Economía

Monómeros: el futuro de la agroindustria colombiana hoy depende de la OFAC

Monómeros Colombo Venezolanos SA domina más de 45% del mercado de fertilizantes en Colombia. La empresa, bajo administración del interinato, ha sido objeto de un intento de toma hostil y depende de la renovación de una licencia de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros de EEUU para operar con normalidad y concretar grandes proyectos de impacto regional. Conversamos con su gerente general

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Monómeros

Para situarnos de una vez en las dimensiones del caso: la empresa Monómeros Colombo-Venezolanos es uno de los dos grandes activos del Estado bajo la administración y resguardo del todavía llamado gobierno interino de Juan Guaidó. El otro es Citgo. Y no estamos hablando de cualquier cosa: en el periodo 2020-2021 registró ventas por el orden de los 330 millones de dólares, la cifra más alta en los últimos cinco años. Logró también ingresos de 58 mil millones de pesos colombianos (más de 14 millones 700 mil dólares) que se traducen en 29% más que en el lapso anterior.

Nada mal para una empresa sometida a una situación de conflicto por diferentes frentes. Monómeros es una productora de agroquímicos filial de Pequiven, con sede en Barranquilla y Buenaventura y que comenzó sus operaciones en 1973. El desconocimiento por parte de Colombia de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela y su apoyo al interinato de Juan Guaidó permitió en 2019 el nombramiento de una junta administrativaad hoc presidida por Carmen Elisa Hernández. Pero esa historia terminó mal.

Tanto, que Hernández hoy es señalada como una de las figuras principales en la orquestación de un esquema para debilitar a Monómeros hasta quebrarla y terminar dejándola en manos de un importante proveedor-acreedor: Nitron Group, una compañía de capital paraguayo registrada en Estados Unidos, que fundó una filial en Colombia y terminó llevándose a sus filas a dos altos ejecutivos, a más de 35 empleados de Monómeros y a un par de exfuncionarios del gobierno colombiano.

El 20 de agosto del año pasado parecía que lo que se ha calificado como un intento de “toma hostil” estuviera cerca de lograr su objetivo: ese día la Superintendencia de Sociedades de Colombia intervino a Monómeros bajo el argumento de que su situación financiera estaba muy comprometida y con la aprobación de la directiva entonces presidida por Carmen Elisa Hernández, quien luego renunció al cargo y de quien el diarioEl Espectador ha dicho que “corresponde a los intereses del grupo político que orienta el líder de la oposición Leopoldo López”.

Si la Supersociedades –que es un ente regulador oficial- declaraba a Monómeros en situación de insolvencia, Nitron Group podía convertir sus acreencias en acciones.

La Superintendencia de Sociedades de Colombia, sin embargo, constató que tras la salida de este grupo de directivos conectado con Nitron Group y la designación de un nuevo tren gerencial, Monómeros afianzó sus bases y aumentó su eficiencia. Y, según explica su gerente general Guillermo Rodríguez Laprea, la propia Superintendencia hoy avala la corrección de sus estados financieros.

Hay otros elementos que aclarar para entender mejor la situación de Monómeros. Debido a las sanciones estadounidenses contra Petróleos de Venezuela, esta empresa que es una filial de Pequiven, ha podido operar gracias a licencias de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros del Departamento del Tesoro, OFAC. Pero estas licencias tienen un plazo anual y bajo ese esquema Monómeros la tiene cuesta arriba para obtener créditos de bancos e instituciones financieras. De modo que se apalanca en créditos de sus proveedores. Esa debilidad la intentó aprovechar Nitron Group.

El proceso de toma hostil lo confirmó una comisión de la Asamblea Nacional que viajó a Colombia y presentó el 28 de octubre en Caracas un informe preliminar de su investigación, aprobado con el voto salvado de uno de sus integrantes: José Luis Pirela, de la Fracción 16 de Julio. En ese resumen denuncian las movidas de Nitron Group, de los directivos de entonces, las campañas mediáticas en contra, las denuncias infundadas y hasta la participación de actores políticos venezolanos –sin mencionarlos- en la conspiración para apoderarse de Monómeros. Pero poco más se supo desde entonces.

