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Paramérica: la empresa argentina que vendió con sobreprecio toneladas de alimentos a Venezuela

Empezaron con caraotas y terminaron hasta con repuestos y maquinaria. Auditorías oficiales demostraron que Paramérica le vendió de todo a Venezuela con sobreprecio, bajo el amparo de un fideicomiso firmado por los gobiernos de Cristina Kirchner y Hugo Chávez | Por Adrián Pino y Rodolfo Rico

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Esta es la historia de una empresa que vendió durante ocho años toneladas de alimentos y repuestos a Venezuela con precios por encima del mercado. Paramérica es una compañía familiar argentina, fundada en 1994, especializada en la venta de legumbres que creció meteóricamente vendiéndole productos a Venezuela entre 2010 y 2016. Paramérica exportó a Venezuela más de 3.300 millones de dólares (USD 3.317.768.726,62) en ventas en ese período, que coincide con el fideicomiso binacional que pagaba por adelantado los productos, promovido por los gobiernos de Cristina Kirchner y Hugo Chávez -posteriormente Nicolás Maduro-. La de Paramérica es la historia de una de las empresas argentinas que más infló los precios.

115 mil dólares fue el valor de mercado de maíz amarillo a granel identificado por la Sindicatura General de la Nación argentina (SIGEN) de una venta a Venezuela; pero la empresa tucumana le vendió este producto al país caribeño al precio de 19 millones de dólares. Un total de 160 veces el precio de mercado. La identificación de este sobreprecio fue parte de una auditoría parcial de los negocios de Paramérica con Venezuela realizados entre 2012 y 2016.

Fuente: Elaboración propia en base a Auditoría SIGEN

Este no fue el único sobreprecio detectado en la auditoría del organismo argentino. En otra clasificación de maíz que los expertos llaman maíz grado 2, hay una diferencia a favor de Paramérica de 12 millones de dólares respecto al precio del mercado investigado por la SIGEN. También es llamativo que Paramérica sólo exportó maíz (en 2015, 2016, 2019 y 2022) a Venezuela y a ningún otro país.

La misma SIGEN advierte de sobreprecios en las caraotas que vendió Paramerica a Venezuela durante las zafras 2014 y 2015. Para las bolsas de 50 kg de caraotas, en 2015 la institución argentina estimó un precio de mercado de más de 17 millones de dólares y Paramerica se lo vendió a Venezuela por más de 24 millones. Una diferencia de más de 7 millones de dólares. Más de 70% de sobreprecio.

Lo que se sabe de Panamérica

Paramérica es una empresa familiar de Tucumán, Argentina, fundada en 1994 por Diego Ruiz, el patriarca del clan y actualmente gerente general. Comparte responsabilidades con sus hijos, Diego José Ruiz Juárez que se desempeña como gerente comercial; Marcelo Alejandro Ruiz Juárez, el gerente administrativo-financiero; y Carlos Alberto Ruiz Juárez, el gerente de comercio exterior.

La firma tiene como producto insignia los porotos negros (conocidos en Venezuela y el Caribe como caraotas negras) que exporta a cinco continentes en dos presentaciones: fraccionadas y/o envasadas con las marcas de sus clientes. Paramérica posee 20.000 hectáreas productivas en las provincias de Tucumán y Salta donde cultiva legumbres y limones, según cuentan en su sitio oficial.

Los grandes negocios con Venezuela le dieron al clan Ruiz Juárez un estándar de vida donde los yates, vuelos privados, mansiones y autos de lujo se convirtieron en moneda corriente, según cuentan medios locales como La Gaceta o Cuarto Poder

La telaraña empresarial de Paramérica

En el año 2006  Paramérica SA (registro fiscal J316013570) se inscribió en el Registro Nacional de Contratistas de Venezuela con un amplio propósito: desde la venta de granos hasta fumigaciones, operaciones financieras, compra-venta de acciones, actividades inmobiliarias o estudios de mercado, entre otras. 

