Educación

Desconfiado, familiero y estresado por la economía: PsicoData traza inédito perfil del venezolano

A partir de los hallazgos, los investigadores de PsicoData Venezuela determinaron que las mujeres, las personas mayores de 65 años, los jóvenes de 18 a 24 años y quienes tienen menor nivel educativo representan los grupos más vulnerables desde el punto de vista psicológico. Para seis de cada 10 personas (64%), la principal fuente de estrés son los problemas económicos. Para los pobres el problema económico es más estresante (68%) que para los no pobres (61%)”, pero no mucho más.

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PsicoData

La Escuela de Psicología de la UCAB presentó este miércoles los resultados de PsicoData, un inédito estudio nacional que retrata 14 dimensiones psicosociales de los venezolanos. La investigación determinó que las mujeres, las personas mayores de 65 años y quienes tienen menor nivel educativo son los más vulnerables en el complejo contexto actual.

El objetivo de la investigación, según expone el informe, fue identificar y analizar las debilidades y fortalezas psicosociales de la población venezolana, con especial énfasis en las dimensiones asociadas a la llamada ‘vulnerabilidad psicosocial’, es decir, esos factores individuales y relacionales que modulan las conductas de las personas ante entornos especialmente hostiles o difíciles y que “afectan o influyen en la probabilidad de sufrir problemas de salud física o psicológica”.

Partiendo de esto, la encuesta abordó 14 áreas: satisfacción personal subjetiva, duelo, dificultad para identificar y expresar emociones, malestar psicológico y físico, confianza en el otro, inadecuación social, sentido de control personal, fuentes de estrés, dificultades en habilidades cognitivas, apoyo social percibido, deseo de participación, afrontamiento religioso, afecto negativo (preocupación, tristeza y rabia) hacia el país y bienestar subjetivo.

Según la encuesta, siete de cada 10 personas han perdido a un ser querido en los últimos dos años, y de ellos un tercio (34%) manifestó no haberse recuperado para retomar la cotidianidad.

El 75% indicó que en los últimos dos años ha experimentado la falta de familiares y amigos cercanos debido a la migración; de este grupo, 34% afirmó que le ha costado retomar su cotidianidad después de experimentar esta ausencia y 29% mencionó que su salud se ha deteriorado.

Esto es más frecuente en mayores de 65 años (40.1%) y en las mujeres (32%)”, menciona el informe.

El 90% de las personas en Venezuela se sienten preocupados ante la situación nacional; el 79% afirmó sentir rabia por saber a dónde ha llegado Venezuela y a 73% le entristece pensar en el futuro de la nación. Cuatro de cada 10 aseguraron que, con frecuencia, su estado de ánimo se ha ido deteriorando por estas razones. En promedio, el venezolano tiene un nivel medio de afecto negativo.

Para seis de cada 10 personas (64%), la principal fuente de estrés son los problemas económicos. Para los pobres el problema económico es más estresante (68%) que para los no pobres (61%), recoge la muestra.

Pero para los no pobres sigue siendo un problema reportado con mucha frecuencia.

Para los jóvenes entre 18 y 24 años el segundo problema que más reportan es el personal, y hay unas diferencias interesante por variable sexo. Para los hombres el segundo problema es la salud, pero el tercero es la política.

Un trabajo útil en lo personal y en lo social

Un equipo de expertos de primer nivel vinculados a la Universidad Católica Andrés Bello y a su Escuela de Psicología expuso en una conferencia de prensa transmitida y grabada por Zoom y YouTube los detalles de este inédito estudio. PsicoData se une a los esfuerzos de la UCAB por descifrar la situación de Venezuela y buscar aportes y soluciones que no solo alcancen a la sociedad sino también a los individuos.

La presentación también está disponible en la nueva página en Internet de la escuela de Psicología de la UCAB.

Este esfuerzo se suma a otras iniciativas de la UCAB, como a la encuesta Encovi y al proyecto Vénesis para ayudar a descifrar la situación de Venezuela y buscar soluciones.

Los deseos de participación comunitaria y social también se mantienen, pese a la crisis. Seis de cada 10 encuestados (59%) dijeron tener ganas de participar en actividades sociales o políticas que impactan en el entorno. Esta intención es mayor entre quienes viven en condiciones más precarias.

“Los pobres son quienes manifiestan mayor deseo de participar (77%)”, resalta el documento.

El profesor Angel Oropeza, psicólogo por la UCAB, magister en Ciencia Política, de la Universidad de Pittsburgh y doctor en Ciencia Política por la Universidad Simón Bolívar (USB), jefe de la cátedra de Psicología Social, de la UCAB, fue uno de los expertos que explicó detalles del estudio nacional PsicoData.

