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Anaqueles vacíos y pasillos desolados son la mejor oferta de Abastos Bicentenario

Cajas registradoras cerradas, estantes sin productos y pocos clientes. Así lucen los Abastos Bicentenario de Terrazas del Ávila y Plaza Venezuela, los dos más grandes de la cadena en Caracas. De lo poco que se exhibe, los precios justos quedaron en el pasado así como las promesas de Hugo Chávez de convertir a Venezuela en una potencia alimentaria.

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Abastos Bicentenario 2
Fotografía: Andrea Ballesteros | El Estímulo

Es jueves 26 de octubre y en el Abastos Bicentenario de Terrazas del Ávila, en el este de Caracas, solo hay cinco personas recorriendo la tienda. No tienen mucho que ver: las áreas de charcutería, carnicería, pescadería, frutas y verduras, y panadería están clausuradas ante la ausencia de mercancía que vender.

El lugar que cuenta con 9.611 metros cuadrados solo dispone de una vitrina refrigerante para ofrecer unos cuantos productos de charcutería y carnicería: queso parmesano rallado en Bs 153.440 el kilo, chuleta ahumada en Bs 78.000 el kilo, fiambre de res en Bs 33.560 el kilo, muslo de pollo en Bs 30.485 el kilo, mortadela en Bs 30.011 el kilo, y presentaciones de cuatro salchichas en Bs 17.972.

Los precios justos y la variedad son cosas del pasado. En los 14 estantes ubicados a lo largo del establecimiento solo se consigue aceite de canola producida en Alemania en Bs 42.960, Cerelac en Bs 23.242, Café Venezuela Gourmet de 500 gramos en Bs 19.000, caraotas negras de 500 gramos en Bs 15.641, pasta de medio kilo en Bs 12.299, margarina de 500 gramos en Bs 11.000, latas de sardinas de 270 gramos en Bs 10.978, entre otros.

Entretanto, en el área de productos de higiene y cuidado personal se pueden conseguir anaqueles con galletas, gelatina, miel, diablitos, así como productos para mascotas: alimento para loros y hámsters en Bs 12.308 y en Bs 14.537, respectivamente; champú para perros y gatos en Bs 8.512, y colonias para canes en Bs 14.448. También pueden encontrarse velas y velones que van desde 4.664 a 7.425 bolívares.

De las 36 cajas registradoras con las que cuenta el abasto, solo siete están activas para los clientes que se acercan a comprar al establecimiento del gobierno. Aunque no se tiene conocimiento de cuántos empleados siguen trabajando en la red de Abastos, sí salió a la luz que en el último mes fueron cerradas cinco tiendas y en consecuencia 1.500 trabajadores quedaron sin empleo.

Abastos Bicentenario

El área de la librería que, como en años anteriores, es activada para el regreso a clases no solo ofrece artículos de papelería sino también juguetes para niños: monopolio en inglés en Bs 34.500, reloj de Frozen en Bs 11.000, calcomanías para cuartos de niños en Bs 18.200, pistolas de dardos en Bs 19.434, títeres Bs 3.350 y motos en Bs 17.132.

«Esto cada día está peor, antes trabajábamos para comer ahora yo no sé para qué. Esta situación está grave, grave, grave», le expresa la encargada de la librería a su padre –que parece vivir fuera del país–, a través de una llamada telefónica.

La panadería del establecimiento está inoperativa. La harina de trigo rusa que, según el presidente Nicolás Maduro, arribaría al país todos los meses «para estabilizar el sabotaje de los panaderos contra el pueblo», parece no haber llegado a los hornos del Abasto.

Abastos Bicentenario 7

En la zona de la ropa se encuentran franelas de caballero marca Ke en Bs 63.499, toallas en Bs 55.000, pantalones de vestir de dama en Bs 39.999, trajes de baño y vestidos para niñas entre Bs 47.999 y 69.999, cortinas de baño en Bs 31.000, sandalias para hombres importadas desde Estados Unidos en 29.899, bodys para bebés entre 44.999 y 81.999 bolívares, y chemises para niños en Bs 24.000. Sin embargo, no hay manera de medirse las prendas pues los probadores están cerrados.

Abastos Bicentenario 6

En el Abastos Bicentenario de Plaza Venezuela, en el centro-este de la ciudad capital, la historia no es muy diferente. En el pasado quedaron las promesas del hoy fallecido presidente Chávez cuando inauguró el 8 de agosto de 2012 el hipermercado: «Esta es una cosa muy grande y es parte, repito, y ustedes lo saben de la Misión Alimentación. Allá está un pensamiento que se me atribuye: ‘Mientras esta revolución siga viva, el pueblo venezolano cada día se alimentará y vivirá mejor’. Es verdad y es así, porque ese es el objetivo de la revolución bolivariana».

Sin embargo, los precios de los pocos alimentos que ofrece la sucursal de Plaza Venezuela no son amigables con el bolsillo de los clientes. Por ejemplo, 105 gramos de queso de año valen Bs 7.544, es decir, que un kilo cuesta alrededor de Bs 75.000, o poco más de la mitad de un salario mínimo (Bs 68.272), ya que el sueldo mínimo legal es de Bs 136.544.

Las personas que se acercan a la vitrina de quesos, fiambre y mortadela, suelen asombrarse al ver lo precios de los productos que no suelen diferenciarse mucho de los que se encuentran en las cadenas privadas.

Alrededor de la única nevera con rubros de charcutería al menos unas diez personas esperan con carritos que los trabajadores de Abastos Bicentenario saquen bandejas con carne molida, carne de solomo y pollo. «Hasta hace poco había carne pero ordenaron bajar los precios. Estamos esperando que saquen la mercancía con los precios regulados», apuntó.

Así como las promesas de Chávez de hace cinco años cuando inauguró en Plaza Venezuela la tienda de Abastos Bicentenario, nombre con el que el Estado rebautizó a las Tiendas Éxito luego de expropiarlas a la empresa Cativen en noviembre de 2010, los estantes llenos también quedaron en el pasado.

Abastos Bicentenario inauguración

Abasto Bicentenario Plaza Venezuela

Abastos Bicentenario 8

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