Economía

Diferencias de criterio en nuevo gabinete estancarán aún más ajuste económico

La firma Barclays teme que el choque entre el radicalismo del sociólogo Luis Salas y la posición más moderada que mantiene el resto del gabinete económico dificultará el diseño de un plan coherente para enfrentar la crisis.

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En un reciente informe, el banco se pregunta si Rodolfo Medina, ministro de Finanzas; Jesús Faría, ministro de Comercio Exterior e Inversiones Extranjeras; y Miguel Pérez Abad, ministro de Industrias y Comercio, tendrán el suficiente peso para contrarrestar la influencia de Salas, nombrado por Maduro como líder del equipo.

La postura del hasta ahora desconocido sociólogo de 39 años se ha divulgado rápidamente gracias a sus ensayos y artículos sobre la “guerra económica”. Según Barclays, Salas defiende la implementación de controles más estrictos y apoya la monetización del déficit (impresión de dinero sin respaldo), pues no cree que estas políticas son las causantes de la inflación. 

“Creemos que el poder y la capacidad de Salas para influir en la economía puedan verse disminuidos por el hecho de que ha recibido un ministerio nuevo sin estructura y necesitará construir su equipo. Sin embargo, creemos que estas diferencias, en vez de mejorar la capacidad del gobierno para enfrentar la crisis, aumentan las dificultades para coordinar un plan económico coherente”, describen los analistas.

Para empeorar las cosas, Barclays sostiene que el presidente Nicolás Maduro podría estar subestimando la crisis económica, dada su aparente falta de sentido de urgencia. “En una situación en la que es necesaria la austeridad fiscal, desde nuestra perspectiva, notamos que el presidente aumenta el número de ministerios, alcanzando un total de 43″, señala el reporte.

Además, las reformas fiscales implementadas por Maduro a través de la Ley Habilitante, que consistieron en llevar el de 34% a 40% la alícuota para contribuyentes especiales e instaurar un impuesto a las grandes transacciones financieras, solo aportarán 2% del producto interno bruto en ingresos adicionales. Esta cantidad es muy pequeña si se toma en cuenta que el déficit fiscal del país ronda 25%, según las estimaciones de Barclays.

“Creemos que las únicas medidas que podrían cerrar significativamente esa brecha será una fuerte devaluación de la moneda, un aumento en los precios de la gasolina y las tarifas eléctricas, y/o recortes en el casto. Hasta ahora, la nueva cabeza del equipo económico no ha apoyado ninguna de estas medidas”, añaden los analistas.

-Emergencia económica-

La reforma de la Ley del Banco Central de Venezuela es, para la firma, una garantía de que el gobierno seguirá monetizando el déficit fiscal. Considera que la continuidad de esta política monetaria “laxa” alimentará aún más el espiral inflacionario.

“Hemos estado esperando que el gobierno haga al menos una pequeña devaluación lineal de la moneda, lo cual no solventará las distorsiones pero al menos proveerá algo de espacio al fisco. Sin eso, el déficit podría llegar a 30% del PIB”, detalla.

Además, el recientemente anunciado Decreto de Emergencia Económica “debería” apuntar a otorgar mayores poderes al Ejecutivo para manejar fondos públicos y aprobar medidas. “Creemos que esta es una herramienta política que el gobierno está usando para entrampar a la oposición. Si la oposición aprueba este decreto, el gobierno probablemente tratará de compartir el costo de cualquier medida que tome. Si la oposición lo rechaza, podría acusarla de obstruccionismo”, explica la firma.

Mientras tanto, la caída de los precios del petróleo hace que disminuya la posibilidad de que Venezuela pueda evitar una cesación de pagos. El reciente salto en las reservas internacionales asegura, según Barclays, el pagó del bono en febrero de 2016. Pero todavía se requiere un mayor uso de los activos disponibles para cerrar una brecha calculada en $27 mil millones este año. Con esta estrategia de liquidación de activos el gobierno podría llegar a $18 mil millones, con lo cual se ponen en riesgo los pagos del tercer trimestre de 2016.

-Confrontación política-

Barclays sostiene que la crisis económica podría estar llevando a Venezuela a una confrontación de poderes, “en la cual no hay árbitro ni mediador independiente”.

En medio de esta confrontación, la Fuerza Armada Nacional se convierte en un sector clave. La firma mantiene la teoría de que el gobierno no controla el Ejército por completo. “Aunque algunos oficiales se beneficiarían del status quo y tendrían incentivos para mantener al chavismo en el poder, las fuerzas armadas como un todo probablemente están divididas de una forma similar al resto del país (…). Los militares también experimentaron un deterioro masivo de su poder de compra como consecuencia de la crisis económica. Además, tienden a evitar la confrontación, ser pragmáticos y dispuestos a negociar”, detalla el reporte.

En este sentido, el banco se inclina a pensar que si la crisis llega a un punto álgido, los militares sorprenderán con una posición más institucional, por lo que creen improbable un escenario de violencia.

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