Pero la firma argentina se postulaba para ofrecer al Estado venezolano “granos de legumbres” y “granos de cereales”. En Venezuela, la empresa era presidida por Audelina Custodia Juarez de Ruiz, inscrita en el registro oficial de AFIP de Argentina como operadora en la compra-venta de granos. Todo queda en familia. Hoy, en 2023, Paramérica aparece “inhabilitada para contratar con el Estado” venezolano. 

Registro Nacional de Contrataciones de Venezuela

El 2008, la presidenta Cristina Kirchner y un grupo de empresarios firmaron los primeros convenios del fideicomiso que inyectaría dólares de Venezuela para Argentina. Pocos meses después, la familia Ruiz registró en Panamá la empresa Servicios Agrícolas de Venezuela CA corp. El registro de esta sociedad luego sería investigado por la Unidad de Información Financiera (UIF) de Argentina por maniobras irregulares de posibles pagos de coimas a través de las cuentas bancarias de esta sociedad, según la investigación que publicó Iván Ruiz en Infobae.

Registro de una de las sociedades off shore de Paramérica en Panamá

Luego, en el año 2009 Paramérica firmó un contrato marco con Petróleos de Venezuela (PDVSA) “para el desarrollo de un proyecto global de producción de caraotas y otros granos en la República Bolivariana de Venezuela. Se estableció un contrato de suministro e instalación de una planta de procesamiento de leguminosas en el eje Barrancas–Temblador del estado Monagas”, señala la empresa en su informe de gestión anual. Una actividad en la que Paramérica no tenía ninguna experiencia ni unidad de negocio vinculada con el rubro. Producía caraotas, sí, pero no tenía relación con la tecnología ni maquinaria necesaria para una planta de procesamiento de leguminosas. 

Informe de gestión anual de PDVSA 2009 donde se manifiesta la relación entre empresas argentinas y la petrolera venezolana.

Desde 2010, la empresa tucumana comenzó a venderle al Estado venezolano mucho más que caraotas: maquinaria, consultoría, repuestos, servicios de asesoramiento. Haciendo de productor, pero también de intermediario. Y no sólo de bienes provenientes de Argentina como estipulaba el convenio, sino de otras partes del mundo.

Dos bases de datos confirman la estrecha relación de esta compañía con el Estado venezolano. Los datos de la información que brinda la Aduana argentina y la base de datos construida por Armando.info sobre arribo de contenedores a Puerto Cabello (uno de los principales puertos de Venezuela) a la que tuvimos acceso para esta investigación. El análisis de los datos de exportaciones indica que de todos los países a los que Paramérica exporta caraotas negras, Venezuela fue por muchos años el destino más importante.

Entre 2011 y 2017, por ejemplo, Paramérica exportó más de 100 mil toneladas (106.518 tn) de caraotas a Venezuela. Y la firma argentina que más exportó en segundo lugar lo hizo con 11 mil toneladas en esos mismos años, apenas poco más del 10% de lo que Paramérica le vendió a Venezuela. 

Fuente: Elaboración propia en base a datos Aduana Argentina.

Y si consideramos el total exportado en esos años en todos los rubros, Paramérica alcanzó los 3.200 millones de dólares (USD 3.225.375.616,16) de exportación a Venezuela entre 2011 y 2017. El resto de los países a los que exportó Paramérica en esos mismos años, apenas alcanzan los 83 millones de dólares (USD 83.580.311,00). Es decir, Venezuela representaba para la empresa tucumana más de 97% de todas sus exportaciones.

Desalentar la producción de caraotas

La producción de caraotas en Venezuela siempre fue deficitaria con respecto a su consumo. Sin embargo, durante el gobierno de Hugo Chávez hubo planes para expandir su producción y en 2008 la producción de caraotas venezolanas alcanzó un hito de 48.320 toneladas. 

Sin embargo, en 2009 PDVSA firmó el mencionado convenio macro con Paramérica y a partir de entonces disminuye el impulso a la producción nacional y la superficie cosechada, y aumenta la importación. 

