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Deyna: Las caras de una reina

La futbolista del Manchester City acudió al llamado de la selección nacional. Deyna Castellanos recibió una avalancha de expresiones de admiración y cariño en su paso por Caracas, pero queda en deuda el manejo del conflicto interno en el equipo

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Nunca se había visto algo igual.

El paso de la selección femenina de fútbol por Caracas, en ocasión de los dos partidos amistosos que realizó con su similar de Uruguay, dejó de todo. Nunca antes un combinado absoluto había generado tanto interés mediático. Para bien y para mal.

En lo estrictamente futbolístico, Venezuela en ambos cotejos derrotó a Uruguay y si bien el saldo fue positivo en cuanto a resultados, hay enormes dudas en lo que respecta al juego por lo mostrado ante una selección que inquietó más de lo esperado al equipo de Pamela Conti.

Pero el comunicado publicado por la futbolista Sonia O’Neill (que había quedado fuera de la convocatoria para el segundo partido) en pleno juego, destapó el desagüe de críticas y opiniones con respecto a las relaciones internas en el plantel y cuerpo técnico que comanda Conti. 

En medio de todo este asunto, emerge la figura de Deyna Castellanos. La futbolista del Manchester City acudió nuevamente a un llamado de la selección nacional. No esperaba ver la avalancha de expresiones de admiración y cariño que recibió la aragüeña en su paso por la capital. Algo que no había visto por un futbolista criollo con anterioridad. Ni por Juan Arango, quizá el futbolista masculino más importante de nuestra historia.

Todos con la 9

Durante el primer partido que jugó Venezuela ante Uruguay, desde que el bus Vinotinto descargara al plantel en el estacionamiento del Olímpico, la gente se agolpaba a las rejas para tratar de obtener tan siquiera una mirada de la “reina”. Ya durante el juego, las más de seis mil almas que asistieron al coso de Los Chaguaramos generaban un ruido especial cada vez que la 9 nacional tocaba la pelota.

Cuando salió de la cancha sustituida, la ovación fue conmovedora. El público estaba a los pies de la chica de 24 años. Ella agradecía el gesto devolviendo el aplauso, justo cuando en rueda de prensa previa manifestaba estar muy feliz por regresar a suelo criollo para defender los colores de la selección nacional. Y aquel jueves, la locura continuó a la salida del estadio. No había lugar para pegarse en el exterior de la reja que divide la escuela de Bioanálisis con el estacionamiento del Olímpico. Todos gritaban y clamaban que Deyna se acercara para recibir aunque sea un estrechón de manos de su ídolo.

Una chama selectiva

“La conozco desde el primer módulo de la selección absoluta realizado en noviembre del año pasado y no tenía ningún tipo de referencia acerca de cómo era tratar con ella porque no la conocía”, cuenta alguien que forma parte de la selección femenina al ser consultada sobre cómo es Deyna Castellanos con su entorno cercano.

“Es una chama súper profesional. Es la primera en llegar y la última en irse en los entrenamientos. Se cuida mucho en su alimentación y hace trabajos extra para estar siempre a tope física y mentalmente”, describe esta persona, lo que revela que su alto nivel y que ha llegado a donde hoy está por atender cada detalle necesario. “Es selectiva. No se da con confianza a la primera, imagino que por todo lo que la rodea y por algunas experiencias anteriores. Sin embargo, cuando ya compartes con ella, te das cuenta de que es una muy buena persona”.

Consultada sobre su liderazgo en el grupo, destaca que lo hace con hechos: “Lidera con el ejemplo, más que con palabras o gritos, aunque cuando tiene que dirigirse al grupo lo hace muy bien”, responde la fuente, quien además opina acerca del cariño que la gente le tiene a Deyna: “Es algo súper lindo, porque uno espera que la gente se vuelva loca por Messi o Cristiano Ronaldo, pero verlo con una jugadora venezolana me parece brutal. Creo que nadie en el masculino genera tanto furor como ella. Cuando vi al chamo en silla de ruedas temblar y llorar de la alegría cuando ella bajó del bus a abrazarlo, me sorprendí. Es algo muy bonito”.

El imperio extendido de la reina

Y desde fuera del país, la percepción de lo que significa Deyna Castellanos en el fútbol femenino quizá es mayor. Fiorella Rodríguez, periodista del diario El País de Uruguay, comparte su opinión: “Es una referente en todo sentido. Es de esas jugadoras que por suerte se ven cada vez más, que hablan y se expresan en temas que quizá no son específicamente de fútbol. Es una protagonista para las luchas por la igualdad de género, se ha expresado por lo de Jenni Hermoso. Es necesario que levanten la voz y ella lo hace en un deporte masculinizado”.

“Como futbolista es una referente clara, es una de las mejores futbolistas a nivel mundial. Uno se da cuenta de eso cuando la gente que no sigue el fútbol femenino la nombra y la conocen. Ahí queda en evidencia que es una referente. Yo la vi personalmente en el mundial Sub 17 que se hizo en Uruguay en 2018 y quedé impresionada con la pegada y creatividad que tiene, con la facilidad que hace los goles y eso es el ejemplo claro de que las jugadoras que son buenas tuvieron bases sólidas. Tiene una técnica, calidad e inteligencia impresionante. No dudo que es una de las mejores del mundo”, opina Fiorella Rodríguez.

Mal manejo de un conflicto

La situación con O’Neill ha levantado una polvareda en la opinión pública que ha comprometido a la propia Deyna en el manejo del caso en su condición de capitana de la selección, incluyendo aquí el hecho de quitarle la primacía de la palabra en la rueda de prensa post partido a la seleccionadora. En las redes sociales, con esa avidez por sangre, han comenzado a acusar a la ídolo, expuesta en el manejo del conflicto y cuya asesoría comunicacional flaco favor le hace al tirar tizones al fuego que complican más el panorama y afectan la imagen de la capitana Vinotinto. 

Un comunicado, de tantos que han surgido en medio de este conflicto, quizá tardío, ofrece a Deyna como mediadora en un pleito que bien podía ser solucionado puertas adentro, como los “códigos no escritos” del fútbol, que son los mismos códigos de la vida misma en cuanto a relaciones humanas. Su grupo asesor está dejando de ser su escudo ante la crítica y ha pasado a convertirse en un elemento de distorsión en su relación con la gente y sus compañeros.

La vida se trata de elecciones. Deyna tiene en sus manos la elección de continuar permitiendo que el grupo que le asesora en materia comunicacional siga haciendo lo contrario a lo que deberían: brindarle el apoyo en el manejo de las relaciones públicas. La Deyna futbolista debe entender que ese amor que genera en la gente con su fútbol, está estrictamente relacionado a su calidad como persona, a su imagen personal ante el público. El impacto de lo que genera en el aficionado debe ser bien valorado y darle la base para convertirse en una líder positiva dentro del camerino y en su entorno. Esa debe ser la premisa para una joven que con 24 años está empezando a darse cuenta del impacto que genera lo que haga o deje de hacer.

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