Economía

Temporada vacacional aún no comienza en Margarita

Una ocupación hotelera entre 50% y 60% en la isla de Margarita es lo máximo a lo que aspiran los representantes del sector turístico regional y nacional para la temporada vacacional escolar de este 2017, que estiman empiece a mediados de agosto, dada la crítica situación política, social y económica del país.

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Venetur Margarita
Texto: JOhanna Bozo / Foto: Sebastián Guido

A pesar de que Margarita es considerada como el primer destino turístico del país, el presidente del Consejo Superior de Turismo (Conseturismo), Jesús Irausquín, asegura que la realidad ha cambiado desde todo punto de vista.
Las temporadas ya no empiezan en julio como años anteriores. Los ciudadanos reorientaron sus prioridades y destinan sus recursos a la compra de alimentos, medicinas y el pago de las inscripciones de escolares.
“Con una inflación que nos come casi por completo los ingresos la situación evidentemente ha cambiado. Después de pagar todo esto, si queda algo se utiliza para el esparcimiento, que además es totalmente merecido y producto de los esfuerzos de los venezolanos. Estamos cruzando los dedos para tener una buena temporada. El sector hotelero y todos los prestadores de servicios están preparados para atender a quienes puedan venir. Se están haciendo grandes esfuerzos para ofrecer lo mejor. Si logramos alcanzar esos porcentajes de ocupación y movilización de pasajeros, nos daríamos por bien servidos”, dijo.
El dirigente afirmó que a pesar de que todos los precios han subido “enormemente”, el sector turístico y empresarial está asumiendo gran parte en sus costos para que el impacto sea menor, sobre todo para los turistas nacionales. Esta temporada vacacional es una de las más importantes y tratan con esto que las cifras no se vean tan afectadas.
– Poco abastecimiento –
Una de las mayores complicaciones que están enfrentando los prestadores de servicios en este momento es la adquisición de insumos y alimentos por las fallas que existen en el abastecimiento y el alza de los precios. Esto afecta también el monto que deben pagar los turistas.
“El empresario venezolano se convirtió en un héroe nacional. Conseguir insumos y dotaciones para los hoteles y posadas es una calamidad. No te queda otra, es tu negocio y se hace, pero eso ha encarecido mucho los precios del servicio que se presta. El hotelero no tiene cómo acceder a bolsas de comida, tiene que comprar productos revendidos y si es difícil para una familia, lo es mucho más para ellos que deben dar entre 200 y 300 desayunos, almuerzos y cenas”, comentó Irausquín.
Pese a esta realidad, el empresario aseguró que se está haciendo todo para que cuando la gente viaje y tome vacaciones en el país pueda disfrutar de su inversión con buenos servicios. Agregó que para lograr que la situación mejore urge establecer un diálogo sincero entre el sector público y privado. “Llegar a acuerdos para desarrollar el turismo con determinación, que realmente sea un motor generador de divisas y de empleo”, dijo.
Conectividad
A estos elementos que afectan la actividad turística en la isla y en el país se suma la conectividad, catalogada como una tragedia por el sector. Las frecuencias aéreas han disminuido como mínimo 70%. Diariamente en la ruta Caracas-Porlamar se hacían entre 7 y 8 vuelos, ahora se hacen 4 en promedio.
Bruno Díaz, representante de una agencia de viajes de la región, explicó que para esta temporada prácticamente no hay cupos, no porque vengan muchos turistas, sino porque la demanda es mucho mayor que la oferta que se tiene. “Los vuelos están copados, pero es por el día a día, por quienes viajan por negocios, diligencias, visitas familiares. El miércoles hay 3 vuelos, el sábado 2 y el domingo 7. Eso era lo normal para cada día en temporada baja, en la alta eran mínimo 10. Rutaca canceló todos sus vuelos de agosto, Aserca no está volando a Porlamar y Avior restringió la venta a 24 horas antes del viaje”.
Las aerolíneas incrementaron las tarifas de los pasajes, sobre todo los fines de semana. Un boleto aéreo que costaba en abril 35.000 bolívares ida y vuelta, Caracas-Porlamar, hoy está entre 65.000 y 70.000 bolívares, entre semana. Los fines de semana cuestan entre 125.000 y 130.000 bolívares. Lo que representa un aumento de entre 85% y 92%. “Pero hay otras que han subido más”, dijo.
Otro ejemplo es la ruta a Valencia desde Porlamar. Actualmente, solo está volando de manera regular Turpial Airlines dos veces por semana, viernes y domingo, por un precio de 73.000 bolívares ida y vuelta. Los vuelos especiales, que se hacen los días jueves, solo la ida cuesta 92.000 bolívares. “Obviamente esos precios hacen que cada vez sea más difícil salir por placer”.
Todo esto se ve reflejado en una caída en las ventas de boletos de al menos 50% desde abril. El mismo porcentaje se ve en la comercialización de paquetes turísticos. “Los hoteles y posadas están casi vacíos. Hay pocas solicitudes y los precios están muy altos por los insumos que han aumentado demasiado. Esta temporada no será muy buena”, expresó Díaz.
En el caso de los vuelos internacionales hay dos grandes dificultades. El primero, que dejaron de viajar unas 10 aerolíneas al país, por los incumplimientos de pago y otros problemas; y el segundo, que muchos países han decidido restringir y aconsejar a sus ciudadanos que no viajen a Venezuela por la inseguridad y las protestas en contra del presidente Nicolás Maduro, que ya cumplieron 4 meses en distintos estados.
Quienes se aventuran a viajar por mar, deben cancelar por persona 15.000 y 23.000 bolívares dependiendo de la empresa de ferry que elijan y tenga cupos.
“Todo esto se ha sumado para ser una tormenta perfecta. Volar internamente es un problema y salir mucho más. La conectividad es muy pobre, los cupos son vendidos con antelación. Las aerolíneas han disminuido las frecuencias y eso mantiene una precariedad muy importante», señaló Irausquín.
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