Como evidencian las cifras del gráfico, mientras la producción de Venezuela alcanzaba las 40.000 toneladas de caraotas en 2011, posteriormente a los acuerdos con Paramérica se observa una caída brusca de la producción nacional a menos de 10.000 toneladas en 2013. Mientras tanto, la importación de las caraotas argentinas de Paramérica despegaba de unas pocas toneladas en 2013 a más de 56 mil toneladas en 2015. 

Las caraotas son un clásico de la comida venezolana; son parte del llamado plato nacional: el pabellón criollo que junto con arroz, carne mechada, plátano maduro y queso, se come para un buen almuerzo en distintas partes del país. También se desayuna con unas empanadas con caraotas y queso.

El informe de la Sindicatura General de la Nación de Argentina (que revisa las operaciones de empresas argentinas con Venezuela entre 2012 y 2016) señala que la empresa de Tucumán al menos le vendió a Venezuela porotos a un precio hasta 70 por ciento (72,8%) superior al valor de exportación de mercado de ese producto.

Fuente: SIGEN (Argentina) sobre la venta de caraotas con sobreprecios por parte de Paramérica.

Como muestra el documento de la auditoría que realizó la SIGEN de Argentina al que tuvo acceso este equipo de investigación, en la exportación de caraotas negras las diferencias en los valores de mercado respecto a los precios que Paramérica vendía a Venezuela son muy significativos. Los embarques pagados por Venezuela a 24 millones de dólares tenían un valor de mercado de 17 millones en un caso; y las ventas que debían haberse pagado a 1 millón de dólares, se concretaron a un valor de 1,8 millones de dólares. Los sobreprecios, en los dos casos investigados, superan el 70%.

Fuente: Elaboración propia con base en Auditoría SIGEN

Cuando se hace una revisión de los totales de exportación de caraotas se destaca que en septiembre del año 2015 las exportaciones de Paramérica a Venezuela se realizaron a un valor (FOB) de USD 1.080 la tonelada, mientras que el mismo producto embarcado en el mismo mes del mismo año exportado por Paramérica con destino a Brasil se vendía a USD 537 la tonelada. Es decir, Paramérica vendía a Venezuela al doble del valor que a otros destinos similares de la región.

Y septiembre no fue, por cierto, el mes que más caro se le vendió a Venezuela en 2015. Eso ocurrió en junio de ese año cuando alcanzó a 1.210 la tonelada. Cuando revisamos todo el año 2015 podemos ver que los precios para Venezuela oscilan entre USD 685 (única vez que se vendió a ese valor) la tonelada y los ya mencionados USD 1.210. En tanto los precios de venta a Brasil oscilan entre los USD 370 la tonelada y los USD 800, dependiendo del tipo de empaque. 

2015 fue, según los datos del Observatorio de Complejidad Económica, el año que por primera vez Argentina se convirtió en el primer exportador de legumbres secas (lo que incluye a caraotas y otro tipo de frijoles) a Venezuela.

En Argentina, la producción de caraotas se encuentra concentrada al Noroeste del país, principalmente en la provincia de Salta. Según el Instituto de Desarrollo Productivo de Tucumán, el consumo de caraotas en Argentina (negros, rojos y blancos) se ubica alrededor de los 200 gramos por habitante por año. Es uno de los más bajos dado que solo representa el 22% del total de legumbres consumidas en la dieta del consumidor promedio (en contraste para 2014, último año de información disponible, los venezolanos consumían 2,5 kilos per cápita). 

Las respuestas de Paramérica

Consultados por La Gaceta de Tucumán, en 2019 los empresarios Carlos y Marcelo Ruiz Juarez “ofrecieron una explicación respecto de los sobreprecios de hasta el 91,5% que detectó la Sindicatura General de la Nación (Sigen) en las facturas de más de 100 repuestos e implementos agrícolas”, relataba el medio argentino. Allí, la nota periodística mencionaba que “Los hermanos (Ruiz Juárez) reiteraron que no compartían los números de la Sigen, y confirmaron que actuaron como intermediarios entre el Gobierno de Venezuela y las fábricas. “Nuestros precios eran inferiores a las ofertas que hicieron los fabricantes argentinos”, aseguraron en aquella oportunidad.