Todavía hay nubarrones que pueden convertirse en amenazas para la empresa que en este momento tramita una nueva licencia ante la OFAC. Eso, por una parte. Por la otra, el diputado Pirela presentó una acusación ante la Fiscalía de Colombia -25 de mayo de 2022- contra el gerente general Guillermo Rodríguez Laprea y la directiva de Monómeros, a quienes señala de haber cometido delitos de hurto, corrupción, lavado de activos, entre otros.

Pirela había lanzado antes múltiples señalamientos al aire a través de declaraciones en medios de comunicación y ante la insistencia en lo que califican como denuncias falsas y sin pruebas, la directiva de Monómeros dio el primer paso: desde el 26 de abril Pirela estaba denunciado penalmente en ese país por “pánico financiero”.

Lo que viene

Monómeros es importante no solo para los venezolanos. Su presencia en Colombia tiene peso: “Durante 54 años de existencia, Monómeros ha generado un vínculo con los agricultores en Colombia. Llegar a 800 mil agricultores no es algo que se construye en un día. Es un tema de tiempo, de acercamiento y de generación de confianza”, explica el gerente general Guillermo Rodríguez Laprea: “En este momento estamos fertilizando alrededor de 1 millón de las hectáreas cultivadas en el país”.

En otras palabras: Monómeros domina más de 45% del mercado de fertilizantes de Colombia.

“Su otra importancia para el mercado colombiano es que ha desarrollado una cantidad de formulaciones que son específicas para cultivos de nuestras regiones. Eso permite garantizar que mejore la productividad”, explica Rodríguez Laprea: “Monómeros realmente es determinante para la agricultura en Colombia y para el futuro en Venezuela”.

A lo que se refiere Rodríguez Laprea –quien ocupa el cargo desde el 26 de enero de 2021- no es solo a la producción actual de Monómeros. Hay grandes planes en marcha: un proyecto para instalar una planta de amoniaco verde (libre de emisiones) y la entrada en funcionamiento el año próximo de una planta de ácidos orgánicos. En ambos casos, estarían sacudiendo al mercado.

“El presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia ha dicho que ese es el proyecto más importante del próximo gobierno”, se entusiasma Rodríguez Laprea: “Porque desarrollar un proyecto de amoniaco permite aliviar la dependencia de materia prima del exterior. Los productos nitrogenados no se producen acá, no hay urea ni otros nitrogenados que forman parte de las materias primas que utilizamos para nuestros fertilizantes”.

“Monómeros pasa a jugar un papel determinante para Colombia y para la región, porque no hay otro proyecto como este”, explica. Y algo similar ocurre con la planta de ácidos orgánicos: “No hay ninguna en la región y va a permitir cumplir con el consumo interno y exportar”.

-¿Cómo manejó su administración el intento de toma hostil que denuncia?

-La toma hostil se inició antes de que yo llegara a la empresa, probablemente empezó a rodar desde finales de 2020 cuando se generan una cantidad de denuncias falsas alrededor de la gente que estaba acá e inclusive del anterior gerente general. Eran denuncias temerarias y se demostró que eran mentiras.

El planteamiento era muy claro: quebrar a Monómeros temporalmente y entregar su patrimonio a una empresa privada. O después de que Monómeros estuviera cerrada, sustituirla con empresas paralelas que se fueron desarrollando en el tiempo. Esto llegó a tal punto, que incluso supimos que se hicieron denuncias ante los organismos de inteligencia de Colombia basados en mentiras. Eso es gravísimo. Y eso se puso en evidencia.

Estos señores que venían en este tema de la confabulación llegaron a pedirle a los trabajadores de la empresa que la paralizaran para que nos achacaran la responsabilidad a los administradores. Esto se hizo público, fue conocido por todos.

-En sus denuncias hablan de una campaña a través de medios de comunicación contra la empresa. ¿Cuál era el objetivo y qué consecuencias tuvo?

-La campaña de medios estaba dirigida a quebrar la confianza de los proveedores porque Monómeros, a raíz de su dependencia de la licencia OFAC por las sanciones que hay contra Venezuela, dejó de tener líneas de crédito desde el año 2018 con los bancos internacionales y nacionales.

Monómero tenía en 2016 más de 200 millones de dólares en en líneas de crédito. Hoy no tiene ninguna. Eso nos obliga a depender de los créditos de los proveedores. Si lanzas una campaña mediática en la cual pones en una situación de debilidad a la empresa, evidentemente se genera desconfianza, temor, entre los proveedores y todos los grupos de interés de la empresa.

