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Acuerdo entre Europa y Reino Unido abre desafíos en era post Brexit

También se acabó la libre circulación que permitía a los europeos ir a trabajar a Londres o a los británicos disfrutar tanto como querían de sus residencias secundarias en la UE. Reino Unido también se retira del programa de intercambio de estudiantes Erasmus, que será sustituido por otro programa.

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Tras el alivio de haber logrado este 24 de diciembre in extremis un acuerdo comercial posbrexit con Bruselas, el Reino Unido encaraba el viernes los retos de su nueva vida, sin el yugo de la Unión Europea, y con sólo unos días para prepararse.

La firma de un compromiso histórico, tras largas y arduas negociaciones, evitó lo peor: una ruptura brutal que habría conllevado aranceles y cuotas, y el cierre de las aguas británicas a las flotas europeas a partir del 31 de diciembre a las 23H00 GMT.

Sin embargo, la salida del mercado único y el final de la libre circulación será un giro colosal para los británicos, tras cuatro años y medio desde el referéndum del Brexit y casi medio siglo de integración europea.

En un mensaje de video, el primer ministro Boris Johnson presentó el acuerdo como «un regalito para quienes buscaban algo que leer en la soporífera sobremesa de la comida de Navidad».

«Aquí está: noticias satisfactorias, esto es un acuerdo, un acuerdo para aportar seguridad a las empresas y a los viajeros y a todos los inversores en nuestro país a partir del 1 de enero», se congratuló el dirigente.

El acuerdo sellado con Bruselas representa una victoria para Johnson, que tenía este año para preparar la salida del país del bloque. La pandemia, sin embargo, alteró todos sus planes.

El Reino Unido es uno de los países más golpeados por el covid-19, con cerca de 70.000 muertos.

Con el descubrimiento de una nueva cepa más contagiosa, el país quedó repentinamente aislado y miles de camiones quedaron bloqueados en la frontera con el continente, lo que provocó temores a una falta de abastecimiento.

Las imágenes de los camiones varados en los alrededores del puerto de Dover dieron una impresión de lo que podría pasar en caso de fracaso en las negociaciones comerciales con Bruselas.

Los pescadores entre los perdedores

Con este nuevo tratado comercial, la UE ofrece a su exsocio un acceso inédito sin aranceles ni cuotas para su inmenso mercado de 450 millones de consumidores.

Esta apertura irá acompañada de estrictas condiciones: las empresas del Reino Unido deberán respetar un número de normas que evolucionarán con el paso del tiempo en materia de medioambiente, derechos laborales y fiscales, para evitar cualquier competencia desleal.

Sobre los derechos pesqueros, el último escollo en las negociaciones, el acuerdo da a los pescadores europeos el acceso a las aguas británicas durante un periodo transitorio de cinco años y medio, hasta junio de 2026.

Durante este periodo transitorio, la UE renunciará a un 25% de su cuota anual en aguas británicas, valorada en unos 650 millones de euros anuales (800 millones de dólares).

La UE promete ayudar a este sector, que considera que es el «gran perdedor» del acuerdo, aunque el pacto fue presentado como «equilibrado» y que permitía «dejar atrás el Brexit definitivamente», según la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

Alivio

También se acabó la libre circulación que permitía a los europeos ir a trabajar a Londres o a los británicos disfrutar tanto como querían de sus residencias secundarias en la UE.

Londres también se retira del programa de intercambio de estudiantes Erasmus, que será sustituido por otro programa.

Para el diario The Times, el acuerdo anunciado el jueves constituye «una fuente de alivio, más que celebración». Aunque se trata de «un éxito notable», «está lejos de ser el final de la historia para Johnson. Ahora que ha cumplido su promesa para llevar a cabo el Brexit, su desafío es hacerlo con éxito», prosigue.

«Haber evitado el peor escenario es un éxito penoso. Johnson no merece ningún respeto por haber evitado un desastre que amenazaba de tan cerca», advirtió The Guardian.

En el Parlamento británico, los diputados examinarán el texto el miércoles, pero teniendo en cuenta la mayoría del gobierno y el apoyo de la oposición laborista, debería ser aprobado sin problema.

Del lado europeo, los embajadores de la UE se reúnen este viernes para estudiar el texto. Tendrá que ser validado por los Estados miembros, en un proceso que durará varios días. El Parlamento Europeo lo validará después, a principios de 2021.

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