Un 90% de la producción en Tucumán corresponde a caraotas negras, y el resto a caraotas rojas y blancas. Luego de los acuerdos firmados con Venezuela, la empresa argentina incrementó su participación en la exportación de caraotas de manera vertiginosa.

Los nexos de Paramérica con Venezuela fueron tan fructíferos que de los 469 millones de dólares en caraotas que exportó entre 2010 y 2017, Venezuela representó 391 millones de dólares como destino de exportación. 

Es decir, en este período la firma agropecuaria argentina generó más del 83% de sus ventas por exportaciones de caraotas exclusivamente con Venezuela. El resto de las exportaciones de Paramérica tuvieron como destino a otros 28 países incluyendo a Brasil, Israel, Egipto o Turquía. Y sin embargo, la suma de todo lo exportado a esos 28 países representa apenas el 16,8 % (con un FOB total de USD 83.580.311) frente al 83,2 % que representó Venezuela para los negocios de la familia Ruiz Juárez. 

Con los años de negocios conjuntos, Paramérica se convertiría casi en un aliado para el chavismo venezolano. Así lo expresa la revista de PDVSA Agrícola, la filial agroindustrial de la petrolera que reitera el convenio marco, la asistencia técnica y la relación de tres años impulsando la agricultura de precisión. “Este proceso innovador desarrollado por PDVSA Agrícola es posible debido al convenio marco establecido con Paramérica, empresa argentina que lleva tres años brindando asistencia técnica a la filial, sobre todo en los proyectos de la Faja Petrolífera del Orinoco y occidente”, destaca la publicación.

Así pues, la relación con los años no hizo sino fortalecerse. Y lo que empezó con venta de caraotas y consultoría, dio paso a otra operatoria que iba a garantizar a Paramérica ventas millonarias por el aprovisionamiento de repuestos. Repuestos con sobreprecios.

Consultoría, legumbres y … repuestos

Estos primeros negocios millonarios abrieron la puerta para que Paramérica, una empresa dedicada a la producción agropecuaria, ampliara su campo de acción a las autopartes, repuestos y maquinaria agrícola.

Sin antecedentes en el rubro ni participación de las empresas del grupo Ruiz en el sector, Paramérica comenzó a exportar autopartes y repuestos a Venezuela, lo que le significaría en los años siguientes grandes negocios. A tal punto de que gran parte de la operación exterior de Paramérica se concentró en este tipo de exportación. Para el año 2015, mientras los productos agropecuarios destinados a Venezuela significaron ventas por 92 millones de dólares, los ingresos por maquinaria y repuestos le generaron 1.750 millones de dólares. 

Este rubro de repuestos y maquinarias también llamó la atención de los organismos de control de Argentina. La SIGEN identificó una muestra de hasta 23 envíos de productos como arandelas, dumper, piñon, troceador, caja de charlyn o cable del acelerador que tuvieron hasta 91% de variación entre el precio promedio del producto para exportación en el mercado internacional y el que finalmente se le cobró a Venezuela.

En la limitada muestra que investigó la SIGEN hay un total de 112 envíos de mercancía, todos corresponden al año 2014, y abundan variaciones del 88% por encima de los precios de mercado. La Gaceta, un reconocido medio de Tucumán, había publicado en 2019 una denuncia sobre estos datos de SIGEN advirtiendo que “La mitad de los recargos en las facturas de esa firma (Paramérica) rondan o superan el 70% (de sobreprecio)”. 

La respuesta de Paramérica

La explicación de los empresarios en aquel entonces provino de Carlos Ruiz Juárez, quien le dijo a La Gaceta que “en ese convenio (con Pdvsa Agrícola) también estaba la provisión de bienes porque el Gobierno de Venezuela daba a los agricultores máquinas, semillas y repuestos. Nosotros le vendimos todo: estaba incluido en el convenio”, publicó el medio tucumano tras el descargo de los directores de Paramérica. Allí afirmaban que “hubo cotizaciones y los valores de Paramérica SA resultaban mejores. Ustedes, en LA GACETA, deberían investigar por qué, pero Paramérica SA vendía más barato que la fábrica”.

