Banca y Finanzas

Novo Banco, antiguo BES, prepara un despido colectivo en Portugal

La administración del Novo Banco, escisión saneada del Banco Espírito Santo (BES), confirmó hoy que prepara un despedido colectivo para los trabajadores del grupo en Portugal que hayan declinado acogerse a una rescisión negociada.

Publicidad

La entidad que preside Eduardo Stock da Cunha calculó, según un comunicado, los despidos a través de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) en «claramente por debajo de los 100», que son los que no aceptaron la salida negociada.

Se calcula que los que optaron la rescisión amistosa fueron en torno a los 400 empleados.

El sindicato bancario, sin embargo, ha denunciado al Novo Banco por no haber permitido entrar en sus instalaciones de trabajo a los empleados que declinaron la oferta de rescisión.

En un comunicado, el sindicato avisó que no aceptará que «en el proceso de reestructuración en el Novo Banco pueda haber presiones o incluso coacción a los trabajadores».

La entidad financiera admitió que prohibió el acceso a algunos trabajadores por no tener funciones en el banco y recordó que ésta es una decisión «legal».

En total, la meta del Novo Banco es prescindir durante este 2016 de 500 trabajadores (7 % de la plantilla).

Esta reducción se une a la ya ejecutada entre 2014 y 2015, de otros 500 colaboradores.

Hasta finales de diciembre de 2015, el Novo Banco contaba en sus operaciones portuguesas con 6.571 trabajadores, 261 menos que en 2014, y en las internacionales 740 (150 empleados menos que en 2014).

El banco portugués opera en España, Reino Unido, Luxemburgo, Venezuela, Macao (China) y Mozambique.

La entidad, que anunció en febrero de este año pérdidas de casi 1.000 millones de euros en 2015, tiene que poner en marcha esta medida por el plan de reestructuración dictado por la Comisión Europea (CE).

El Novo Banco, la tercera mayor entidad del país, se creó después de la quiebra del BES en agosto de 2014, debido a irregularidades de gestión.

Entonces, fue recapitalizado con un crédito público de 3.900 millones de euros y otros 1.000 millones aportados por el resto de bancos portugueses.

Actualmente está en proceso de venta con dos vías paralelas: la transacción directa a grandes inversores, entre los que la prensa lusa sitúa a los españoles Santander y Caixabank, y/o la venta en Bolsa a diferentes inversores.

El objetivo es que la venta se cierre en el tercer trimestre de este año.

Publicidad
Publicidad