No sabemos a ciencia cierta qué equipos jugarán la máxima categoría del 2019. Anzoátegui con sus deudas pendientes, que si pagó una plata a destiempo, Portuguesa a caza de los deméritos gerenciales de los demás para arrimarse a la buena sombra de Primera y Metropolitanos, en misma lid pero a punta de billete, comprando el cupo de los hijos pobres venidos de Segunda, Llaneros y Lala, que aparentemente batallaron no para subir de División sino para recibir buena plata por su franquicia para quienes quieran mantenerse arriba. Un verdadero baile de incertidumbre que, aprendido por eventos similares y reiterados año tras año, no se resolverá sino hasta una semana antes de que comience el Torneo Apertura venidero. ¿Recuerdan el caso Academia Puerto Cabello de finales de 2017? Pues bien, es la costumbre.
Viendo todo esto desde los burladeros decembrinos, este fin de semana sirvió para toparme con muchas experiencias que, aplicadas en su medida en nuestro fútbol, serían realmente enriquecedoras. No haré referencia a la majestuosidad del Santiago Bernabéu, el gigantesco e intimidante coliseo de hormigón que domó a las aficiones de River Plate y Boca Juniors ni al espectáculo galáctico que ofreció Atlanta con el despliegue extraordinario para la final entre Atlanta United y Portland Timbers. Eso no hace falta en lo inmediato en nuestro fútbol.
¿A qué quiero referirme? Mirando una de las tantas antesalas al River – Boca, me topé con una entrevista que hacían al ex futbolista de Boca Juniors, Blas Giunta. Gloria del equipo xeneize, mientras realizaban la entrevista las imágenes de apoyo eran de él siendo ovacionado por toda La Bombonera un día en que el club le hizo un reconocimiento a su figura.
Algo similar hizo Caracas FC recientemente. Algunas figuras de antes como Gaby Miranda, Gerson Díaz, Jobanny Rivero, Ibrahim Salizú y otros tantos, fueron reconocidos por la directiva del cuadro rojo. Más que la importancia del reconocimiento en sí, cuyo valor es encomiable, resalto el hecho de que se enseñe a las nuevas generaciones quiénes formaron parte de la historia de las instituciones. Visibilizar los rostros, los hechos y las hazañas de los nombres propios.
Si algo es cierto es que son pocos los equipos cuya longevidad necesite buscar en sus reliquias los recuerdos imborrables (videos, fotos) de los suyos. Sin embargo, sí hay instituciones cuyo uno de sus principales activos es la masa social que atrae, por lo que la valoración de sus leyendas y el reconocimiento en vida de quienes aportaron en la cancha o desde el borde ella, servirá de gran manera para fortalecer otro activo: el recuerdo, la memoria de sus nombres.
Actividades pre-partido con videos, fotos y recuerdos en el reconocimiento de sus jugadores insignia permitirá que el sentido de pertenencia e identidad de la gente con su club se incremente. El recuerdo vivo, el rescate del patrimonio histórico, la promoción del estudio de los orígenes, sentará las bases que soportarán lo que fue, lo que es y lo que puede ser cada institución.
Y luego, la carnetización de las viejas glorias, la ubicación de un espacio para que ellos de manera vitalicia asistan al estadio, el acercamiento de los mismos a las categorías de formación para que los más pequeños conozcan a los referentes. Actividades que no implican mayor gasto económico pero que disparan la identificación de la afición con su acervo histórico.
Son pequeñas cosas que redundarán en positivo.