La caída en casi 50 dólares por barril en los precios del petróleo desde principios de septiembre hasta finales de diciembre, ha obligado al Gobierno a revisar los planes de inversión y a emprender una nueva estrategia internacional, según dijo el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en su primera cadena nacional de 2015.
Atribuyó el derrumbe de los precios del crudo a lo que calificó como «una guerra económica» de Estados Unidos y sus aliados en el mercado internacional, entre ellos a Arabia Saudita, principal exportador mundial de hidrocarburos y socio de Venezuela en la Opep.
«De 95 dólares el precio del barril de petróleo venezolano al cierre del 30 de diciembre cerró en 46,97, casi 50 dólares de caída. Esto nos ha obligado a revisar todos los planes de inversión», dijo Maduro durante su disertación, citado por la agencia oficial de información, AVN.
«Todos los días estamos nosotros perfeccionando todos los planes para proteger a nuestra patria, para demostrar que somos exitosos afrontando situaciones críticas en lo económico y mantener los beneficios sociales de la educación, salud, la alimentación y la vida de nuestros pueblo», afirmó en el marco de un encuentro con gobernadores chavistas y ministros.
Maduro insistió en que esta drástica caída de los ingresos petroleros es «una oportunidad para impulsar el desarrollo económico y la industrialización del país, para la independencia económica, agroalimentaria. Somos un país que lo tiene todo para el renacimiento económico».
No explicó cómo su gobierno pretende lograr esto.
El petróleo aporta 97 de cada 100 dólares por exportaciones que entran al país y casi la mitad de los ingresos fiscales. Si se mantiene en 2015 el derrumbe de los precios, ello supondría que Venezuela recibirá la mitad de los $93.569 millones (datos oficiales del ministerio de Planificación) que ingresó en 2012 por petróleo y un tercio menos que los $64.396 millones recibidos en 2013.
En esos años el país comenzó a sentir la falta de divisas para pagar compromisos internacionales, importaciones y cartas de crédito y pagos de servicios, como los de las aerolíneas. Ese escenario de escasez se agravó durante 2014, pese a que en el año el precio del barril promedió cerca de $91, según las cifras del ministerio de Energía y Petróleo.
En 2012 y 2013 el petróleo promedio $103,42 y $98,08, respectivamente. En diciembre pasado estuvo en torno a $50 por barril.
Maduro insistió en atribuir el desplome del petróleo a un «ataque sistemático» de Washington y sus aliados contra los países soberanos que no obedecen a los intereses capitalistas de EEUU» y atribuyó a esa estrategia las invasiones de EEUU a Irak y Libia.
Todos los expertos los atribuyen a un exceso de oferta en torno a 2,0 millones de barriles por día, mientras la demanda permanece deprimida por el enfriamiento de las economías de Japón y la Unión Europea, así como por un menor crecimiento económico en China.
«¿Cuál fue el objetivo de la invasión a Irak? Controlar las reservas petroleras de un país muy poderoso de la Opep, un país que tiene la capacidad productiva de 4 o 5 millones de barriles potencial. Hoy no lo tiene, producto de una guerra», dijo.
También insistió en atribuir a la «nueva guerra del petróleo», el fuerte aumento de la producción propia en Estados Unidos a partir de yacimientos de lutitas, rocas ricas en hidrocarburos que son tratadas con compuestos químicos y métodos sísmicos, es el llamado «fracking o fracturación hidraúlica», rechazado por grupos ecologistas.
Maduro dijo que esa caída de los precios de crudo es uno de los temas que se abordarán en el primer foro ministerial China-Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) que sesionará el 8 y 9 de enero, en Beijing, China, reseñó AVN.
«Voy a una gira muy importante para enfrentar los nuevos proyectos en la circunstancia que tiene nuestra patria de merma de los ingresos producto de la caída estrepitosa de los precios petroleros», dijo.
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