Los caraqueños aprovecharon el feriado del 24 de julio, natalicio del Libertador Simón Bolívar, para abastecerse en los mercados con agua y comida, de cara al paro cívico de 48 horas convocado el miércoles y jueves por la oposición.
En un recorrido realizado el lunes en cadenas de supermercados y dos de farmacias ubicadas en el este de la capital (Caurimare, El Cafetal, El Marqués, La California, Los Palos Grandes, Santa Eduvigis), y Vista Alegre y El Paraíso en el suroeste de la ciudad, un equipo de El Interés constató la presencia de largas filas de consumidores, esperando a cancelar algunos de los productos de la cesta básica que se pueden conseguir en los anaqueles.
Legumbres y hortalizas eran los productos más vistos en esas filas. Quienes tenían mayor capacidad de compra, dejaban ver en sus carros de supermercado bandejas de queso y carne. Muy pocos eran los que llevaban enlatados o galletas.
Envases de un litro de agua también eran vistos en las colas de los establecimientos visitados: Central Madeirense, Excelsior Gama, Plazas Unicasa; Plan Suárez; así como las red de farmacias Saas de Los Ruices y Farmatodo de Santa Eduvigis.
Jessica González se fue casi con las manos vacías del supermercado del Gama del Centro Comercial Líder. Lo poco que le quedaba de la quincena lo dedicó a comprar frutas y legumbres.
“Sabía que no iba a conseguir lo que realmente necesito que es café y aceite de soya. Por eso compré yuca, patilla, cambures y papas para aguantar la semana”, dijo la internacionalista al hacer balance de su compra.
Pero las compras nerviosas comenzaron desde el mismo sábado cuando la MUD llamó a un paro cívico de 48 horas. A final de la tarde se podía observar cómo -sin ser quincena- cadenas de supermercados y farmacias estaban abarrotadas.
El domingo se repitió la historia. Más de una hora de cola para pagar la compra hizo Anabella Astudillo, en el Plaza’s de Vista Alegre, a donde llegó a la 1:30 pm.
Ya a esa hora se observaban poco vegetales y verduras y en las neveras de la carnicería, reponían las bandejas con carne y pollo.
El comentario general era el mismo: «Hay que prepararse para lo que viene». La mayoría criticaba al gobierno y su Constituyente con el vecino de la fila, mientras las colas avanzaban lentamente por la cantidad de productos que llevaban los consumidores en sus carritos de compra.
Este será el segundo paro cívico que realiza la oposición dentro de la carrera contrarreloj que hace contra las elecciones de la Asamblea Nacional Constituyente del 30 de julio, impulsadas por el presidente Nicolás Maduro.
El primer paro opositor se realizó el 20 de julio con el 85% de los comercios y servicios cerrados según la alianza opositora Mesa de la Unidad, que promete aumentar su presión en las calles contra el proyecto constituyente de Maduro.
La coalición opositora apuesta esta semana con una paralización de mayor extensión. Más de 300 organizaciones sindicales y trabajadores de la clase obrera llamaron a huelga general “sin retorno” en el país a partir del miércoles 26 de julio, debido a la agudización de la crisis en Venezuela.
Los vendedores de vegetales y verduras del estado Táchira que tradicionalmente venden en distintos sitios de Caracas entre miércoles y jueves, esta semana adelantaron el viaje para evitar quedar atrapados en medio de la paralización de actividades de esos dos días y que estará acompañada de la «mamá de los trancas», según prometen los dirigentes opositores.
Largas colas y cestas llenas con productos del campo parecían presagiar lo peor para los próximos días. Los consumidores, en un punto del suroeste de Caracas, conversaban entre ellos de la brutal actuación de la Guardia Nacional en contra de los manifestantes en más de 110 días y del caos que ha convertido el gobierno al país.
Las cuentas más altas observadas por El Estímulo eran de Bs 261.000 y Bs 150.000 de una lista que ocupaba apenas la primera columna de una hoja un cuaderno a rayas, que dejaba atrás varias páginas de la intensa actividad del día.
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Representantes de Fedenaga y Cavilac advierten que el país está a las puertas de un nuevo periodo de escasez de alimentos como consecuencia de la falta diésel para la agroindustria y el sector transporte. La propuesta es urgente: que importadores privados de combustible entren en escena
Mientras desde el campo los productores alertan que la escasez de gasoil paraliza tractores y bombas de riego, en el sector agro industrial se encienden las alarmas: la flota de camiones que lleva los alimentos hasta supermercados, mercados, abastos y bodegas, también opera con diésel. El país va en curso de colisión a otra crisis de abastecimiento.
El informe trimestral noviembre 2020 - enero 2021 indicó que 72% de las empresas que estuvieron activas, reportaron una utilización de su capacidad instalada, en promedio, de un 22% en noviembre, un 20% en diciembre y un 16% durante el mes de enero