Cuando se da esta campaña y cuando se el hizo el anuncio de Supersociedades, la empresa perdió 108 millones de dólares que tenía en créditos de proveedores. Eso para ilustrar el grado de debilidad al que se quiso llevar a la empresa en medio de la toma hostil.

Afortunadamente, pudo demostrarse la realidad. El bufete de DLA Piper preparó un documento muy extenso donde se señalan todos los elementos que formaron parte de esta situación de toma hostil. Y la comisión de la Asamblea Nacional que asistió a finales del año pasado a Monómeros, pudo constatar en directo, en contacto con los trabajadores, con los empleados, con los gerentes, con proveedores, lo que había ocurrido. Tuvieron acceso a todos los documentos que demostraban que efectivamente estábamos siendo parte de una toma hostil cuyo objetivo era apoderarse de la empresa. Una toma hostil ilegal, porque hay que aclarar que existen tomas hostiles legales.

-¿Y el riesgo de esa toma hostil persiste?

-Estos ataques mediáticos y de manipulación de información nos mantuvieron en una situación de mucha desconfianza, incluso de quienes tenían historia de mucho tiempo con Monómeros. Pero logramos revertir eso, logramos mostrar la verdad y que la gente recuperara la confianza.

Pero la toma hostil no terminó. Esto ha ido evolucionando de un elemento a otro, les falla una cosa y lo intentan por otro lado. Y lo que hemos estado haciendo es salirle al frente. De hecho, debo confesarte que lo que menos me interesaba era ser una persona visible, quería estar dedicado al trabajo que me encomendaron, que es un trabajo corporativo para sacar esto adelante. Y tocó hacerlo porque había que salir a mostrar lo que estamos haciendo. Y logramos recuperar la confianza del entorno en Colombia absolutamente.

-Esa comisión de la Asamblea Nacional que estuvo en Monómeros hizo un breve anuncio al respecto y ofrecieron ampliar luego los detalles, pero al final nunca explicaron más nada. ¿Por qué se silenció el resultado de esa investigación?

-Entendía que sí se había hecho público de alguna manera porque el informe fue presentado a la plenaria. Y se votó y fue aprobado. En ese informe relatan lo que vieron aquí: la toma hostil. El informe de alguna manera fue público, lo que creo es que hubo la intención de que no se viera mucho. Pero no puedo opinar porque no tengo los elementos, sería irresponsable de mi parte. Lo que sí puedo decir es que el informe prometía que iban a hacer un acompañamiento a Monómeros y se ordenaba que se hiciera una auditoría externa.

Esa auditoría, para que se sepa, está en curso. Aunque el diputado Pirela dijo de manera irresponsable hace unos días que no se había hecho. No es así: la junta de Pequiven ad hoc nombró a una empresa de las más importantes del mundo que está realizando la auditoría en este momento.

-¿Cuándo deberían conocerse los resultados de esa auditoría?

-Estimo que la auditoría debe terminar en los próximos dos meses, por el trabajo que están haciendo. Hace una semana, por ejemplo, tuvimos a cuatro auditores trabajando aquí de forma presencial durante toda la semana.

Monómeros
Más de 45% del mercado de fertilizantes en Colombia es dominado por Monómeros

-¿Monómeros está en medio de una disputa política o es algo meramente económico?

-Hay una disputa política real entre dos gobiernos, pero lo que ha movido esta situación son, lamentablemente, intereses económicos que se han sumado a un factor político. Lamentablemente, porque como venezolano no puedo pensar que alguien apueste a que esto no salga bien. Pero sí, se han sumado intereses económicos de Colombia y de otros sitios a la empresa norteamericana que participaba en todo esto de la toma hostil.

-Se entiende que hay una disputa política entre dos gobiernos, el de Maduro y el interinato, porque es un activo de Venezuela. Pero luego, en lo que se ha divulgado de este caso se menciona a figuras como Leopoldo López y el partido Voluntad Popular, que formarían parte de la conspiración y ahí es donde no se termina de entender bien la motivación…

-Yo en este momento me pararía en lo que es mi trabajo aquí, que es intentar no generar más fracturas, no generar más cosas… Lo único que puedo decir es que desde octubre del año pasado a esta época en la que estamos la situación de politización de la empresa disminuyó. El trabajo corporativo ha mejorado, ha crecido, y hay un factor menos aquí.

