Sin mucho futuro y falto de sentido catalogaron fuentes del sector automotor el plan de reactivación de la industria presentado este 17 de marzo por el gobierno, según el cual se establece la completa dolarización como única estrategia viable para el rescate de un área de negocios que tuvo en 2015 su peor registro histórico.
“Es un sinsentido aplicar una estrategia que solo sirve para unos modelos de gama alta a la que solo puede acceder el 1% de la población por sus altos costos”, afirma una fuente del área que por razones obvias prefiere el anonimato, para quien el plan no es viable por las limitaciones a las ventas que impone el prohibitivo precio que tendrán los vehículos ensamblados.
Tomando como base el pacto firmado entre el gobierno y Ford Motor en 2015, las ensambladoras suscribieron un acuerdo según el cual se encargarán de adquirir material productivo con recursos aportado por los concesionarios, pudiendo vender los vehículos ensamblados en dólares para recuperar la inversión y disponer de fondos para la compra de nuevo material.
“Eso es válido para algunos modelos, pero el común de la gente no podrá acceder a esos carros por su alto precio”, destacó otra fuente del área, quien recuerda que el esquema aplicado en Ford no ha dado los resultados que esperaban.
De hecho, voceros del sindicato han denunciado que los únicos vehículos que se han logrado vender son las SUV Explorer, pues los patios de la empresa están llenos de unidades ensambladas desde junio pasado de los modelos EcoSport, Fiesta y F-250 y F-350.
Fuentes cercanas a la empresa del óvalo azul señalan que ante los pobres resultados del programa, buena parte de los concesionarios han dejado de hacer aportes para la compra de materia prima, quedando apenas una veintena de las agencias encargadas de sufragar los gastos con recursos propios.
– Solo para pocos –
“Esa estrategia sirve para el segmento de lujo pero no para los autos de pasajero y menos para los camiones”, destaca una de las fuentes consultadas. Argumenta que en el caso de los vehículos de carga resulta inviable la venta en dólares por el tema de fletes.
“Los transportistas tendrían que aumentar mucho los costos de sus servicios para poder amortizar la deuda por la compra de un camión de 50.000 dólares o más. Para ellos no es negocio comprar a esos precios”, dice.
Las fuentes consultadas señalan que además de dolarizar por completo el mercado, el plan del gobierno limitará aun más las ventas. “Muy poca gente podrá comprar un carro, incluso los anunciados familiares porque el precio será impagable”, acota uno de los consultados.
Se refiere al modelo “económico” que cada marca está obligada a producir y que será comercializado en bolívares a un monto todavía no determinado, pero que en esencia estará signado por el precio del dólar en el mercado paralelo tomando en cuenta que las automotrices tendrán acceso limitado Dicom, mercado que nutrirá todas aquellas actividades ajenas a la producción de alimentos y medicinas.
No obstante, las ensambladoras tendrán desde ahora una vía de escape: las exportaciones. Los acuerdos firmados este jueves prevén que las automotrices podrán exportar 20% de su producción (25% en el caso de los camiones) para la obtención de divisas necesarias para sus procesos.
¿Cuánto se podrá exportar? Seguramente muy poco. “La producción será muy limitada y será muy poco lo que se pueda exportar”, afirma una fuente consultada, quien recuerda que las operaciones de Ford se limitan a unas 200 unidades al mes, por lo que solo puede exportar unas 20 unidades cada 30 días.
– Patas cortas –
Dicen que la mentira tiene patas cortas, y ello queda en evidencia con las cifras mostradas por el vicepresidente Miguel Pérez Abad este jueves, cuando afirmó que la industria venezolana está en capacidad de ensamblar cerca de 560.000 unidades al año, cifra que dista mucho de la capacidad real del sector.
Se estima que las empresas privadas están en capacidad de ensamblar unas 250.000 unidades al año bajo tres turnos de trabajo. A ello se sumarían unas 100.000 unidades que se cree pueden producir las empresas públicas y mixtas, con lo cual el ensamblaje total a duras penas se acerca a 350.000 unidades anuales.
Ello limita desde el comienzo los planes de exportación presentados por el gobierno, según los cuales en tres años el país estará en capacidad de exportar 111.941 unidades de automóviles, así como más de dos millones de motos al año.
De acuerdo con las estadísticas de la Cámara Automotriz de Venezuela (Cavenez), en 2006 –año récord de exportaciones- se enviaron a otros mercados 22.216 unidades. Para ese entonces, los autos ensamblados en el país todavía disfrutaban de los beneficios arancelarios de la Comunidad Andina de Naciones, una prerrogativa que el país perdió al separarse del acuerdo subregional.
Ello significa que las expectativas del gobierno superan en 500% las más optimistas cifras de exportaciones, previsión que se hace justo en el año más crítico de la industria ensambladora en más de 50 años.