Consultado Diego Ruiz Juarez por este equipo de investigación, el empresario mostró plena predisposición pero remarcó que “desde la empresa tenemos redactado un escrito que responde a todos los puntos relacionados al fideicomiso y las operaciones con Venezuela”. Y que esa es la forma de responder por parte de Paramérica. En un tono amable, el referente de la firma argentina recordó que han tenido innumerables pedidos tanto de periodistas, medios y otros actores consultando sobre las supuestas irregularidades por lo que optaron por esta modalidad de respuesta.

En la documentación breve que hicieron llegar a este equipo, desde Paramérica aducen: “Negamos enfáticamente haber incurrido, por acción u omisión, en conducta ilícita alguna en el marco de nuestras operaciones en Venezuela, como así tampoco en ninguna de nuestras actividades agrícolas, ganaderas, industriales, comerciales y de servicios”.

También señalan que “La totalidad de las operaciones celebradas por PARAMERICA S.A. se concertaron por los precios y con las modalidades correspondientes a las condiciones de mercado existentes a la fecha de su otorgamiento”. Y a su vez se encargan de tomar distancia de vínculos políticos que puedan haber favorecido las operaciones y el crecimiento de Paramérica: “Para la concreción de operaciones en Venezuela, PARAMERICA S.A. jamás recurrió a la intervención directa o indirecta de funcionarios o empleados públicos de la República Argentina”, y además insisten en que “Los accionistas, directores, apoderados, funcionarios y empleados de PARAMERICA S.A. jamás intervinieron, sea por acción u omisión, en acto alguno de soborno internacional, ni en general en conductas que puedan ser calificadas como ilícitas”.

De este modo, la empresa asume que sus negocios con Venezuela siguen siendo tema de interés periodístico. Y a pesar de los comentarios pre-elaborados, quedan sin responder varios interrogantes en relación a la diferencia de precios con que la firma argentina vendía a Venezuela en relación a otros destinos similares. O explicar las causas de una drástica caída de ventas a Venezuela una vez que se cerró el fideicomiso entre Argentina y el país caribeño, entre tantas otras preguntas que requieren ser explicadas a la luz de los resultados que evidencian los datos aquí presentados.

Si ampliamos el foco a toda la exportación de Paramérica entre 2010 y 2022 es posible identificar hasta 441 categorías de productos exportados a Venezuela, distintos a los alimenticios.

Al revisar la base de datos de Puerto Cabello podemos ver que las filiales de Petróleos de Venezuela, como empresas vinculadas al Ministerio de Alimentación venezolano, están entre los principales importadores de mercancías de Paramérica. En concreto, PDVSA Agrícola y PDVSA Desarrollos Urbanos le compraron a Paramérica un poco de todo: arandelas, neumáticos, radiadores, puntas de eje, repuestos para cosechar y hasta arena. En total suman unos 15 rubros distintos a los de alimentación. Y no está de más recordar que el puerto de Puerto Cabello es el principal pero no el único de los puertos al que llegaban los productos. Estos datos sólo abarcan entre 2014 y 2017, pero como ya sabemos, el negocio de Paramérica empezó mucho antes.  

Además de la SIGEN, la Unidad de Información Financiera (UIF) de Argentina también detectó irregularidades y sobreprecios, así como logró identificar una “tipología de lavado de activos” en la que denunció a Paramérica y un conjunto de empresas que estuvieron vinculadas al Convenio Integral de Cooperación suscrito entre Venezuela y Argentina y al fideicomiso de Petróleos de Venezuela.

La actuación de estas empresas a las que la UIF no menciona en el documento –al que pudimos acceder para esta investigación– es calificada de saqueo al Estado venezolano y de varios delitos, incluyendo el lavado de activos cuando se trata de la Argentina.