-¿Monómeros sigue bajo ataque?

-Puedo decir lo siguiente: el señor Pirela ha aparecido en momentos precisos que coinciden sospechosamente con actuaciones de los tomistas. Sale y genera una bulla, ha realizado acusaciones irresponsables que lo que hacen es generar daños a Monómeros. Todo lo que afecte a la imagen de la empresa le hace daño porque dependemos de la credibilidad. La respuesta es que sí se ha mantenido bajo ataque.

-¿Qué papel tiene Pirela en esta historia?

-El señor José Luis Pirela es un diputado de la Asamblea Nacional del 2015. El año pasado, antes de que se vislumbrara la situación de la toma hostil, comenzó a lanzar ataques a diestra y siniestra contra la empresa. Comenzó a decir que se la querían robar, dijo barbaridades contra los miembros de la junta y contra mí mismo. Pirela, además, estuvo en la comisión que vino a Monómeros y tuvo acceso a todo: él sabe cuál es la verdad de la empresa. En todo caso, lo que puedo decir es que los momentos más álgidos que se han vivido en este sentido arrancan con el señor Pirela lanzando acusaciones, inventando cosas. Y eso volvió a pasar recientemente, pero, a diferencia de antes, ahora se decidió actuar y ejercer una acción penal en Colombia contra el señor Pirela, que se introdujo el 26 de abril.

El papel que le dimos los venezolanos de ser representante nuestro en esa Asamblea del 2015 al señor Pirela no fue para que viniera a hacer daño, a perjudicar a una empresa por tener una figuración. No. Si uno quiere adelantar una investigación, la hace. Él está en su derecho a hacer lo que quiera, lo que sí no tiene derecho es de ir a los medios a mal poner a la empresa, a hacerle daño, porque eso demuestra que el objetivo es otro. Nosotros seguiremos ejerciendo las acciones que sean necesarias porque lo que estamos defendiendo es un bien de los venezolanos.

-En este momento, aparte de este caso de Pirela, ¿quiénes están detrás de la instrumentación contra Monómeros, cuáles son los interesados, los que se beneficiarían de esto?

-Los intereses económicos siguen estando acá. He mantenido una postura de mucho cuidado para evitar hacerle daño a la empresa, pero debo comentar que en función a estos ataques mediáticos de manipulación y desinformación, hemos compartido con las autoridades en Colombia toda la información de lo que ocurre y ahora nuestros abogados recomendaron compartirla con algunos organismos como las autoridades de la OFAC en Estados Unidos.

-¿Definitivamente usted no quiere mencionar a nadie en particular?

-No quiero hacerlo. No quiero generar daños a la empresa.

-¿Cómo puede concretar Monómeros los proyectos tan importantes, como el de amoníaco verde, que ha desarrollado si no tiene acceso a créditos de la banca?

-Con alianzas. Una vez que anunciamos el proyecto ha tenido tal receptividad que hemos tenido la visita de tres grupos muy importantes acompañados por la Alcaldía de Barranquilla y que están dispuestos a formar parte. Nosotros no tenemos el dinero para hacerlo, pero Monómeros tiene 50 años manejando amoníaco en la región, somos la única empresa que tiene el conocimiento, las instalaciones, los servicios colaterales. Este proyecto es el futuro de la región, de Colombia y de Venezuela. Estamos hablando de una planta de 100 mil toneladas, que era nuestro planteamiento inicial. Nosotros consumimos alrededor de 50 mil toneladas por año, las importamos por supuesto, y con esta planta podemos adicionar 300 mil toneladas de fertilizantes. Pero los señores que han venido a visitarnos nos han dicho, entre otras cosas, que quieren montar otra de 250 mil toneladas. ¿Imaginas el impacto que eso va a tener para la región y para Venezuela en el momento en que podamos llevar fertilizantes?

El proyecto de ácidos orgánicos antifúngicos tiene detrás la posibilidad de que se genere la materia prima acá en la región. Materia prima que implica unas mil hectáreas de siembra y esa cosecha de materia prima puede generar 100 mil empleos, entre los cuales nuestro objetivo es que incluya a muchísimos venezolanos.La dimensión de esta empresa es gigantesca.

