Economía

Una relación de odio amor con el galán del norte

Las relaciones económicas de Venezuela con Estados Unidos, parecen una de esas pasiones de telenovelas en las cuales la pareja se pelea, se quiere, se separa, se desmoña, se reconcilia, pero permanece junta porque necesita compartir el apartamento, los seguros, los gastos de los hijos y el mercado. A lo mejor se quieren, también.

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Separarse, sale más caro para mucha gente en un país donde no hay viviendas para alquilar, donde los salarios no alcanzan, escasean las ofertas de mejores trabajos y el costo de la vida sube sin que se le vea un techo. Por eso se termina negociando, entendiéndose, perdonándose.

A veces pasa como con los socios de una empresa, que no se soportan. Antes de romper y decidir irse cada uno por su lado, tienen que pensarlo dos y tres veces, porque si liquidan la fábrica, los inventarios y los vehículos, no tienen muchas opciones para invertir los devaluados bolívares. Si uno desarma una empresa o un hogar y quiere vender ese patrimonio en bolívares, muy probablemente no le alcanzará para comenzar de nuevo, mucho menos para mudarse de país con un capital semilla.

En sociedades con inflación galopante, constantes devaluaciones, escasez de divisas, lo primero que pierde valor es el patrimonio en moneda local: casas, terrenos, muebles, máquinas, cuando son llevadas al dólar paralelo o al Simadi se revela con espanto que se han vuelto sal y agua, comparado con lo que era el año pasado, cuando por estos meses el dólar apenas llegaba a unos 80 bolívares.

Volviendo al tema de nuestros tormentos, en realidad no es fácil romper de la noche a la mañana una relación intensa desde los albores de esta república caribeña y petrolera.

Amor de oro negro

Hoy en día, Estados Unidos continúa de lejos como el principal cliente del petróleo venezolano y el que paga en efectivo.

La principal potencia mundial importaba desde Venezuela 718.000 barriles por día (bpd), a datos del 27 de febrero, según cifras de la Agencia de Información de Energía (AIE). En febrero de 2013 fueron 844.000 bpd y en febrero de 2011 eran 1,026 millones de bpd.

Como se verá hemos estado vendiendo cada vez menos energía a nuestro principal cliente, pero con todo y eso seguimos siendo la cuarta bomba de combustible de ese país, después de Canadá, que le vende unos 3,0 millones, Arabia Saudí y México.

Esa reducción tienen más bien que ver con el hecho de Estados Unidos ha aumentado mucho su propia producción local y ha disminuido sus importaciones, mientras Venezuela ha bajado su producción y además buscado nuevos amores bien lejos.

Lo cierto es que la mayor parte de los petrodólares que sirven para pagar las importaciones de Venezuela y sus cuentas de deuda externa provienen de Estados Unidos. Por eso en los últimos días han abundado los chistes en redes sociales en el sentido de que si de verdad Maduro está peleado con Estados Unidos lo primero que debe hacer es cerrarles la llave del petróleo.

Esas exportaciones han caído en cerca de la mitad en la última década, según esos datos oficiales. Nuestro país ha buscado otros clientes, entre ellos China y la India, aunque esos mercados queden mucho más lejos. Es más cerca llevar petróleo venezolano en barcos hasta la costa este de Estado Unidos que hacerlo desde campos productores de Texas y el Golfo de México.

Petróleos de Venezuela tiene capacidad para procesar cerca de 2,8 millones de barriles por día dentro del país y en el exterior. De ese total, el 34% es procesado en Estados Unidos, donde opera la filial Citgo, una de las principales empresas del sector en ese país, y una marca conocida, cuyas vallas vemos siempre por los lados de las gradas, más allá de los jardines de los estadios, en las transmisiones del béisbol de Grandes Ligas.

Pdvsa, a través de Citgo opera tres refinerías en Lake Charles, Louisiana; Corpus Christi, Texas y Lemont, Illinois, con una capacidad combina para destilar 755.400 bpd. Además tienen el 50% de la refinería Chalmette, Louisiana, que procesa 189.000 bpd.

Estados Unidos exporta hacia Venezuela derivados del petróleo, especialmente aditivos como Metil Terbutir éter (MTBE). Fueron 84.000 barriles por día en 2013, usados para fabricar la gasolina que se regala en nuestro mercado interno.

El país debió gastar unos $3.500 millones para pagar esas importaciones en 2013 y esas compras se mantuvieron altas en todo 2014, hasta cerrar en 150.000 bpd en diciembre pasado.

En general los negocios comerciales entre los dos países se han mantenido tan firmes como la retórica y el cabeceo de las amenazas. Estados Unidos siguen siendo el principal proveedor de las importaciones que llegan a Venezuela, con casi la cuarta parte del total.

Según los numeritos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), entre enero y octubre de 2014 de allá vinieron mercancías por valor de $7.700 millones, un poco menos que los $8.894 millones de los primeros 10 meses de 2013. Pero es que en general las compras venezolanas cayeron el año pasado con la escasez de dólares, inclusive desde China, que le ha venido comiendo el queso por los lados a Estados Unidos. Del país de los chinos del abasto llegaron a Venezuela mercancías por $4.614 millones, contra $6.474 millones entre enero y octubre de 2013.

Hasta con nuestras insignificantes exportaciones no tradicionales, o sea distintas al petróleo, pasa lo mismo. Estados Unidos con 25,2% fue el principal destino de exportación entre enero y octubre 2014, seguido de Suiza con 13,1%, Brasil con 9,8% y Colombia con 9,3%, dice el INE en su reporte.

Fueron ventas por $648 millones entre enero y octubre, contra $408 en el mismo periodo de 2013, es decir, un aumento del 58% en un año en que ya había empeorado con el lleva y trae verbal que mantienen los dos gobiernos. La verdad, ni en estos 17 años de dura retórica antimperialista del chavismo se ha socavado una relación comercial bien estrecha.

Gente que se fue

En Estados Unidos vive la mayor parte de la colonia de venezolanos en el exterior, una población que ha venido creciendo con la crisis económica y con la criminalidad en nuestro país de origen.

Hay 259.000 venezolanos allá, según el centro de investigaciones Pew Research, que cita datos del Censo. De ese total, el 41% reside en el estado de Florida.

Estos venezolanos tienen un nivel educativo superior al de los demás hispanos en general y al promedio de los estadounidenses. La mitad de los compatriotas sobre 25 años ha obtenido un grado universitario, cifra muy por encima del 13% de los hispanos en general y del 29% de la población total de Estados Unidos. Tienen un ingreso anual superior a $25.000, por encima de los $20.000 del resto de los hispanos, pero por debajo de los $29.000 de los estadounidenses promedio.

No hay muchas estimaciones sobre el número de ilegales venezolanos en ese país. Pero en general nuestros compatriotas están bien enraizados en la tierra del Tío Sam. Forman comunidades, se buscan la vida, pero mantiene unos lazos muy estrechos con sus familiares en Venezuela. De hecho, tienen la costumbre de enviarles harina pan y otras exquisiteces criollas muy apreciadas y escasas en esta nuestra tierra de gracia.

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