Elecciones 2024

11 años de retroceso institucional explican el bajón del madurismo

Más allá del resultado final del domingo, hay un quiebre en las bases sociales del madurismo que tiene parte de su explicación en los resultados de un modelo que destruyó la economía, abrió los brazos a la corrupción y permitió que se fortaleciera el crimen organizado. El reto para quien gane, es levantar la institucionalidad

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Daniel Hernández

Esta última semana antes de las elecciones, de acuerdo con las cifras disponibles y a lo que se observa en las calles del país, podríamos señalar que en Venezuela no existe una polarización entre las dos opciones principales ya que el candidato opositor muestra una ventaja sobre el madurismo que –en el papel- supera cualquier duda de un final cerrado.

Según el último estudio de opinión pública nacional, realizado entre el 5 y el 11 de julio por el Centro de Estudios Políticos y de Gobierno (CEPYG) de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) y la encuestadora Delphos, Edmundo González Urrutia (candidato de la Plataforma Unitaria Democrática) cuenta con una intención de voto de 59,1%, mientras que Nicolás Maduro está en 24,6%. Un resultado que coincide con las tendencias que muestran las firmas encuestadoras más reconocidas del país.

En la recta final, el candidato oficialista y sus voceros principales, han intensificado un mensaje que tiene dos puntos relevantes. Uno de ellos es que ofrecen cambios profundos y transformaciones para el futuro planteando objetivos que no concretaron en 11 años. Al mismo tiempo, intensificaron las amenazas de violencia al estilo de la advertencia hecha por Nicolás Maduro de que el país caería “en un baño de sangre si no resulta ganador.

Ese mensaje está aderezado con las acciones represivas en todo el país contra quienes participan en la campaña opositora y otras declaraciones amenazantes como las del gobernador Freddy Bernal en Táchira, anunciando que se están preparando para “defender la patria”.

Una posible explicación a esto es que revela el temor y el conocimiento que manejan internamente los sectores oficialistas y sus asesores de la pérdida de apoyo a Maduro y la ruptura de sus bases sociales.

De allí que en la campaña del madurismo –más allá de las imágenes en tonos pastel- han estado ausentes los mensajes positivos, obras de gobierno o la exhibición de resultados económicos y sociales. Se han concentrado en la justificación del desastre económico acumulado en estos 11 años descargando la culpa en las sanciones internacionales, señalando la responsabilidad de la debacle a los sectores opositores y al “imperialismo”.

El balance de las acciones en campaña registrado por la ONG Acceso a la Justicia durante el primer semestre de 2024 refleja la conducta de un competidor que mantiene el poder, pero parece estar acorralado:

  • 125 detenciones arbitrarias por razones políticas con desapariciones forzadas.
  • 12 inhabilitaciones políticas.
  • 22 establecimientos comerciales cerrados o inspeccionados, entre ellos hoteles y restaurantes por atender a líderes de la Unidad Democrática en distintas regiones del país durante sus recorridos por la campaña electoral.
  • 2 curiaras decomisadas en el estado Apure por trasladar a María Corina Machado en el río Apure debido al bloqueo de la vía terrestre realizado por la Guardia Nacional por órdenes de las autoridades.
  • 19 cierres de acceso para ingresar a varias entidades del país para cumplir con visitas a las regiones en actividades de la campaña electoral.
  • Vandalización de vehículos en los que se trasladan la líder opositora María Corina Machado y el candidato unitario Edmundo González.
  • Una vivienda donde se alojó Machado y su equipo fue asaltada por un grupo armado, en Táchira.
  • A un chofer que trasladó al candidato González Urrutia a una actividad fuera de Caracas le suspendieron su licencia de conducir.
  • Una estación de servicio en Cojedes fue cerrada para impedir que los vehículos que acompañan a Machado pudieran abastecerse de combustible.

El país que deja el madurismo

La pérdida de las bases sociales del chavismo-madurismo, no ha sido un asunto de propaganda o desgaste en el tiempo.

En términos económicos, la caída de los ingresos del país en la presidencia de Maduro es un hecho real que ha afectado y llevado a la pobreza a 80% de los venezolanos. Un hecho que no tiene precedentes en Latinoamérica y para el mundo es un referente solo comparable con países que han sufrido años de guerras internas o invasiones.

