Los números oficiales dan la razón a los voceros de los productores agrícolas que insisten en afirmar que Agropatria se ha convertido en poco menos que un cascarón vacío: la que en por más de 58 años fuera la mayor empresa privada del sector agrícola y capaz de suministrar cerca de 70% de los agroquímicos demandados para cultivar el campo venezolano ha caído en picada, y muestra de ello es que en 2015 apenas cumplió 22% de la meta prevista, una de las tantas razones que conllevó a la caída de 10% de la cosecha nacional.
La revisión de los datos aportados por la Memoria y Cuenta 2015 del Ministerio de Agricultura y Tierras (MAT), refleja la incuestionable reducción de los alcances de la nacionalizada empresa, así como algunos datos que no guardan relación alguna con el desempeño de la empresa de propiedad social (EPS).
El mejor ejemplo queda en evidencia cuando de las más de 207.000 toneladas de fertilizantes que Agropatria se planteó producir y distribuir en 2015 tan solo logró despachar poco más de 46.000 toneladas, apenas 22% de la meta prevista.
De igual manera, los planes de la empresa apuntaban a producir 562.000 herramientas de agroferretería, de las cuales solo alcanzó a entregar 13.444, tan solo 2,3% del objetivo inicial propuesto.
Los cuatro centros de acopio que se esperaba construir el año pasado quedaron para un próximo ejercicio fiscal, mientras que de las 67 auditorías planificadas para corroborar el estado de la empresa y la red de distribución solo se realizaron 15. Ninguna de ellas produjo un informe de resultados.
La pobreza de resultados se extiende a los logros en materia de producción de semillas. El balance de gestión 2015 señala que la EPSl produjo 15.908 toneladas de maíz blanco y 4.187 toneladas de maíz amarillo, una caída abrupta en comparación con las 589.000 toneladas de maíz blanco y 10.000 ton. de maíz amarillo que dice haber producido en 2014.
Este declive en las cantidades de semillas recibidas también es apreciable en el número de agricultores atendidos: 398.000, cifra que si bien creció 7% en 2015 respecto a 2014, disminuyó 33% frente a los más de 598.000 productores atendidos en 2013.
Con base en estas cifras se puede asegurar que el informe 2015 sublima algunos números para entregar unas estadísticas que no concuerdan, pues mientras el MAT destaca que la superficie sembrada cayó 10% para alcanzar apenas 1,7 millones de hectáreas, Agropatria asegura haber entregado insumos suficiente para cultivar más de 1,4 millones de hectáreas.
Todo esto ocurre al amparo de un presupuesto que en 2015 superó los 26.857 millones de bolívares, 71% superior al monto otorgado en 2014 (Bs 15.713 millones), pese a lo cual la empresa aduce entre las limitaciones que frenaron su desempeño la “falta de planes de inversión debidamente priorizados o programados para la ejecución del proyecto, lo que no permite la clasificación económica de los recursos y egresos, ni materializar en la totalidad los objetivos de la empresa”.
También señala como limitante que el “uso del sistema SAP, el cual no se adecua al manejo de las finanzas y presupuesto público, la ausencia de enlace entre las diferentes sucursales de Agropatria y la sede central y las plantas de manera online”.
Mientras estuvo en manos privadas la empresa funcionó adecuadamente con una plantilla de 1.700 trabajadores, tras su expropiación en octubre de 2010 la plantilla aumentó, pasando de 3.251 trabajadores en 2014 a 5.254 en 2015, un alza de 61% que en nada se compagina con los magros resultados de la EPS.