Opinión

El informe de la ONU (IV): El caso del capitán Acosta Arévalo

En la noche del 28 de junio de 2019, el capitán Acosta Arévalo fue llevado para su audiencia de presentación en una silla de ruedas. Lo primero que hizo fue pedir ayuda. El abogado del capitán Acosta Arévalo le preguntó si había sido torturado y él asintió con la cabeza. Ya no podía moverse

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En los últimos tiempos en Venezuela tal vez no haya otro caso que simbolice mejor la existencia de la tortura como política de Estado, en el caso de los detenidos por razones políticas, que el caso del capitán Rafael Acosta Arévalo, cuya muerte fue finalmente confirmada el 29 de junio de 2019.

La Misión de Determinación de los Hechos de la Organización de Naciones Unidas (ONU) detalla lo ocurrido con este militar retirado, en su informe dado a conocer en septiembre de 2020 ante el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra.

El equipo de expertos, que concluyó que existían evidencias de que en Venezuela se estuvieran cometiendo delitos de lesa humanidad, contrastó lo que señalaron varias fuentes oficiales, dejando en evidencia las contradicciones en la versión oficial.

El 28 de junio de 2019, Sinue Villalobos, de la dirección de medicina forense del Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses (SENAMECF), realizó un examen externo del cadáver en la morgue del hospital. Según el informe, al cual tuvo acceso la misión, no sería exagerado decir que el capitán Acosta Arévalo fue literalmente masacrado: tenía 38 heridas, 30 en la parte delantera y ocho en la parte trasera del cuerpo.

El capitán Acosta Arévalo tenía el tabique nasal roto, abrasiones en el hombro, los codos y las rodillas, y moretones en varias partes del cuerpo, incluyendo el muslo, los glúteos y la espalda. El cuerpo del Capitán Acosta Arévalo también mostraba una fractura en un pie y signos de quemaduras en su pie y en su muñeca.

Es un caso simbólico porque hubo un claro ensañamiento por parte de los cuerpos represivos del Estado venezolano. Es un ejemplo claro del uso de métodos de tortura, aunque posteriormente la Fiscalía General, a cargo de Tarek William Saab, haya tratado de desviar el proceso colocando otras figuras legales y dejando caer el peso de la responsabilidad en efectivos militares de bajo rango.

Los hechos

De acuerdo con Waleska Pérez, esposa del militar en situación de retiro, ella perdió comunicación su esposo el 21 de junio de 2019 a las 2pm. Lo último que ella supo era que su esposo se dirigía a una reunión en Guatire, estado Miranda, con oficiales militares activos y retirados. 

Como ha quedado registrado en el contundente informe de la misión, con el capitán Acosta Arévalo se aplicó el mismo procedimiento: se le detuvo durante varios días sin que la familia tuviera conocimiento de su paradero. En la práctica se trata de una desaparición forzada.

Sus abogados no pudieron comunicarse con él hasta el 28 de junio de 2019, cuando fue presentado ante un tribunal militar. Y ese fue justamente el día en que horas después ya se había generado un informe forense por parte de la experta de la morgue de Las Colinas de Bello Monte, en Caracas.

Antes de que la fiscalía u otro órgano del sistema de justicia dijera algo sobre el militar retirado y su detención, el 26 de junio el entonces Ministro de Comunicación e Información, Jorge Rodríguez, anunció que el Capitán Acosta Arévalo había sido detenido, junto con otras personas, acusado de participar en una conspiración para un golpe que se iba a realizar los días 23 y 24 de junio de 2019 llamado “Vuelvan Caras”.

El Ministro mostró un video del Capitán Acosta Arévalo supuestamente planeando la conspiración. Ha sido el modus operandi en los casos de detenciones políticas. Acosta Arévalo estaba en los calabozos de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM).

También siguiendo el guion que se ha puesto en práctica en otros tantos casos, sólo después de que el gobierno le dio un marco narrativo a la detención, hizo su aparición el fiscal general designado por la Asamblea Nacional Constituyente.

El 27 de junio de 2019, el Fiscal General Tarek William Saab hizo una declaración televisiva que básicamente se paseaba por lo que ya había señalado el vocero gubernamental Jorge Rodríguez.

El DGCIM no reconoció la detención del capitán Acosta Arévalo desde el 21 de junio, sino que presentó un documento señalando que la aprehensión se produjo el 26 de junio de 2019.

Según el informe de la DGCIM, Acosta Arévalo fue llevado al hospital militar Carlos Arvelo a las 7 de la mañana del 28 de junio de 2019. El médico certificó que tenía un traumatismo en el tórax, nariz, dedos y tobillos, deshidratación moderada y una infección en la piel. El informe concluyó que estaba en condiciones estables. 

Sin embargo, en la noche del 28 de junio de 2019, el capitán Acosta Arévalo fue llevado para su audiencia de presentación ante el Tercer Juzgado Militar de Control del Municipio Libertador, en Caracas. Los oficiales de la DGCIM llevaron al Capitán Acosta Arévalo a la audiencia en una silla de ruedas. 

Confesó ser torturado

De acuerdo con el testimonio del abogado del militar, el capitán Acosta Arévalo lo primero que hizo fue pedir ayuda. Ya en ese momento no podía articular ninguna palabra, no podía mover sus manos o piernas y estaba adolorido y sangrando. Estaba descalzo. Sus ojos estaban muy abiertos. El abogado del capitán Acosta Arévalo le preguntó si había sido torturado y él asintió con la cabeza.

La noche de ese mismo 28 de junio, a las 9 pm, el militar retirado fue conducido desde la sala del tribunal hasta el hospital. El traslado duró cinco minutos, pero según esta versión de sus represores, Acosta Arévalo llegó ya sin signos vitales al centro médico militar.

La Misión de Verificación cotejó con otro informe este hecho. Acosta Arévalo falleció en el tribunal. Sin embargo, otro informe del CICPC menciona el depósito de cadáveres del hospital como su lugar de muerte.

Los expertos plantean que esta versión no es sostenible, ya que las personas son llevadas a la morgue sólo una vez que han fallecido. Entre el 28 y el 29 de junio de 2019, oficiales de la DGCIM no permitieron el acceso al hospital a nadie, ni a la familia del Capitán ni a sus representantes legales. 

La muerte del Capitán Acosta Arévalo no fue anunciada oficialmente hasta el 29 de junio de 2019.

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