-Monómeros ha podido operar gracias a licencias anuales de la OFAC. ¿Cuál es la situación actual de la licencia?

-Tengo que explicar esto conprecisión para evitar malas interpretaciones. Las licencias OFAC normalmente las entregan por un año. Desde julio del 2021 solicitamos a OFAC que se nos diera la nueva licencia –la actual vence el 30 de junio- y le planteamos que se considerara la posibilidad de extenderla a dos años, como requerimiento extraordinario.

Hasta ahora hemos venido funcionando de manera normal gracias a esta licencia, a excepción del acceso a los créditos bancarios. ¿Por qué pedimos que se extendiera a dos años? Para poder obtener créditos a más largo plazo. Ya presentamos toda la documentación. En el 2021 en medio de esa situación complicada interna, nos tocó hacer una reingeniería de costos, reestructurar toda la parte comercial y logramos los mejores resultados en indicadores financieros de los últimos cinco años. Esta es una empresa que tiene demasiado para donde crecer y eso se lo mostramos a OFAC. Estamos en este momento a la espera de que se nos otorgue la licencia. Estamos seguros de que eso se va a producir, pero, claro, necesitamos que se produzca lo antes posible.

-¿Eso depende simplemente de que examinen esos recaudos y respondan o aquí intervienen factores políticos?

-Eso es lo normal. Hay unos procesos de revisión, se evalúa y se da la respuesta. Y es lo que estamos esperando. Desde el punto de vista objetivo de la OFAC no puede haber ningún elemento distinto a entender que eso es lo que produce la salvaguarda de esta empresa, el mantenimiento de 2.000 empleos, la atención a la agricultura de Colombia y la defensa o el mantenimiento de un bien de todos los venezolanos. No tiene por qué haber otra situación ahí.

-¿Cómo ha sido la respuesta de las autoridades de Colombia frente a estos ataques que denuncia Monómeros?

– Hemos tenido conversaciones con el Superintendente de Sociedades, hemos cumplido a cabalidad con todos los requisitos que nos ha solicitado Supersociedades y la empresa está operando de manera normal. En un programa de radio hace unos días el Superintendente dijo que Monómeros va bien y que todo está saliendo bien. Todas las autoridades de la región están alineadas con la gestión de esta empresa porque vieron lo que pasó, y hablo de la alcaldía, la gobernación y asociaciones gremiales. Incluso la Confederación General del Trabajo nos ha acompañado en documentos públicos apoyando la gestión de la empresa y pidió públicamente al gobierno de Estados Unidos que nos entregaran la licencia lo antes posible. Hay una visión en Colombia que apunta a que la empresa vaya adelante. Y confiamos que el próximo gobierno probablemente pueda dar más apoyo desde el punto de vista crediticio.

El sindicato de Monómeros y la Confederación General de Trabajadores de Colombia enviaron una carta al embajador de EEUU, James Story, solicitando su apoyo para la renovación de la licencia de la OFAC

-Da la impresión de que hay mucha gente que quiere meterle mano a la caja de la empresa y a la empresa misma

-Tienes la impresión correcta. Lo único que puedo decir es que desde el punto de vista corporativo esta empresa ha evolucionado, es una empresa de origen petrolero en la que hay una cultura interna de cumplir procedimientos –tenemos cerca de 600 manuales de actividad- y con una cantidad de elementos que la hacen de primera línea.

¿Tenemos una situación complicada? Sí, el sector agrícola en el mundo está en un momento muy difícil, las materias primas se triplicaron y nosotros no tenemos ni un dólar de crédito. Dependemos de la credibilidad de nuestros proveedores, de nuestros grupos de interés. Así que esperamos muy pronto tener la licencia de la OFAC.

En Colombia, la gestión administrativa y fiscal de las empresas las supervisa un ente externo que tiene igual responsabilidad que la de los administradores de la empresa, son los revisores fiscales. Los revisores fiscales certificaron que nuestros estados financieros son absolutamente fidedignos y obtuvimos un dictamen limpio, un dictamen positivo. Es decir, estos números no son fantasiosos. Y además, los números son revisados por Supersociedades, se los estamos enviando mes a mes. Si algo ha sido bueno en esta situación es que podemos decir que nos ha revisado todo el mundo aquí y han certificado lo que estamos diciendo.

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