraba con el nombre de “Cristina”, en referencia a la entonces mandataria, pero también puntualizó que él no pagó sobornos a la presidenta.
Fernández se desvinculó el jueves del caso.
Paladino fue coordinador de Fútbol para Todos y Delhon asesor de la jefatura de gabinete de ministros durante la presidencia de Fernández. Pocas horas después de que Burzaco los incriminara, Delhon se suicidó tirándose a las vías de un tren a las afueras de Buenos Aires.
Paladino fue sobreseído por la justicia argentina en una causa por malversación de fondos del Fútbol para Todos. Sin embargo, la diputada electa Graciela Ocaña -autora de la denuncia penal- anunció que a partir del testimonio de Burzaco solicitará a la justicia el revocamiento de la medida.
Para adueñarse de los derechos, el gobierno de Fernández contó con la ayuda decisiva de Julio Grondona, mandamás de la AFA durante más de tres décadas y vicepresidente de la FIFA hasta que falleció en 2014. El dirigente rompió el contrato que mantenía con Torneos y Competencias y su socio Grupo Clarín, el conglomerado de medios más poderoso del país, y se los entregó al Estado a cambio de un monto inicial de unos 33 millones de dólares.
Pero el gobierno mantuvo con esa empresa un vínculo contractual para la producción de las transmisiones televisivas, lo cual incluía móviles, cámaras y periodistas.
“Fútbol para Todos pudo suceder sólo con la aprobación de Grondona porque Grondona estuvo mucho tiempo y controló todo, pero también alcanzó el nivel más alto de gobierno”, dijo Christopher Gaffney, autor de «Templos de los dioses terrenales», sobre el fútbol en Argentina y Brasil.

“El fútbol es una forma de llegar a las masas en América Latina sin hacer demasiado”, agregó Gaffney. «Aquí el gobierno estaba facilitando el acceso a este opio que es el fútbol”.
El actual gobierno del conservador Mauricio Macri decretó el fin del fútbol estatizado y desde mediados de este año las cadenas estadounidenses Fox y Turner comercializan los derechos de televisión del torneo argentino. Los partidos se emiten por señal de cable y cada usuario paga unos 16 dólares por mes para ver los 14 partidos semanales.]]>

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