La cotización de las criptomonedas fluctuó en las últimas semanas como consecuencia de un endurecimiento de la posición de las autoridades chinas ante el minado y los intercambios de estos activos digitales, muy populares en el país. En la mañana del lunes, el bitcoin perdía nuevamente cerca de 10%, después de que Pekín decidiera cortar la corriente a las empresas especializadas en el minado de esta moneda virtual, ubicadas en la provincia de Sichuan (sudoeste).
La cotización del bitcoin se sitúa así en un terreno considerado peligroso: entre 32 mil y 33 mil dólares. Y podría caer más como consecuencia de la presión del gobierno chino y de otros factores que impactan sobre el mercado. Que el bitcoin cotice por debajo de 33 mil dólares lo ubica casi 50% por debajo de sus máximos históricos. Y cuando cae la más famosa, arrastra consigo a las demás criptomonedas: ethereum bajó durante la mañana de este lunes más de 7% y dodgecoin cerca de 9%.
¿Llegará a los 20 mil dólares? Sería una verdadera catástrofe para ese mercado, según algunos expertos.
¿Y qué problema tiene China con las criptomonedas? Básicamente es lo de siempre en el caso de los gobiernos autoritarios: necesidad de control. Por eso prohibió el intercambio comercial con bitcoin en su territorio y luego las operaciones de compañías minadoras que operan en diversas regiones del país bajo la excusa de su alto consumo de energía.
Además, el banco central chino dijo el lunes que había convocado recientemente a bancos e instituciones de pago, entre ellos el Banco Industrial y Comercial de China, el Banco Agrícola de China y AliPay (China) Internet Technology, por prestar servicios para transacciones de moneda virtual y especulación.
Según el Banco Popular de China, estas actividades de transacción de monedas virtuales «perturban el orden económico y financiero normal y generan riesgos de transferencias transfronterizas ilegales de activos».
Según el periódico estatal Global Times, el cierre de las minas de la provincia puso fin ha a más del 90% de la capacidad de extracción de bitcoines del país.
A continuación algunas explicaciones de AFP sobre lo que está ocurriendo.
¿Por qué China actúa así?
La necesidad de control del gobierno chino sobre el sistema financiero se ha reforzado a medida de que éste ganaba en importancia.
Las criptomonedas, y en especial el bitcoin, representan un desafío para Pekín, dada la imposibilidad para el banco central de seguir los movimientos de dinero que pasan por esos activos.
Para «prevenir y controlar los riesgos financieros» la autoridades decidieron prohibir los intercambios de criptomonedas en el país. Según analistas, China teme un aumento de inversiones ilícitas y de captaciones de fondos, en momentos en que sus autoridades intentan controlar los flujos de capitales.
«China no tiene un mercado de capitales abierto, y las criptomonedas permiten esquivar esta situación, lo que es inaceptable para las autoridades» opina Jeffrey Halley, analista para Asia de Oanda, empresa especializada en intercambios internacionales.
El endurecimiento ante las criptomonedas permite además a China introducir su propia moneda virtual, un proyecto en el que el banco central trabaja desde 2014, y que permitirá al gobierno controlar mejor los intercambios.
Aunque la creación y los intercambios de criptomonedas son ilegales en China desde 2019, las recientes acciones de sus autoridades van a conducir a un importante sector de minado a cerrar sus actividades.
¿Por qué pega tan fuerte lo que hace China?
Hoy, cerca del 80% de los intercambios de bitcoins se gestionan a través de centros de datos instalados en China, que consumen mucha energía.
El acceso a material y a energía muy barata ha favorecido la emergencia de empresas especializadas en los intercambios, pero también en la creación de nuevos activos de criptomonedas, una operación que requiere gran potencia de cálculo y fuerte gasto de energía.
Una parte importante de la industria se alimenta de electricidad de centrales que funcionan con lignito, un carbón muy contaminante, lo que podría impedir a China alcanzar sus objetivos climáticos, lo que en parte explica su reacción.
Según el índice de consumo eléctrico del bitcoin, publicado por la universidad británica de Cambridge, el minado de monedas virtuales debería consumir 0,6% de la electricidad mundial en 2021, el equivalente del consumo de Noruega.
Moneda china
En el mes de marzo, China lanzó la fase de tests de su yuan digital. Esta moneda virtual le permitiría a Pekín realizar transacciones internacionales en su propia divisa, cuando el comercio mundial sigue hoy mayoritariamente realizado en dólares (en más de 80% de las transacciones).
«El objetivo es que el yuan esté más disponible a nivel internacional, pero manteniendo al mismo tiempo un control total de la cotizacion de la moneda» explica Halley.
Varios países intentan lanzar su propia moneda virtual. El Banco central europeo debe decidir en estos próximos meses si lanza o no un euro virtual.
Pero para los especialistas, estas monedas de Estado difícilmente podrán competir con las criptomonedas existentes, cuyo atractivo viene precisamente de la ausencia de control de un Estado.
«El bitcoin es marginalmente un modo de pago, de momento, pero su ventaja principal es que no puede fácilmente ser incautado, ni prohibido, ni desvalorizado» subraya Leonhard Weese, cofundador de The Bitcoin Association, en Hong Kong.