En el asueto religioso la ocupación hotelera, así como de transporte terrestre, fluvial y aéreo cayó 30% en comparación con igual período de 2015.
A pesar de las dificultades que atraviesa el país con el suministro de agua y electricidad y el abastecimiento de bienes esenciales, el sector se había preparado para recibir una buena cantidad de turistas.
Si bien el promedio es a nivel nacional, destinos turísticos por excelencia como Bolívar, Mérida y Nueva Esparta, fueron los que resultaron con una afectación mayor, indicó González.
De acuerdo con la ejecutiva de Avavit, hubo también una caída en las visitas a los parque temáticos y paseos en general, en el orden de 50%.
José Yapur, presidente del Consejo Superior del Turismo, dijo días atrás que dada las condiciones adversas que enfrentaba el sector, se decidió aceptar menos reservas para poder prestar el mejor servicio a los clientes.
Esto supuso un esfuerzo no solo de parte de las cadenas hoteleras y posadas, sino de los empresarios del transporte turístico terrestre, los que organizan excursiones, los restaurantes, el comercio, los centros comerciales y el empresariado neoespartano que está abocado a las soluciones “porque vive de ello”.