“Nosotros comenzamos apenas con 500 CLAP y distribuíamos 1.500 toneladas de alimentos más o menos cada 20 días. Luego comenzó el juego irregular y desde el Centro Nacional de los CLAP comenzamos a recibir las denuncias (…) pero es normal que, en medio de una guerra económica, hayan distorsiones, desviaciones, uno que otro bandido, uno que otro funcionario negociando con la comida de la gente, eso se ha ido resolviendo sobre la marcha y seguimos combatiendo la corrupción y las desviaciones”, sostuvo en el programa Al Aire, transmitido por el canal oficial VTV.
Los CLAP (Comités Locales de Abastecimiento y Producción) son la principal, estrategia del gobierno de Nicolás Maduro para enfrentar la inflación más alta del mundo y una escasez crónica que obliga a los venezolanos -especialmente a los más pobres- a perder varias horas cada día en busca de productos básicos que cuestan hasta 10 veces menos a los del mercado negro, o a los importados libremente en el mercado formal.
Las bolsas de alimentos son distribuidas por funcionarios militares y civiles pertenecientes al Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), y cada día en localidades de todo el país se registran denuncias de prácticas de corrupción, contrabando, tráfico de influencias y reventa de estos bienes importados directamente por el gobierno o confiscados a empresas locales.