Las cifras muestran que el desplome del Producto Interno Bruto (PIB) venezolano comenzó a profundizarse a partir de 2012 y ha tenido su momento más grave en 2020 y 2021.

Desde 2013, cuando Maduro tomó las riendas del país, el PIB de Venezuela pasó de 258.993 millones de dólares a 42.530 millones de dólares en 2021, pasando a ser una de las naciones más pobres de América Latina con una caída de más de 80% de su PIB, según los registros del Fondo Monetario Internacional.

Ese resultado representa el peor desempeño macroeconómico en la historia contemporánea de Venezuela (1950-2020) y el peor de América Latina y el mundo en el período 1980-2020, según refirió el economista José Manuel Puente.

El fortalecimiento de redes criminales generadoras de grandes distorsiones en la economía y la desinstitucionalización del país es otro elemento en la ecuación de lo que deja Maduro o de lo que queda en sus manos si gana. Las actividades ilícitas como narcotráfico y el tráfico de oro y minerales se han incrementado.

De acuerdo al informe de la ONG Transparencia Venezuela «Economías ilícitas», publicado en 2023, la estructura institucional venezolana presenta rasgos muy graves que propician las actividades criminales y que se resumen en aspectos como la ausencia de transparencia y rendición de cuentas; escaso o nulo compromiso y capacidad del liderazgo gubernamental frente al crimen; niveles de corrupción sin precedentes; normativas, políticas y regulaciones que incentivan la criminalidad; colaboración internacional casi inexistente para combatir las redes delictivas y la corrupción; un sistema de justicia y de control cooptado y funcionarios de organismos de seguridad, en algunos casos, aliados con las redes delictivas, entre otros factores.

En el informe «Economías ilícitas 2023» se estimó que estas actividades produjeron ganancias por el orden de 9 mil 402 millones de dólares, lo que representa 15,67% del total de la economía venezolana.

Según la medición realizada por Transparencia Venezuela, en alianza con la firma Ecoanalítica, solo en 2022 el tráfico de oro y minerales reportó 2 mil 133 millones de dólares a las organizaciones criminales que la ejercen, lo que equivale a 3,6% del PIB.

En 2022, el narcotráfico produjo 5 mil 115 millones de dólares, es decir, 8,5% del PIB, bajo control de grupos armados y con la presunta participación de algunos funcionarios.

La economía ilegal, al lado de la corrupción que se expandió en los últimos años y Transparencia Venezuela la estima en cerca de 1.000 millones de dólares, tienen un efecto directo en la caída económica del PIB.

¿La recuperación es posible?

Luego de la gran caída que se produjo hasta 2021, comenzó una leve recuperación. Algunas medidas de liberación económica y de precios permitieron algunos cambios a favor.

Según cifras oficiales, el crecimiento del PIB en 2023 fue de 5%, mientras que para 2024 se proyecta en 8% a pesar de las sanciones de las que voceros oficiales identifican hasta 940 medidas arbitrarias contra Venezuela desde 2017.

Asdrúbal Oliveros estima que el crecimiento se ubicará en 4,5%, coincidiendo su firma Ecoanalítica con otras organizaciones de estudios económicos.

En cuanto a las previsiones en la tasa de cambio, al 25 de julio, la tasa Banco Central de Venezuela se ha mantenido contenida mediante intervenciones y se encuentra en 36, 55 mientras que en el mercado secundario se ubica en 41, 54 bolívares por dólar. Explica Oliveros que si bien la devaluación del bolívar ha estado bastante controlada, prefiere utilizar el término contenida: “Decimos contenida porque, si no se toman correctivos en esa materia, lo que estamos viendo es una bomba de tiempo en términos de devaluación que podemos ver a futuro”.

Por su parte, al cierre de junio la inflación mensual se ubicó 2,4%, en tanto que la acumulada fue de 68% y la anualizada de 18,1%, según datos aportados por el Observatorio Venezolano de Finanzas.

