Es el primer acuerdo bilateral de Cuba con una empresa hotelera de EEUU desde 1959, logrado después de que el Departamento del Tesoro concediera a Starwood la autorización para invertir en Cuba.
También se firmó una carta de intención para invertir en otra instalación hotelera de la capital cubana.
El emblemático Hotel Inglaterra de la Habana Vieja se unirá a «La Colección de Lujo» de Starwood, mientras que el Hotel Quinta Avenida, en la barriada capitalina de Miramar, será el primer Four Points cubano (clase económica) de la cadena Sheraton, una división del grupo hotelero norteamericano.
Ambas instalaciones reabrirán a finales de 2016 tras ser renovadas, informó la compañía, que realizará estas operaciones en sociedad con las hoteleras cubanas estatales Gran Caribe y Gaviota.
Starwood espera cerrar otro trato con la cadena estatal Habaguanex para incluir también en su «Colección de Lujo» al Hotel Santa Isabel, un lujoso palacete colonial en el corazón del centro histórico habanero.
«Estamos confiados en que Starwood es el socio adecuado para ayudar a escribir un nuevo capítulo en las relaciones de negocios entre Cuba y Estados Unidos, y nos ocupamos de manera rápida y entusiasta en perseguir esas oportunidades siguiendo las recientes iniciativas del Gobierno (de EE.UU.)», señaló el director administrativo y asesor general de Starwood, Kenneth S. Siegel.
La semana pasada la prensa norteamericana informó, citando fuentes oficiales y empresariales, de que dos grupos hoteleros, Starwood y Marriot International, y la segunda empresa de telecomunicaciones de EE.UU. intentaban cerrar acuerdos en los próximos días de la visita de Obama a la isla para extender sus negocios a Cuba.
Este anuncio se produjo un mes después de la firma de un acuerdo para restablecer los vuelos directos entre la isla caribeña y el país norteamericano, que posibilitará 110 conexiones diarias entre ambas naciones.
Más recientemente, el presidente Obama implementó una nueva serie de medidas de relajamiento del embargo sobre Cuba que permiten los viajes individuales de ciudadanos estadounidenses bajo la categoría de «pueblo a pueblo» que dan un impulso a las visitas, aunque en el papel el turismo a Cuba siga prohibido.
«No hay duda de que la industria hotelera estadounidense entera ha observado a Cuba con gran interés, y estamos emocionados de liderar el empuje y llevar nuestras marcas más avanzadas y de alta gama al mercado cubano en este punto de inflexión», afirmó el CEO de Starwood, Thomas B. Mangas.
En coincidencia con el anuncio del deshielo entre Cuba y Estados Unidos en diciembre de 2014, Cuba ha experimentado un «boom» en la llegada de visitantes extranjeros, que superó los 3,5 millones de turistas en 2015.
El aumento de visitantes pronosticado para 2016 conllevará una presumible demanda de alojamientos para Cuba, que en la actualidad dispone de 62.000 habitaciones de las cuales más del 60 % están bajo contrato de comercialización extranjera y un 16 % son operadas por empresas mixtas.
Por ello, las autoridades del sector han anunciado sus planes para ampliar hasta 85.000 las habitaciones en 2020, incluidas más de 13.600 previstas para abrir en «polos de sol y playa» durante 2016.