«El estudio era obtener y analizar una serie de aspectos y características psicosociales de la población venezolana, en este caso haciendo énfasis especial en el constructo de vulnerabilidad psico social», dijo en su intervención en la sede de la UCAB.

Señaló algunos factores sobre la persona en relación con ella misma y con los demás y con lo social, que según el tipo de estimulación, pueden favorecer una mayor resistencia a la vulnerabilidad o por el contrario construir una mayor vulnerabilidad.

«En el lado de la vinculación con ella misma tenemos la fuente de estrés centrada excesivamente en lo económico. El malestar físico y psicológico es un dato importante, casi lacerante que encuentres a uno de cada cuatro venezolanos y uno de cada cinco entre 18 y 25 años que diga que se siente mal psicológicamente».

Ángel Oropeza

El duelo, la dificultad «sorprendentemente alta para identificar y expresar emociones», están entre esas vulnerabilidades.

Por el lado de las variables positivas que más se deberían estimular entre las encontradas por PsicoData está el sentido del bienestar personal, o de la lectura subjetiva de como es mi vida y el sentido de cuánto control tengo sobre mi vida y las cosas que hago; la adecuación social, que es relativamente baja, unas habilidades cognitivas que siguen siendo relativamente no tan deficitarias (pese a la crisis de la educación en Venezuela), el afrontamiento religioso y un apoyo social centrado casi exclusivamente en la familia, dijo Oropeza.

Hay un altísimo porcentaje de gente con deseos de participar política y socialmente y esto aparece como una gran herramienta que hay que estimular.

«Contrario al mentis y al cliché que pueda pensar mucha gente, (el venezolano) sí quiere participar en actividades sociales y políticas, pero a medida que baja en la escala socioeconómica, mientras más pobre, más quiere participar. Ese es un dato que tenemos que tomar en cuenta», señala Oropeza.

El estudio indagó en el impacto que han tenido situaciones como la pandemia, la crisis socioeconómica y la emergencia humanitaria compleja en la psique del venezolano. Entre otros hallazgos que denotan vulnerabilidad, PsicoData Venezuela encontró que para 81% de la población, es decir, para 8 de cada 10 habitantes del país, no se puede confiar en la mayoría de las personas. Estos resultados, apunta el informe, se asocian “con tendencias a aceptar prácticas autoritarias de gobierno y con baja calidad de capital social”.

«Por el lado preocupante está la altísima desconfianza, una especie de plomo en el ala para construir capital social y muy asociado lamentablemente con la tendencia pasiva de las poblaciones a aceptar practicas autoritarias de gobierno porque como no se confía en los demás, el orden social tiene que venir de alguna parte, generalmente de arriba», agrega Oropeza.

El bajo apoyo social, con la excepción de la familia y esos son los datos a los que poner atención.

Este tipo de estudios son particularmente útiles para diseñar programas de intervención, iniciativas de acción social dirigidas a atacar estos problemas.

«El foco tendría que ir a sectores muy específicos, principalmente mujeres, personas mayores de 65 años, la gente en situación de pobreza, personas con menor nivel educativo y jóvenes entre 18 y 24 años. Estos son los grupos privilegiados a la hora de pensar en diseño de iniciativas», señala el experto.

Este estudio revela sobre todo una enorme complejidad con elementos contradictorios a la hora de perfilar al venezolano promedio.

Lo bueno es que esta riqueza compleja se resiste a las etiquetas.

«A la gente le encantan las etiquetas de que si el venezolano es así o es asao… los datos se revelan contra eso. Es una sicología muy compleja, muy rica, que tiene elementos contradictorios, pero no lo reduzcas a etiquetas porque se queda todo por fuera», explicó el vocero.

Entre las dimensiones preocupantes porque pueden convertirse en problemas que aumenten la vulnerabilidad, están básicamente la muy baja confianza personal, el aspecto negativo respecto al país, el estrés excesivo centrado en lo económico y el malestar psicológico y físico, el tema del duelo y las dificultades para identificar y expresar emociones.

El estudio, de carácter nacional y único en su tipo, fue levantado entre diciembre de 2022 y enero de 2023, a partir de entrevistas a una muestra representativa de 1.500 adultos que participaron en la Encuesta de Condiciones de Vida (ENCOVI), de todos los estratos sociodemográficos y todos los estados del país,

“PsicoData ofrece información confiable para crear y mejorar programas de intervención, con base en la sistematización del efecto país en la salud mental de la población venezolana”, apunta el estudio en su documento de presentación.