De acuerdo a Oliveros, son los niveles de inflación más bajos desde que Maduro está en el poder. Las proyecciones de Ecoanalítica son que cerrará aproximadamente en 51% de inflación, mientras que en dólares será de 9%, lo cual sigue siendo una de las más altas del mundo. En 2023 la inflación cerró en 189,80%, ocupando el tercer lugar en el ranking global.

Siguen los problemas estructurales

El economista Asdrúbal Oliveros advierte que no se resolvieron los problemas estructurales aunque se inició “un tímido ciclo de recuperación, pero está muy distante a lo que existió antes. Esa recuperación para la mayoría de los venezolanos es casi nula”.

El sector petrolero ha logrado un mejor desempeño con respecto a años anteriores. En 2023 la producción cerró en 783 mil barriles por día, mientras que durante el primer semestre de 2024 promedió 910 mil barriles por día, según datos de la OPEP .

Advierte Oliveros que “seguimos viendo una economía centrada fundamentalmente en la vía comercial, en las importaciones, en los servicios y menos en la producción, con excepción de la producción de alimentos y medicamentos que son las dos industrias que de alguna manera son pivote de la actividad industrial en Venezuela que tiene capacidad instalada por encima del promedio y un buen desempeño por encima del resto”.

Otro drama del legado de 11 años son los bajos salarios. Como lo explica Oliveros, en el sector privado que tiene las mejores condiciones laborales y de sueldos en comparación al sector público, el promedio salarial está cerca de 230 dólares por mes. Esto sigue siendo muy bajo si se compara con la canasta básica alimentaria que se ubica en 550 dólares para una familia de 4 personas. 45% de la población reporta ingresos de hasta 100 dólares. Sólo 7% de la población reporta ingresos superiores a 700 dólares.

Para garantizar buenos sueldos y salarios, señala el economista, hay que mirar primero la cantidad de empleados públicos que se han acumulado en estos 25 años, hay que evaluar cuántas empresas públicas van a seguir siendo públicas y cuál sería el rol del Estado en el petróleo.

“Son interrogantes muy importantes porque no basta con decir: ‘voy a llegar y voy a subir los sueldos a 500 dólares’ que para 2,5 millones de empleados públicos serían unos 15 mil millones de dólares al año, y si lo comparamos con los ingresos, eso no es sostenible. No es una cuestión de querer sino de poder”, afirma.

Perspectiva después del 28-J

Revisando los escenarios de un gobierno reconocido o de uno no reconocido, Oliveros sostiene que el reconocido será capaz de desmontar sanciones, permitir inversiones en sectores claves y negociar con organismos multilaterales la enorme deuda externa que sobrepasa los 160 mil millones de dólares.

Otro factor posible sería el acceso a recursos, no solamente de los multilaterales sino también a los que no puede disponer en este momento, cercanos a los 9 mil millones de dólares, equivalentes a 9 puntos del PIB. Con ese escenario habrá una mejor perspectiva de crecimiento y para 2025 tendría un rebote significativo.

Para Oliveros “estamos frente a un colapso del Estado. De producirse el cambio político en el país, se tendría que hablar de una refundación, de cómo rescatar ese rol del Estado y las políticas públicas, un debate que deberá darse por la profundidad que ello amerita”.

“Si tenemos un escenario de continuidad, obviamente no vemos, desde la perspectiva económica, una catástrofe como volver a otra caída significativa como la que tuvimos; pero sí vemos un ritmo de crecimiento mucho más reducido y difícil de sostener en el tiempo”, explica Oliveros: “Esta es una economía que ha caído demasiado y que necesita crecer agresivamente. Lamentablemente, con este escenario es difícil que ocurra”.

Un informe de la agencia calificadora Barclays difundido este jueves 25 de julio, respalda las informaciones sobre la brecha a favor de Edmundo González en las encuestas y proyecta la elección presidencial como una “oportunidad sin precedentes para la transición política” que podría cimentar la vía para la recuperación económica y una restructuración de la deuda.

Esas son las expectativas y ya todo queda en suspenso hasta el cierre de la jornada electoral. Gane quien gane, así está el país y la tarea para lograr esa recuperación es ardua.

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