Educación

La escuela venezolana perdió 1,2 millones de alumnos y 166 mil profesores

En los últimos tres años, 25% de los maestros y 15% de los estudiantes de educación básica y media abandonaron las aulas. Además, 85% de los planteles no cuenta con internet, 69% tiene carencias agudas en el servicio eléctrico y 45% no cuenta con agua

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Los resultados del Diagnóstico Educativo de Venezuela 2021 (DEV) -estudio diseñado y desarrollado por el Centro de Innovación Educativa (CIED) de la Extensión Social UCAB- arrojaron cifras alarmantes sobre el estado actual de la educación en Venezuela. El estudio mostró insuficiencias de infraestructura, seguridad y alimentación en los planteles, y aumento de la deserción.

En los últimos tres años 1.2 millones de estudiantes y 166 mil profesores abandonaron las aulas por temas de migración o carencias en el hogar.

Según explicó Eduardo Cantera, director del CIED, la investigación se realizó ante la ausencia de datos oficiales sobre el tema (“el Gobierno realizó la última Consulta Nacional por la Calidad Educativa en 2014”), por lo que la Ucab se propuso caracterizar la situación de la educación venezolana, con el fin de «arrojar los indicadores necesarios para la creación de políticas que atiendan la crisis educacional».

La muestra abarcó 394 escuelas de todos los estados del país (85% públicas y 15% privadas subvencionadas), tanto en zonas rurales como urbanas, con un universo reportado de 12.500 profesores y 200 mil estudiantes.

40% migró del país

De acuerdo con el diagnóstico, para este 2021 la población estudiantil de primaria y bachillerato es de 6,5 millones versus los 7,71 millones que estaban inscritos en el sistema en el año 2018. Esto quiere decir que, en los últimos tres años, el número de alumnos se redujo 15,6%, o dicho de otra forma, 1,21 millones de niños y adolescentes abandonaron las aulas (unos 400 mil por año).

En cuanto al número de docentes, la cifra no es menos grave. Para este año escolar la plantilla total alcanzó los 502.700 maestros, es decir, 166 mil profesores menos (-25%) que los que 699 mil que trabajaban en las escuelas y liceos del país para el año 2018.

Tanto en el caso de los alumnos como de los profesores, poco más de 40% de los que desertaron emigraron del país. El resto permanece en Venezuela.

Escuelas fantasmas

Sobre la infraestructura escolar, tres de cada 10 colegios (31,4%) tienen al menos cuatro carencias esenciales. Las más comunes (de carácter agudo) son los servicios de salud (93,7%), internet (85,7%), salas de teatro o música (84,9%), laboratorios (79,6%), electricidad (69,9%), agua (56,6%), canchas (46,8%) y salones (17,6%).

“Nos interesaba saber si la institución, a pesar de las dificultades que tiene, puede o no continuar brindando educación. Hay escuelas rurales que no tienen ni agua ni electricidad, pero siguen realizando actividades con los muchachos. Pero hay otras escuelas que están paralizadas porque comentan que es imposible mantener a los niños dentro del plantel sin esos servicios”.

Otro hallazgo de la investigación fue la localización de «escuelas fantasmas», planteles que aparecen en la data del Ministerio del Poder Popular para la Educación, pero de los que solo quedan algunas paredes, el resto de la infraestructura no existe. “Hemos ido a campo con el listado de esos planteles y hemos visto que ya no existen. Son solo cuatro paredes. Nos conseguimos con una infraestructura caída”, dijo Cantera.

Alimentación y transporte

Sobre las causas de la inasistencia escolar, la investigación encontró que, entre las de importancia alta y media para los encuestados, las más comunes son la falta de comida en el hogar (78,3%), la falta de servicios básicos (56,7%), no poder costear los implementos (55,5%), razones de salud (44,4%), porque debe ayudar en las tareas del hogar (43,7%), porque el alumno no quiso seguir estudiando (43,5%), porque el alumno no lo considera importante (39,7%) y por el costo del transporte (25.9%).

La falta de comida en casa evidencia, además, la vulnerabilidad alimentaria, tanto de los estudiantes (56,9%) como de los profesores (38,4%). Según el estudio, 48,8% de los alumnos dijo comer menos de tres veces al día, mientras cerca de 50% de los docentes reportó haber perdido entre 6 y 15 kilos de peso en los dos últimos años.

Entre los estudiantes, el rubro con mayor vulnerabilidad, es decir, el de menos consumo, es el las proteínas. Para los profesores, vegetales y frutas, carbohidratos y proteínas son igualmente críticos: 8 de cada 10 dijeron no ingerir la comida necesaria para satisfacer su demanda calórica.