De la desconfianza al duelo: la vulnerabilidad en datos

El 90% siente preocupación ante la situación nacional, 79% afirmó sentir rabia por saber a dónde ha llegado Venezuela y a 73% le entristece pensar en el futuro de la nación. Cuatro de cada 10 aseguraron que, con frecuencia, su estado de ánimo se ha ido deteriorando por estas razones. En promedio, el venezolano tiene un nivel medio de afecto negativo.

El duelo asociado a la muerte o el éxodo masivo de venezolanos también está afectando la estabilidad emocional y personal de quienes se quedan. Según la encuesta, siete de cada 10 perdieron a un ser querido en los últimos dos años, de los cuales un tercio (34%) manifestó no haberse recuperado para retomar la cotidianidad. Por su parte, 75% indicó que en los últimos dos años ha experimentado la falta de familiares y amigos cercanos debido a la migración; de este grupo, 34% afirmó que le ha costado retomar su cotidianidad después de experimentar esta ausencia y 29% mencionó que su salud se ha deteriorado. “Esto es más frecuente en mayores de 65 años (40.1%) y en las mujeres (32%)”, menciona el informe.

Respecto al malestar físico y psicológico, el nivel de vulnerabilidad es medio. Casi un tercio (28%) de los encuestados indicó que siempre o casi siempre su capacidad de logro está limitada por no sentirse bien físicamente; 35% sugirió que no vale la pena seguir luchando porque “son siempre los vivos los que ganan”; 49% ha conseguido poco progreso en el logro de sus metas personales y 46% agregó que no vale la pena planificar porque las cosas son cuestión de suerte.

La población no está clara en la identificación y expresión de sus propias emociones: mientras 54% declaró dificultad en expresar lo que siente acerca de otras personas, a 51% le cuesta encontrar palabras para definir sus sentimientos, 48% se siente confusa con las emociones que siente y 45% reconoció tener sentimientos que le cuesta identificar.

Las memoria y concentración, capacidades cognitivas, también están siendo afectadas: 40% afirma tener problemas para atender y concentrarse, 38% dijo que le está costando mucho recordar las cosas, mientras 35% apuntó que se le dificulta comprender información escrita y 31% dijo que se le está haciendo difícil expresarse de forma escrita.

La otra cara: el venezolano se siente bien consigo mismo

Pese a las debilidades psicosociales identificados, los investigadores de la UCAB encontraron varios ámbitos en los que los venezolanos se encuentran satisfechos y que pueden calificarse como fortalezas. Por ejemplo, la gran mayoría (78%) está contenta con cómo resultó su vida tras repasar su historia. De hecho, 76% reportó que es muy cercana a su ideal, 73% afirmó haber conseguido cosas importantes, aunque ese mismo porcentaje cambiaría algo de sí mismo si tuviera oportunidad. En cuanto al bienestar subjetivo, es decir, en qué medida la persona está a gusto con la vida que tiene, 42% se ubica en el peldaño 8 al 10. Solo un tercio de la población (31%) se siente decepcionada con sus logros.

Por otra parte, la mayoría de los venezolanos percibe un alto sentido de control personal: 82% de los encuestados dijo ser capaz de trabajar eficientemente con metas a largo plazo, más de la mitad (57%) declaró sentirse parte importante de la solución de los problemas de su comunidad y 54% se identifica como responsable de lo que pasa a su familia.

Los deseos de participación comunitaria y social también se mantienen, pese a la crisis. Seis de cada 10 encuestados (59%) dijeron tener ganas de participar en actividades sociales o políticas. Esta intención es mayor entre quienes viven en condiciones más precarias. “Los pobres son quienes manifiestan mayor deseo de participar (77%)”, resalta el documento.

Aunque la mayor parte de los venezolanos encuentra en la fe y la religión un aliado (80% reconoció rezar cuando enfrenta problemas), según PsicoData la población valora las redes de apoyo de su entorno en situaciones difíciles, especialmente la familia: 67% recurre a sus familiares para solicitar ayuda y tres de cada 10 buscan a sus vecinos. Sin embargo, solo el 9% acude a instituciones sociales, políticas, religiosas o deportivas cuando de solicitar auxilio se trata, lo que advierte la desconfianza percibida respecto a la capacidad de las instituciones.

