Opinión

Tres pronósticos sobre la campaña electoral que no se cumplieron… por ahora

En medio de diversos cuestionamientos a “lojanalistas” que parecen abundar en las redes sociales, también han quedado en entredicho diversos pronósticos sobre lo que ocurriría en esta carrera presidencial de 2024. No todas las proyecciones políticas deben leerse como profecías

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Ciertamente la dinámica política en Venezuela, por encima de cualquier cosa, se caracteriza por la incertidumbre. Competir electoralmente con un gobierno que quita y pone reglas, que controla al resto de poderes públicos y que, en no pocas ocasiones, ha hecho de oídos sordos a las demandas de democratización para el país, se conjugan como ingredientes de un gran coctel sobre el devenir venezolano. Sin embargo, algo parece haberse movido en Venezuela.

No es extraño, entonces, que en medio de las reuniones familiares o de las conversaciones a la distancia, por la migración masiva, que se sostienen hoy con amigos y familiares, haya resurgido con fuerza la interrogante: ¿Y qué va a pasar? o la clásica ¿Y cómo estás viendo las vainas?

Para quienes opinan en el espacio público, con o sin la formación adecuada en ciencia política o análisis del entorno político, es una tentación hacer proyecciones o pronósticos, y además cuando se transmiten escenarios de que puede pasar esto o aquello, tales contenidos terminan siendo consumidos, en algunos casos masivamente, por la propia necesidad de la sociedad venezolana de tener certezas.

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JUAN BARRETO / AFP

La ciencia política, área en la que me he formado dedicándole muchos más años de estudio académico que al propio periodismo, en realidad puede considerarse como todas las ciencias sociales como una ciencia forense. Tiene capacidad para analizar, contextualizar o conectar cosas que ya ocurrieron. La labor predictiva que muchas veces demandan periodistas y la propia sociedad de quienes estudian los fenómenos políticos empuja a no pocos, que, en aras de figuración, se lanzan en materia de proyecciones.

Las personas más preparadas, ante los dilemas del qué va a pasar, elaboran escenarios, lo cual, si es común en la dimensión prospectiva que tiene el análisis político. Empero, siempre se debe hablar de escenarios en plural, ya que sí se habla de un escenario en singular se le coloca en el terreno de profecía a lo que en realidad es una lectura, a fin de cuentas, subjetiva, de una persona o grupo de personas (sin hablamos de los think tank), sobre realidades sociales y políticas que por su propia condición de procesos sociopolíticos son -por definición- impredecibles.

Cumpliendo con la labor forense de los procesos políticos, que sí es asunto central de la ciencia política, podemos revisar someramente algunas de las proyecciones o “verdades”, tal como se les presentaba, de cara a la campaña para las elecciones presidenciales del venidero 28 de julio. Se trata de tres pronósticos que tuvieron bastante impacto en la conversación pública y que vistos en la distancia de escasas semanas, sencillamente simbolizan la mirada sesgada que buscaba alimentar narrativas en contra de un proceso, aún en construcción, para un cambio democrático en Venezuela.

María Corina Machado se empecinará en ser candidata hasta el final

Posiblemente el pronóstico errado, con o sin segundas intenciones, más extendido. La frase “hasta el final” de Machado, y no había que ser semiólogos para entenderlo, se ubica en el terreno de que la lucha política debe y deberá continuar hasta que se reestablezca plenamente la democracia en Venezuela. Como cada político en la historia, MCM apeló a su propio mantra que en verdad la gente común, fuera de las redes sociales, interpretó así: esta mujer que ha demostrado tener guáramo no se va a rendir, llegará hasta el final de la lucha.

La oposición no logrará ponerse de acuerdo

No fue fácil, sin duda, pero el país presenció un acto de nobleza política por distintos actores, en particular protagonizado por María Corina Machado y el gobernador Manuel Rosales. La primera es la más popular y querida entre los venezolanos, pero se le impide ser candidata, al segundo se le permitió inscribirse como candidato, pero recibió y supo leer el amplio rechazo ciudadano. Por encima de los egos, intereses y agendas de cada quién (de estas figuras y de los partidos que hacen vida en la Plataforma Unitaria), se logró un inédito consenso en torno a Edmundo González Urrutia.

El chavismo no permitirá inscribir un candidato unitario

Acá es donde, posiblemente, las gestiones tras bambalinas de Brasil y Colombia, con sus gobiernos de izquierda históricamente amigos del chavismo, como Lula da Silva y Gustavo Petro, hizo su principal aporte en lo que es -sin duda- una campaña electoral inédita en este último cuarto de siglo en Venezuela, tiempo que el país ha estado bajo la égida de Hugo Chávez y sus herederos. La variable internacional, que en este caso sí tuvo expresiones públicas, en verdad transcurre fuera de los reflectores y en este 2024 esto podría resultar significativo.

Finalmente, el “por ahora” usado en el título de este artículo es obviamente intencional. Que estos pronósticos no se hayan cumplido, así como otros tantos, no nos trae certezas en esta corta e intensa campaña electoral.

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