“Entendemos que los niños muchas veces van a la escuela porque tienen un programa de alimentación. Y no van a la escuela bien sea porque no han recibido alimentos en sus casas o porque tienen que dedicarse a buscar alimentos. Cuando entrevistamos a los representantes sobre las razones de inasistencia de los niños, algunos nos han dicho que prefieren que duerman lo que quieran para que puedan librar una comida”.

El PAE no funciona

A pesar de que el Programa de Alimentación Escolar (PAE), ejecutado por el Gobierno nacional, se lleva a cabo en 9 de cada 10 escuelas, Sólo 32,27% de los colegios recibe el servicio todos los días de clases y 36,7% varias veces a la semana. “70,8% se limita a una comida diaria, «con poca proteína y más carbohidratos”, agrega Cantera, quien menciona que “83,6% de los encuestados para el DEV calificó el servicio de regular a negativo”.

Respecto a los recursos de las escuelas para ofrecer el PAE, el estudio indica que un 90% no cuenta con los suministros necesarios de alimentos, además de la falta de utensilios y el mal estado de las áreas de cocina y comedor.

“Nos interesamos en saber si las escuelas disponen de cocina y comedor; si hay madres procesadoras de alimentos o cómo se refrigeran esos alimentos. Así podíamos ver si están en condiciones de recibir algún programa de alimentación”.

En cuanto a transporte, ninguna de las instituciones ofrece servicios de este tipo para los docentes y solo 1,4% tiene a disposición una ruta para los estudiantes. Por ende, el grueso de los alumnos se traslada a pie hasta los colegios. La distancia promedio hasta la parada más cercana es de 659,13 metros, es decir, cinco canchas y media de fútbol entre la casa o el colegio y la parada.

Aprendizaje durante la pandemia y comprensión lectora

La prueba EGRA se aplicó a 1.028 estudiantes de tercer grado de todo el país. A ese nivel, explicó el profesor Eduardo Cantera, el niño ya debería saber leer y comprender lo que lee.

Los resultados evidenciaron que, si bien la comprensión oral y la comprensión lectora son altas (82% y 85% respectivamente), la capacidad de lectura en voz alta y la decodificación son bajas (43% y 53%, respectivamente). En el primer caso esto quiere decir que 4 de cada 10 niños no leen un texto con exactitud y a un ritmo adecuado. En el segundo, significa que poco más de la mitad tiene poca capacidad para unir grafemas con fonemas al leer palabras simples.

“A pesar de que los estudiantes muestran poco rezago en los módulos de comprensión oral y comprensión de lectura, 68% presenta un rezago importante en lectura. Más de 40% solo lee 64 palabras por minuto (PPM) o menos, cuando deberían estar leyendo entre 85-90 ppm, y por consecuencia, presentan dificultad para leer de manera fluida”, señala el estudio.

“Estamos midiendo lo más básico y, en lo más básico, nos están dando números poco alentadores”, alertó Cantera.

La pandemia también impactó negativamente el proceso educativo. Casi la mitad de los alumnos (47,54%) dijo haber aprendido menos y solo 17,1% afirmó haber aprendido más. “Estos resultados presentan diferencias marcadas al comparar las escuelas privadas-subsidiadas, donde 35,91% de los estudiantes dice haber aprendido menos, frente a 45,33% de los de las escuelas púlicas urbanas y 47,29% de las públicas rurales”, refiere el reporte.

Hay que actuar

Eduardo Cantera comentó que, a raíz de los resultados obtenidos en el Diagnóstico Educativo de Venezuela (DEV), es urgente que se activen políticas de atención del sector, a nivel básico y medio, para contrarrestar las causas, tendencias y patrones observados.

Apuntó que la recuperación física de las escuelas debe ser uno de los primeros pasos, con el fin de garantizar su función fundamental: servir como centro de socialización y encuentro de docentes, alumnos y representantes alrededor del proceso de enseñanza-aprendizaje. De lo contrario, advirtió que las consecuencias serán muy graves para el desarrollo del país.

“La pregunta base para nosotros es cómo logramos que la escuela sea un lugar seguro y un centro donde los muchachos puedan desarrollar sus actividades de manera integral. Si no tenemos la infraestructura ni los servicios básicos, eso se nos complica mucho”, enfatizó.

La presentación de los principales resultados del Diagnóstico Educativo de Venezuela (DEV), elaborado por el Centro de Innovación Educativa de la UCAB, está disponible haciendo clic aquí: https://bit.ly/DEV-2021

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