Prestar atención a los grupos vulnerables

Entre otros asuntos, las mujeres presentan mayor malestar físico y psicológico. 45.7% de ellas considera que su ánimo se ha deteriorado y 38% que su salud ha desmejorado. 1 de cada 2 mujeres reportó dificultad para atender y concentrarse. El estudio encontró que este grupo tiene mayor dificultad en identificación y expresión emocional, así como una tendencia a autoevaluarse ligeramente más bajo que otros grupos en habilidades cognitivas.

Los adultos mayores, por su parte, se perciben con menor sentido de control personal (es decir, tienen pobres juicios sobre su propia disciplina, organización y responsabilidad personal) y con mayor deterioro de sus habilidades cognitivas. También reportaron mayor dificultad para comprender (45.6%) y para expresarse de forma escrita (42%). Además, identificaron tener más trabajo para expresar lo que sienten acerca de otras personas.

En cuanto a los jóvenes entre 18 y 24 años, estos son quienes presentan mayor nivel de inadecuación social, es decir, tienen un mayor deterioro en la capacidad para procesar información proveniente del entorno y responder adecuadamente a ella. También son los que, junto con los adultos mayores, se perciben con menor sentido de control personal.

Finalmente, las personas sin nivel educativo y con primaria incompleta tienen menor bienestar subjetivo. Además, 1 de cada 2 (55%) tiene problemas para atender y concentrarse, así como para expresar sus emociones e identificarse. 43.6% reportó que el malestar psicológico limita sus capacidades y 46% afirmó que sobrevivir implica adaptarse a lo que hay.

Qué hacer: construyendo fortalezas contra la vulnerabilidad

La investigación deja claro que, “al adentrarse en el estudio de las características psicológicas de los venezolanos, el principal rasgo que sobresale es su complejidad y la presencia de elementos aparentemente contradictorios en su seno”. Menciona que la preponderancia de los factores positivos o negativos, en medio de esta contradicción, “va a depender del tipo de reforzamiento que reciban tanto los elementos psicológicos que pudieran apuntar al desarrollo de defensas ante el riesgo de una mayor vulnerabilidad, como los que, de continuar siendo estimulados y no combatidos, contribuyan a que ésta última se acreciente”.

Por eso, los responsables del estudio recomiendan “generar antídotos de orden psicológico”, desde el ámbito de las políticas públicas y de la organización social e institucional, a través de los cuales se puedan conformar “auténticas fortalezas de defensa contra la vulnerabilidad psicosocial y sus consustanciales consecuencias psicológicas en la población”, concluye el informe.

La presentación completa de PsicoData Venezuela está disponible, para su descarga y consulta gratuita, ingresando a la página https://psicologia.ucab.edu.ve/, o haciendo clic en este enlace.

Entre el equipo responsable de PsicoData destacan además:

Luisa Angelucci Bastidas, Licenciada en Psicología por la UCAB, con maestría en Psicología por la Universidad Simón Bolívar (USB), doctora en Psicología, Universidad Central de Venezuela (UCV) y Decana de la Facultad de Humanidades y Educación de la UCAB, Jefa de Cátedra de asignaturas de corte cuantitativo.

Celibeth Guarin, Licenciada en Psicología. Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA) Candidata a Doctora en Psicología (Tesis pendiente), Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) Jefe de Cátedra de asignaturas de procesos básicos en psicología, Escuela de Psicología UCAB, docente UCV; Secretaria General de la Federación de Psicólogos de Venezuela

Jose Eduardo Rondón Bernard, Licenciado en Psicología. Universidad Central de Venezuela (UCV) , Magíster en Psicología. Universidad Simón Bolívar (USB) Doctor en Psicología. Universidad Central de Venezuela (UCV) Coordinador del Área de Investigación de la Escuela de Psicología de la UCAB Docente UCV

Adle Hernández, Licenciada en Psicología, Universidad Católica Andrés Bello (UCAB). Máster (en curso) en Técnicas de Investigación Social Aplicada, Universidad Autónoma de Barcelona. Diplomado en Incidencia Política. Pontificia Universidad Javeriana de Cali. Diplomado en Responsabilidad Social Universitaria (2017). Universidad Iberoamericana de México. Profesora de Psicología Social. Directora General de Extensión Social de la UCAB.

Danny Daniel Socorro, SJ Sacerdote Jesuita Licenciado en Psicología, Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) Licenciado en Filosofía, Universidad Católica Cecilio Acosta Estudios Especiales en Teología, Seminario Mayor Santo Tomás de Aquino (Maracaibo) Doctor en Psicología, Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) Director de la Escuela de Psicología Profesor de Psicología Social (UCAB) Coordinador de PsicoData Venezuela.

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