Estructura de lavado de activos según la UIF argentina en el caso del Fideicomiso Venezuela II

Una investigación anterior sobre otra empresa argentina, Granja Tres Arroyos, arrojó también una historia de sobreprecios en pollos venta de equipos y consultorías ofrecidos con sobreprecios a Venezuela.

Un negocio al vaivén de la polarización

El crecimiento de Paramérica estuvo claramente vinculado a la duración del fideicomiso entre Venezuela y Argentina durante el gobierno de Cristina Kirchner. Al terminar este fideicomiso en el año 2016, las ventas de Paramérica cayeron

Al inicio del gobierno de Mauricio Macri el negocio del fideicomiso se empezó a investigar por posible corrupción. Y al regresar Cristina Kirchner al poder en 2019 como vicepresidenta de la Nación, simplemente se le dio un carpetazo y se archivó la investigación de la SIGEN argentina, una investigación que concluye sin medias tintas: 

Conclusiones de la Auditoría de SIGEN sobre las operaciones de Paramérica y otras empresas en el marco del Fideicomiso con Venezuela.

“Cabe destacar que las exportaciones a valores superiores que los de mercado resulta un perjuicio para el país bolivariano, mientras que en los casos que las exportaciones se hicieron a un valor menor que el de mercado estaríamos en presencia de un perjuicio para la República Argentina. El neto de los casos analizados exteriorizan un sobre valor de las exportaciones” (Informe de Auditoría de la SIGEN, Argentina).

La expansión de Paramérica

Mientras en Venezuela desde 2015 organizaciones de la sociedad civil advertían que ya se percibían los rasgos de una emergencia humanitaria, Paramérica empezaba a hacer uso de su buen flujo de caja originado en gran parte por los negocios con Venezuela. 

En noviembre de 2016 la familia tucumana inauguró Ruiz SA, una empresa dedicada al rubro de automotores y que cuenta con la concesión de los automóviles franceses Renault para esa región. 

Un mes después, en diciembre, se conformó el grupo Anta del Plata, una productora agrícola y ganadera que opera con la integración del sector público y privado.

En abril de 2018 el Grupo Ruiz registró la marca DMC Propiedades, una desarrolladora inmobiliaria y de construcción, administradora del complejo de departamentos de Yerbabuena Residence. En septiembre de 2018, bajo la sociedad Zadar, el Grupo Ruiz adquirió el Ingenio y Destilería San Isidro, una de las primeras empresas azucareras del país que había sido fundada en el año 1760, pero que desde 1970 estaba en manos del grupo peruano Gloria.

Sería también en 2018 cuando el grupo Ruiz registraría Paramérica SA como una empresa en las Islas Vírgenes, un conocido paraíso fiscal.

Número de Registro de la empresa Paramerica en las Islas Vírgenes el 4 de enero de 2018.

Y en julio de 2022 el Grupo Ruíz inauguró su propia estación de tren. Se trata de un ramal propio conectado al ferrocarril Belgrano-Cargas. Una obra de 2 millones de dólares que permite cargar directamente sus productos pesados y listos para exportar hacia los puertos de Rosario y Buenos Aires.

En Venezuela, el silencio de las autoridades se mantiene. Aunque nos atendieron tanto en el Ministerio de Alimentación como en PDVAL, al cierre de esta investigación no habían respondido nuestras preguntas ni la solicitud de entrevista. Ni siquiera en el reciente show de detenciones conocido como PDVSA-Crypto (que algunos analistas consideran una purga interna) se mencionó la trama de corrupción vinculada al convenio integral de cooperación entre Venezuela y Argentina. En Argentina mientras tanto, quizás un recambio en el poder podría reavivar las investigaciones que, por lo pronto, fueron desechadas. 

Texto: Adrián Pino y Rodolfo Rico

(*) Esta investigación fue realizada gracias al apoyo del Consorcio para Apoyar el Periodismo Regional en América Latina (CAPIR) liderado por el Institute for War and Peace Reporting (IWPR).

Agradecimientos: Florencia Sosa / Andres Snith /

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