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Vinotinto: Nuevos protagonistas, viejos roles

Marzo de 2019 se vislumbraba como el mes en el que sabríamos de qué se tratará la selección venezolana de fútbol de cara al nuevo ciclo que culminará con el Mundial de Catar en 2022. Luego del duro golpe que resultó para el país que el equipo Sub 20 quedara eliminado del próximo certamen universal de la categoría, tras tanta preparación e ilusión generada, le toca ahora a Rafael Dudamel dedicarse exclusivamente al equipo de mayores y comenzar a consolidar lo que pretende.

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Es muy temprano para evaluar las posibilidades de alcanzar la meta final establecida por el cuerpo técnico Vinotinto (la clasificación mundialista) pero la convocatoria anunciada para disputar los duelos ante Argentina y Cataluña, vislumbran en principio cuáles fueron las conclusiones extraídas en los seis amistosos del segundo semestre de 2018, donde se probaron varios futbolistas y se ajustaron ideas de juego. El 4-3-3 parece ser la figura inicial, pero el funcionamiento dependerá de lo que ofrezca el contrario. Así lo ha dejado claro el propio Dudamel.

Algunos nombres sorprenden por su presencia en este llamado y otros por su ausencia. Sin un lateral izquierdo natural entre los convocados, ya que Luis Mago, quien había gustado en la posición en los últimos amistosos, se viene desempeñando de muy buena manera como central zurdo en el internacional Palestino de Chile, la complicación ha sido mayor. Rolf Feltscher parece haber ya perdido el tren de la selección y Rubert Quijada también atraviesa por la misma situación de Mago (es central izquierdo en Caracas). Mikel Villanueva es otro que también pasó a ser defensor siniestro.

Dado todo ello y viendo la presencia de tres laterales derechos en el llamado, todo indica que Roberto Rosales pudiera ser utilizado en el lateral izquierdo, función que alguna vez cumplió de manera correcta en la selección y ha venido haciendo en oportunidades en su club, el Espanyol. Ante la dificultad que representa conseguir un buen cerrojo por esa zona, pista franqueable en los últimos partidos, parece que el seleccionador prefiere darle de una vez por toda la responsabilidad a un experimentado jugador, que según hemos podido averiguar, no estaría a disgusto con ubicarse del otro lado de su posición natural.

El regreso de Luis Manuel Seijas al llamado es quizá el más polémico. Luego de más de dos años auto descartado del proceso de selección, nadie lo tenía en la quiniela para que apareciera entre los convocados, justo cuando el momento de su carrera no es el mejor. Juzgado y criticado por aquel penal marrado en la Copa América Centenario, el recuerdo de aquel momento ha sobrepasado cualquier consideración sobre sus posibilidades de entrar en la ruta por Catar. Sin embargo, Rafael Dudamel ha encontrado en el valenciano el sustituto natural de Ronaldo Lucena, en plena recuperación de rotura de ligamentos y quien debería ser el que ocupe el puesto del hoy jugador de Santa Fe de Bogotá.

¿Por qué Seijas? “Porque el fútbol también se juega fuera de la cancha”, expresó el periodista Walter Reinaldo Roque en su cuenta de Twitter. Estamos en momentos donde todo suma y un jugador de su experiencia puede brindar sabiduría en un camerino donde habrá bastante por aprender de los caballos. No considero que Seijas vaya a ser titular en el trivote de mitad de campo que visualiza a Junior Moreno, Tomás Rincón y Yangel Herrera como titulares, pero su polivalencia (tenemos que admitir que pocos jugadores se ajustan a cualquier posición como Seijas) será un recurso a tener en cuenta de cara a todo lo que venga. Además: será la oportunidad del jugador de volver a dar la cara luego de su turbia relación con la afición.

Llama poderosamente la atención la ausencia de Rómulo Otero. El mejor pegador de Venezuela ha perdido confianza por parte del seleccionador. Primero por su decisión de irse al fútbol saudí en plena efervescencia en el Brasileirao y ahora porque no ha respondido de la mejor manera en los últimos llamados. Otero se ha ido alejando de la órbita de la selección por temas de comportamiento y actitud, lo que no ha gustado en el cuerpo técnico. Prescindir de un arma letal a balón parado es un riesgo enorme cuando cada opción por más mínima que se genere debe ser aprovechada en los compromisos que vienen, cuando se juegue por los puntos. Una decisión realmente temeraria de Dudamel.

El buen momento de los delanteros venezolanos en el extranjero ha creado un overbooking en el ataque nacional. Ya no son solo Salomón Rondón (indiscutible titular en un sistema de un solo punta) y Josef Martínez: ahora aparecen Aristeguieta, Cádiz y Hurtado, tres nombres que son buenas alternativas, pero que no parecen incomodar al buen momento que vive el del Newcastle. Seguramente algunos minutos verán en un cambio de sistema en este par de amistosos y tendrán que demostrar que están a la altura de la exigencia.

Sigue preocupando la poca consolidación de una pareja defensiva. Ante la ausencia por lesión de Wilker Ángel, el buen desempeño de Osorio en los amistosos de 2018 parecen darle un lugar en la zaga, pero su compañero sigue siendo una incógnita: Chancellor perdió números en las últimas convocatorias y Mago viene haciendo un enorme papel como central izquierdo. Dudamel deberá decidir entre uno y otro, pero no podrá consolidar una pareja defensiva de cara a la Copa América y Eliminatorias, por lo menos al comienzo de este trayecto en 2019.

Argentina y Cataluña son dos rivales de mucha jerarquía para medir el funcionamiento de Venezuela. Las lecciones aprendidas en los seis partidos de 2018 deberían mostrar a una selección más compacta y trabajada contra dos equipos que querrán mostrar su potencial. Marzo será una prueba de fuego para evaluar en qué estatus está la Vinotinto.

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