En Venezuela, podemos admitir que los medios de comunicación son “blandos” con el trato hacia la noticia relacionada con el fútbol. Twitter se ha convertido en el medio de expresión básico para conocer posturas individuales de los comunicadores sobre diversos aspectos y es tan así, que hasta las masas de las redes sociales condenan si hay un silencio. De “cómplice”, “tarifado” y demás si sencillamente prefieres no opinar (derecho irrestricto que tiene cualquier persona, o en crudo castellano, “hacer lo que le da la gana” con su espacio digital) sobre un aspecto.
Sin embargo, hay poquitos casos que demuestran que la prensa sí ha logrado influir en distintas decisiones. La más clara, la designación de Noel Sanvicente como seleccionador nacional. Más allá de sus títulos y méritos en cuanto a capacidad se refiere, no fue nunca su persona del agrado de Rafael Esquivel (por aquel entonces todavía libre) para ejercer el cargo que terminó asumiendo. Por aquellos días, en los que hubo tanta demora para nombrar un técnico para la Vinotinto, la prensa fue un clamor, casi al unísono, de que Sanvicente era el indicado.
Pero en líneas generales, la crítica de la prensa en Venezuela es realmente respetuosa con respecto a la de otros países, en cuanto a fútbol se refiere. En lo particular, soy de quienes piensan que la crítica debe ser respetando la labor de los profesionales, con argumentos reales. La alabanza debe ser dando crédito real a quien lo hace bien. Decir sin diferenciación quien está en lo correcto y quien no, desde puntos de vistas con suficiente argumentación. Comedido, sin ofensas, sin ataques viscerales. Es lo que Carlos Domingues, sin ser comunicador social con un título de periodista en la mano, cree. La experiencia me ha reafirmado que creo estar en lo correcto.
Hay causas que puedo identificar de que esto sea así: más allá de los principios y valores que pueda tener un comunicador para decir lo que piensa, ha faltado real peso de los medios de comunicación para defender la posición de sus periodistas. Si bien cada profesional tiene responsabilidad individual de lo que dice y lo que hace, también es cierto que a lo largo de muchos años las líneas editoriales de los canales de televisión, emisoras radiales y prensa escrita se plegaron a evitar conflictos con la fuente, cosa que no pasó con el diario Líder en Deportes, que desde su nacimiento, adoptó una posición en la que a través de investigaciones y argumentos, desnudaba la corrupción existente en la FVF. También, el mismo medio fue muy tajante al momento de criticar el proceso del seleccionador César Farías. Son los únicos casos de los que se tiene memoria reciente de que un medio de comunicación haya adoptado una posición crítica ante un tema.
Y señalo estas especificidades porque realmente son las únicas que se han dado. Solo a través de las redes sociales y algún programa de radio, la prensa del fútbol ejerce la crítica en lo negativo.
La selección absoluta supera los 200 días sin trabajar, sin reunirse, sin enfrentarse en un amistoso a nadie. El proceso, que incluye nuevas caras y rostros jóvenes de cara a lo que viene, está estancado. Es en este momento que más fútbol necesita la Vinotinto en ese construir de su estilo de juego y su identidad. Sin embargo, se alegan razones económicas para que no haya ninguna actividad. ¿No desnuda eso un fracaso de comercialización a la FVF? Y sin embargo, todo sigue igual y 2018 sigue campando como un año irremediablemente muerto para la Venezuela de mayores. La inactividad atrofia. ¿Quiénes han levantado la voz? Solo valientes ataques de Twitter han servido para eso.
He llegado hasta aquí también para demostrar por qué me causa tanta extrañeza que los futbolistas venezolanos que hacen vida en el extranjero se han convertido prácticamente en inalcanzables para poder brindar si quiera una entrevista a un medio de comunicación venezolano. Hace tiempo que se ha querido escuchar a Roberto Rosales y conocer su posición al respecto de su no continuidad en la selección y ha sido imposible. Mismo caso con Oswaldo Vizcarrondo. Salomón Rondón igual, Rómulo Otero y paremos de contar. La mayoría de los jugadores que alcanzan el nivel de selección nacional se apartan de los medios sin una razón real. No sabe uno si es por temor de críticas, por reproches a cualquier opinión divulgada por algún medio o red social o simplemente, porque no les da la gana de atender a un comunicador o medio venezolano.
Nadie está obligado a dar declaraciones. Nadie está obligado a atender a la prensa. ¿Pero por qué esto es una generalidad en la mayoría de futbolistas criollos fuera que hacen vida en otros países? ¿Cuál es la causa? Hemos hecho MALABARES en la radio para poder entrevistar a algún jugador que hace vida en Europa y los resultados son frustrantes. Son muy pocos los que aceptan conversar con los medios. El resto, si no tienes algún tipo de vínculo con ellos, es prácticamente imposible contactarlos.
Y eso que aquí somos blandengues…